Hace unas semanas, la
Cooperativa
d’Apotecaris y la Unión
Farmacéutica Balear
han conmemorado los
75 años de
distribución
farmacéutica en
nuestra comunidad. En
la presente entrevista,
el presidente de ambas
entidades, Eladio
González, analiza la
importancia de la
labor realizada
durante todos estos
años, así como la
evolución de la
distribución
farmacéutica isleña en
un escenario de
profundos cambios
para el sector
P.- ¿Cómo valora la conmemoración
de estos 75 años de
distribución farmacéutica en
Baleares?
R.- Fundamentalmente como
un reconocimiento del papel primordial
que ha desempeñado la
distribución farmacéutica en el
imparable proceso de modernización
de la farmacia balear a todos
sus niveles. Por otra parte,
esta conmemoración permite escenificar
los grandes cambios vividos
por la distribución a lo largo
de todos estos años.
P.- ¿Hasta qué punto han sido
importantes estos cambios?
R.- En mi opinión el salto cualitativo
que, tanto en el apartado
tecnológico como en el operativo,
ha vivido la distribución farmacéutica
en nuestra comunidad,
tiene difícil parangón con cualquier
otro sector productivo balear.
Lo que ocurre es que la mayor
parte de este proceso de modernización
intensa que ha experimentado
la Cooperativa d’Apotecaris
durante el último cuarto de siglo
se ha desarrollado en un clima
de discreción y alejado de los
grandes titulares. Por esa razón
no siempre han trascendido a la
sociedad los grandes esfuerzos
que, con trabajo, prudencia y sin
estridencias, ha llevado a cabo la
Cooperativa d’Apotecaris para
ofrecer un servicio basado en el rigor,
la excelencia y la máxima profesionalidad.
P.- Sin embargo, durante todo
este tiempo también habrá habido
momentos para el
desánimo….
R.- Sin duda hemos sido,
en ocasiones, víctimas de
incomprensiones y hasta
de ataques poco meditados,
cuando no directamente
interesados, cuyo
fin era cuestionar las bondades
de un sistema de
distribución que ha demostrado
con creces su
viabilidad, y que garantiza
un servicio igualitario para
el conjunto de las oficinas
de farmacia de Mallorca,
Eivissa y Formentera en
idénticas condiciones de
precio y eficacia, anteponiendo
en todo momento
la universalización de
unas prestaciones más allá
del lucro económico como
un fin en si mismo. En este
sentido, debo admitir que
en ocasiones nos hemos
sentido un tanto desamparados
a la hora de defender la idoneidad
de un sistema de distribución
que, como ocurre con el actual,
mantiene su carácter solidario
como una de sus principales
señas de identidad.
P.- Usted lleva seis años y medio
al frente de la Cooperativa
d’Apotecaris. ¿Cuáles son
los ejes estratégicos sobre los
que basa su gestión al frente
de la entidad?
R.- Un objetivo prioritario
cuando me incorporé
a la presidencia de la entidad,
en 2002, fue continuar
con la línea de gestión que
había convertido la Cooperativa
en una entidad consolidada
en el sector e impulsar
un proceso de modernización
en todos sus
niveles operativos, adaptando
nuestro funcionamiento
a los nuevos retos e
incorporando una amplia
gama de avances tecnológicos
que redundan en una
mayor eficacia y racionalidad
de nuestros cometidos.
Paralelamente, nos
comprometimos a dar un
mayor protagonismo al socio
cooperativista, potenciando
su implicación en
las decisiones que afectan
a la entidad y facilitando la
comunicación interna. Con
todo, el eje prioritario de
nuestra actuación continua siendo
mejorar los servicios que reciben
nuestros socios en todos
nuestros ámbitos de actuación.
P.- ¿Qué razones explican la
estabilidad de la Cooperativa
d’Apotecaris, en un sector sometido
frecuentemente a fuertes
convulsiones?
R.- Sin duda en la unión de todos
los miembros de un colectivo
que ha sido capaz de anteponer
los intereses generales de la
farmacia y de sus usuarios a planteamientos
puntuales o de alcance
más limitado. La unión entre
nosotros explica y justifica el alto
grado de excelencia que la distribución
farmacéutica ha alcanzado
en nuestra comunidad. En ese
sentido, estoy plenamente convencido
que sin las sinergias positivas
que hemos sido capaces de
generar los farmacéuticos isleños,
proyectos como la Unión Farmacéutica
Balear, BAMESAo la propia
Cooperativa d’Apotecaris difícilmente
hubieran conseguido el
grado de solidez que hoy pueden
exhibir ante la sociedad balear.
P.- En el momento de honrar el
pasado y a quienes lo han hecho
posible, ¿cómo plantea la
Cooperativa d’Apotecaris su
futuro más inmediato?
R.- En primer lugar potenciando
desde todos los ámbitos (logístico,
operativo, comunicacional,
formativo) el servicio que la
entidad presta a sus socios, a los
profesionales que desarrollan su
labor en las oficinas de farmacia
de Mallorca, Eivissa y Formentera.
Porque si somos más eficaces
en el servicio que les prestamos,
contribuiremos a que su
función sanitaria sea también
más eficaz y, en consecuencia, la
atención que recibirán sus usuarios
resultará asimismo más eficiente.
En realidad podemos resumir
nuestra labor en una frase:
servimos a los farmacéuticos
para que ellos sirvan a los ciudadanos.
Y por otra parte, debemos
seguir aspirando a que, cada
día más, el farmacéutico sienta la
Cooperativa como algo propio,
como una entidad en la que puede
y debe sentirse arropado a la
hora de realizar su tarea como
profesional sanitario.