Francesc Marí Marí es un joven economista ibicenco afincado en Mallorca, con una ya importante trayectoria en la gestión sanitaria. Actualmente acomete el desafío de poner en marcha el Plan Director del Hospital de Manacor, del que es director gerente. Este plan ha de cubrir las necesidades de crecimiento del centro en los próximos 15 años.
P.-El Hospital de Manacor nace a finales de la década de los 90 como una de las primeras fundaciones hospitalarias de España. ¿Qué queda de todo aquello?
R.- El Hospital de Manacor ha cumplido 13 años como fundación y efectivamente, fue de las primeras de España, con el Hospital de Alcorcón, en Madrid. Hoy tenemos aún el mismo estatuto que proporciona una mayor agilidad en la gestión. No obstante, hace tres años se inició un camino que entiendo que no tiene retorno y que es su conversión en una fundación pública o en una empresa pública.
P.- ¿Cuál será el principal cambio?
R.- Pues el paso del personal, que es ahora laboral, a estatutario [que es cómo se denomina en medios sanitarios a los ‘funcionarios’]. Este proceso nace de un acuerdo alcanzado con los sindicatos en 2006, es decir, que ha sido consensuado. Este proceso es diferente a una Oferta Pública de Empleo (OPE) pero ya digo que hay acuerdo sindical, y se iniciará cuando hayan finalizado las OPEs que tiene en marcha el IB-Salut, de modo que yo creo que se habrá culminado en 2010 o 2011.
P.- ¿Qué ha fallado del modelo inicial de las fundaciones, que parecía que iba a revolucionar la gestión hospitalaria?
R.- Pues creo que ha fallado que no se han sabido vender bien sus bondades. En un principio se entendió que el modelo se iría replicando en todos los hospitales y no ha sido así. O por lo menos no ha sido así en todas las comunidades autónomas, ya que por ejemplo, en Valencia, siguen desarrollándose las fundaciones y además se privatizan.
P.- Tal vez haya dado miedo que se derive en una privatización de los hospitales.
R.-Y eso pese a que con este modelo los hospitales son 100% públicos y en ellos prima el modelo de equidad y el de asignación de un sector poblacional y que el usuario no distingue si le atienden en una fundación o no, de modo que no debería haber ninguna inquietud. Pero lo cierto es que los sindicatos y otros sectores de opinión han creado esa sanción de malestar en torno al modelo.
P.- De este modelo se decía que permitía una total autonomía de gestión.
R.- La verdad es que tener personalidad jurídica propia permite ganar en agilidad de gestión. Y la verdad es que los profesionales estaban y están a gusto en este modelo. De cualquier modo, también lo es que desde hace años ya nos regíamos por la Ley de Contratos del Estado. Al final será una cuestión de marcos legales. No es lo mismo regirse por el Estatuto de los Trabajadores que por el Estatuto Marco.
P.- ¿Cómo ha evolucionado el hospital en estos años?
R.- El hospital ha ido de menos a más. Empezó con unos profesionales y unos servicios que casi se han triplicado. Ha crecido adaptándose a las necesidades y expectativas de su población de referencia. Es en estos momentos un hospital joven, pero consolidado, con una buena cartera de servicios y un buen funcionamiento y reconocido por su sector como el centro sanitario de referencia.
P.- Quizás el de Manacor, en comparación al de Inca o al de Son Llàtzer, es el que mayor voluntad tiene de independencia…
R.- Quizás somos el hospital más ‘part forana’ de todos los comarcales. También hay que tener en cuenta que la apertura del hospital de Manacor se hizo en un momento muy diferente al de Inca, en el sentido de que para cada plaza que había por cubrir había 10 profesionales que la solicitaban. Eso permitió hacer una selección muy acertada. Al principio los gestores temían que la población no entendiera que era su nuevo hospital de referencia y se hizo una comunicación municipio por municipio. Pero la gente lo entendió y se cubrió ese hueco que había en la atención sanitaria de las personas que vivían a más de 50 kilómetros de Palma.
P.- ¿Son necesarias muchas derivaciones al hospital de Son Dureta, que es el de referencia de todas las Islas Baleares para casos más complejos?
