Joan M. Gual Julià es, desde hace tres años justos,
el presidente del Colegio Oficial de Médicos de las
Islas Baleares (COMIB). Con larga experiencia en la
profesión médica, este cardiólogo tiene que capear
con tiempos difíciles y complejos, pero
apasionantes. Baleares tiene entre manos el
proyecto de la Facultad de Medicina y en
perspectiva la inauguración del nuevo hospital de
tercer nivel. Entretanto, la profesión cambia a ritmo
vertiginoso con la adaptación a los nuevos modelos
de gestión y tecnologías. Y ahí está el COMIB.
P.- Comencemos, si la parece,
por la actualidad. ¿Qué opina
sobre el culebrón del nuevo
Son Dureta?
R.- El Colegio de Médicos de
Baleares dijo ya en su día que lo
que las Islas necesitan es un hospital
de tercer nivel, de nueva
planta, con la mejor tecnología
para la asistencia y que permita
que los profesionales desarrollen
la mejor investigación. Ytodo eso
fuera de otros planteamientos políticos
o urbanísticos. Lo que rechazamos
fue iniciar una gran reforma
del viejo Son Dureta, que
hubiera ocasionado muchos problemas.
En ese sentido estamos en
el camino adecuado y lo que queremos
es que el hospital se acabe
lo antes posible para que los equipos
médicos puedan trasladarse.
P.- ¿Qué debería significar
para Baleares la apertura de
un nuevo hospital de estas características?
R.-Pues debería suponer un
gran avance en la asistencia y en
la investigación. Nos gustaría,
además, que fuera un hospital en
el que la influencia de los médicos
fuera más directa y en el que hubiera
un avance cualitativo muy
importante. El Hospital de Son
Dureta se ha convertido en un
hospital muy obsoleto en el que es
difícil trabajar y en el que si la asistencia
es de calidad es gracias al
gran esfuerzo que hacen los profesionales
médicos.
P.-¿Cómo debería ser el hospital
del futuro?
R.- Dotado de la más moderna
tecnología, innovador y en el que
no se olvidaran los aspectos más
humanos, como la comodidad del
paciente y la confidencialidad en
su relación con el médico. Un hospital
del futuro debería unificar
estas características: la excelencia
del servicio, la comodidad y la
confidencialidad.
P.- ¿Y a nivel de las personas?
R.- Debería ser más abierto, un
hospital en el que se tuviera más
en cuenta la opinión del médico y
su cualificación; un hospital en
el que se dé participación al paciente
y a sus asociaciones.
P.- ¿Cómo son las relaciones
del Colegio de Médicos con la
administración sanitaria autonómica?
R.- Buenas e independientes.
Una de las obligaciones del Colegio
de Médicos es el control deontológico
de la profesión, y otra de
sus obligaciones es la colaboración
con la administración sanitaria,
pero desde la independencia.
Siempre con el ánimo de cooperar,
pero diciendo las cosas que son
mejorables. La relación es buena.
P.- ¿Hay muchas cosas mejorables
que decir?
R.- Siempre haciendo una crítica
constructiva. Creemos que
la conselleria debería valorar más
la especial cualificación de los médicos,
hacerlos más protagonistas.
También tendría que tener una
mayor implicación en la formación
continuada; tendría que existir
una mayor coordinación en
este ámbito. Y creemos que debería
crearse el Consejo de la Profesión
Médica.
P.- ¿En qué consistiría este
Consejo?
R.- En un lugar en el que estuvieran
representados la administración
y los profesionales, a través
de la institución colegial, los
sindicatos y otras instancias, para
aportar ideas que contribuyan a
resolver los problemas de la profesión.
En Cataluña ya existe.
P.- ¿Y cuál debería ser el primer
orden del día?
R.- Pues, por ejemplo, deberíamos
hablar de la contratación de
especialistas sin titulación homologada
o a punto de homologarse,
que aún existen. Hay que tener un
registro de estos especialistas para
poder tutelarlos de forma garantista.
Que estos especialistas sigan
trabajando, con una tutela efectiva,
y de modo que el paciente sepa
cuáles son sus características.
P.- El Colegio de Médicos de
Baleares ha hecho, a lo largo
de su historia reciente, un especial
esfuerzo en la formación
de los médicos, además
de en aspectos clínicos y asistenciales,
en cuestión de formación
para la gestión…
R.- Efectivamente. Además de
ofrecer una buena formación en
aspectos clínicos también la hemos
facilitado en materias que
han sido huérfanas, como la bioética,
el liderazgo, la gestión hospitalaria
y en sistemas sanitarios, los
foros de innovación en Atención
Primaria…
P.- ¿Ha dicho ‘materias huérfanas’?
R.- Sí. Son materias fundamentales
en las que con frecuencia no
se forma en los hospitales, como
es el caso de la bioética, que es
fundamental en nuestra profesión.
Nosotros hemos llevado a
cabo ya dos cursos de Experto
Universitario en Bioética, en colaboración
con la Universitat Ramon
Llull, de Barcelona. Estamos
cubriendo un espacio que era necesario
cubrir en la formación sobre
materias como el liderazgo o
la evaluación de tecnologías sanitarias.
Y ofreciendo cursos de inglés
y pronto de catalán, en colaboración
con el Consorci per al
Foment de la Llengua Catalana.
P.- Esto que me cuenta me da
pie para preguntarle por la polémica
sobre la exigencia del
nivel B de catalán en la sanidad
balear…
R.- El médico tiene que poder
comunicarse bien. Si se dirigen a
él en catalán y sabe catalán, mejor.
Hay que fomentar y facilitar el estudio del catalán. Pero no ha
de ser un requisito. Si ya por la
insularidad tenemos dificultades
para cubrir determinadas
especialidades médicas, será
más complicado cubrir esas
especialidades si se les exige
un nivel de catalán. Queremos
fomentar que el conocimiento
del catalán sea un mérito,
pero no una exigencia. Porque
además queremos que haya
movilidad de médicos de toda
España y Europa.
P.- Una de las características
de la sociedad de
nuestros tiempos es la inmigración.
Últimamente
vienen muchos médicos de
países extra comunitarios…
R.- En España, en cinco
años, hemos pasado de 39 millones
de habitantes a 46. Al
mismo tiempo, se ha producido
un gran envejecimiento
poblacional. Todo esto genera
la necesidad de más médicos.
Y, efectivamente, han llegado
muchos médicos de
otros países. Eso es positivo,
porque vienen a ayudarnos.
Desde el Colegio de Médicos
de Baleares queremos que los
médicos extra comunitarios
tengan una calidad adecuada,
y es al Ministerio de Educación
al que le corresponde convalidar
las titulaciones en lo
que respecta a los generales,
y a la Comisión de Especialidades
Médicas en lo que se refiere
a los especialistas. Este
sistema es mejorable, pero
debe consolidarse.
P.- ¿Por qué lo dice?
R.- Porque ahora se está preparando
un decreto que es un atajo,
que evita esa comisión. Creemos
que esta comisión debería seguir,
aunque siendo más ágil y
realizando exámenes más prácticos.
En los últimos años, las homologaciones
son masivas: seis
o siete mil nuevos médicos al año.
Por eso queremos que estos procesos
de homologación sean garantistas.
P.- El Govern ha anunciado
que, dentro de poco más de un
año, se impartirá
en
Baleares el
primer curso
de la Facultad
de
Medicina…
R.- Creo
que lo primordial
es
que la Facultad
de Medicina
sea un proyecto bien financiado
y de calidad, y que no fracase
por déficits de instalaciones y
de profesorado. Creo que tiene
que ser un proyecto que se desarrolle
de forma consensuada con
las fuerzas políticas y los profesionales,
con el Colegio de Médicos.
Deberíamos poder aportar nuestra
experiencia. Si todos estos requisitos
se cumplen, la Facultad
de Medicina aportará algo a nuestra
sociedad. Fidelizará a los médicos
que trabajan en Baleares,
porque les permitirá acceder a la
docencia y a una mejor investigación.
Pero que no se crean que reducirá
del todo el déficit de médicos
de Baleares.
P.- ¿Por qué mantiene esa opinión?
R.- En primer lugar, porque lo
que se impartirá aquí será un título
de grado. Luego, para la especialización
habrá que irse a hospitales
a cursar el MIR que tal vez
estén fuera de las islas, de modo
que muchos médicos no acabarán
aquí su carrera. En segundo término,
porque hay que tener en
cuenta que en el marco del Espacio
Europeo podrán venir a estudiar
aquí alumnos procedentes de
todas las partes de Europa.
P.- Justamente estos días cumple
usted sus tres primeros
años como presidente del COMIB.
¿Qué balance hace?
R.-Pues, revisando el decálogo
que ofrecimos en la campaña, se
puede comprobar que se han hecho
muchas cosas. Se ha hablado
de deontología, hemos reducido
las cuotas para los MIR, hemos
potenciado la
formación continuada
y la carrera
profesional…
Tenemos
la biblioteca
virtual en funcionamiento.
Potenciamos el
Programa de
Ayuda Integral
al Médico Enfermo.
Hemos mejorado la calidad
del COMIB recibiendo el año
pasado el certificado ISO 9001
2000, y hemos llevado adelante
un plan de responsabilidad social
corporativa para los trabajadores,
además de propiciar una mejora
funcional de las instalaciones colegiales,
nuevas aulas, nueva cafetería,
video conferencias…
P.- ¿Y qué queda por hacer?
R.- Muchas cosas. Hemos de mejorar
urgentemente la sede colegial
de Eivissa Esperamos poder inaugurar
próximamente dos nuevas
aulas, en una de las cuales las sociedades
científicas podrán trabajar
con las nuevas tecnologías
y en la otra estará la sede de la
Fundación COMIB. Preparamos
un master en Bioética y
mantener los cursos de formación
en dirección y organización.
Queremos crear la Universidad
de los Pacientes, donde se
les explicará cómo usar los servicios
sanitarios, cómo deben
prepararse para acudir al médico.
Y, finalmente, el próximo 2
de octubre tendrán lugar las terceras
jornadas sanitarias de la
Illa del Rei, en Menorca.
P.- Y esta semana son las
fiestas patronales del Colegio
de Médicos…
R.- El viernes 26 de junio
tendrán lugar los actos en tributo
a nuestra Patrona. Queremos
que sean un homenaje a la
profesión, reconocer el día a
día de los médicos, especialmente
de los que llevan 25 y
cincuenta años de colegiación.
Queremos que sea una jornada
de encuentro, de reconocimiento
a los veteranos, y de
bienvenida a los jóvenes. El
acto central será una conferencia,
que según creo resultará
muy interesante y hará reflexionar
a quién la escuche: la
doctora Begoña Román, profesora
de la Universitat Ramon
Llull, hablará sobre la ética de
las instituciones sanitarias.
P.- Por último, una reflexión.
¿Qué le diría a ese joven
de 16 ó 17 años que está
reflexionando seriamente
sobre la posibilidad de estudiar
Medicina?
R.- Que estudie mucho, porque
la nota de corte para entrar es
muy alta, pero que siga, que tendrá
muchas satisfacciones, aunque
es mejor que no confíe en hacerse
rico. La medicina sigue siendo
una profesión vocacional, en la
que se trabaja mucho y se tienen
muchas satisfacciones. Este futuro
médico comprobará cómo a
unos pacientes les ayudará a que
se recuperen, y como en otros casos
contribuirá a hacerles más
confortable el proceso, aunque no
lleguen a recuperarse. Es la profesión
más maravillosa del mundo.