R.- Hay que tener en cuenta que en el IB-Salut hablamos cada vez más de ‘servicios de referencia’ en lugar de ‘hospitales de referencia’. Esos servicios de referencia no tienen que estar forzosamente en Son Dureta. Hay muchos servicios en el hospital de Manacor que están a un nivel muy alto. Desde que se pusieron en marcha los premios Top 20 [que premian la excelencia hospitalaria] hemos obtenido muchas de esas distinciones, ocho como hospital y 12 por especialidades. Siempre nos hemos querido comparar con los mejores hospitales a nivel nacional. Ésta es la cultura que tenemos interiorizada y no por las diferentes gerencias, sino por los profesionales, que quieren estar arriba, entre los mejores.
P.- ¿Cuál es en estos momentos la actuación estrella del hospital?
R.- El desarrollo del Plan Director, que ha de dar soluciones a las necesidades hospital para los próximos 15 años. Nos estamos quedando estrechos. El proyecto consiste en la construcción de un nuevo edificio anexo que permitirá ampliar y mover, como si de las piezas de un puzzle se tratara, servicios como el de paritorios, la UCI, los gabinetes de endoscopia y las consultas externas. El proyecto como tal se ha de hacer por fases para que sea factible. El horizonte de su desarrollo es de 36 meses y el coste se ha estimado en 12 millones de euros. En 2010 comenzaremos con la adjudicación de las obras.
P.- ¿Cómo será este nuevo edificio?
R.- Anexo al actual y comunicado en todas sus plantas. Nos permitirá albergar las consultas externas, ampliar el Hospital de Día Onco-Hematológico y habilitar el Hospital de Día Psiquiátrico, además de mejorar el servicio de rehabilitación del aparato locomotor. El crecimiento que prevé el Plan Director no es de cara a un aumento de la población o de los profesionales, sino para mejorar la habitabilidad del hospital, el trabajo diario.
P.- Imagino que en este tiempo se habrá avanzado mucho en la ambulatorización de la asistencia.
R.- Así ha sido en los últimos años. Ya tenemos un 60% de procesos ambulatorios con la activación hace dos años de la Unidad de Cirugía Sin Ingreso (UCSI), con los nuevos gabinetes que permiten potenciar un diagnóstico y un tratamiento ambulatorios.
P.- De la mano de esta ambulatorización debe ir una mayor asistencia hospitalaria.
R.- Sí, esto es algo que está sobre la mesa en estos momentos, pero hay que tener en cuenta que el modelo de asistencia hospitalaria domiciliaria es algo que funciona muy bien en los grandes núcleos urbanos, pero no tan bien en las zonas rurales. En lo que vamos a trabajar ahora intensamente es en recuperar algo que hacía el hospital al principio de su andadura, trabajar más con los centros de salud, actuar como consultores de los médicos generales. De ese modo, formándoles, seguro que se puede gestionar mejor al paciente y evitar que en muchos casos llegue al hospital.
P.- ¿Cómo van las listas de espera?
R.- En lo que se refiere a las listas de espera quirúrgicas estamos por debajo de lo que marca el Decreto de Garantías. En las espera para consultas externas hay dificultades en algunas especialidades, como Digestivo, Neurología, Cardiología… Estamos gestionando para reducir las demoras con un programa de autoconcertación con los profesionales. Pero lo cierto es que derivamos pocos casos fuera, tanto a Son Dureta como a clínicas privadas, porque casi no hay oferta.
P.- ¿Cuáles son los servicios que considera excelentes, dentro del hospital, Urología, que acaba de ser distinguida, Ginecología que tiene un programa muy novedoso?
R.- Estas que menciona y otras más, porque en general el nivel del hospital es muy bueno y que ese nivel alto sea equilibrado hace que pueda haber servicios excelentes, cosa que sería imposible, por ejemplo, si fallaran los servicios centrales.
P,- Y por fin, no me resisto a preguntarle qué hace un ibicenco tan de pura cepa como un Marí Marí gestionando el Hospital de Manacor.
R.- Estudié en Mallorca. Comencé en la gestión sanitaria en 1993 en Atención Primaria y luego en 1997 fui al Hospital de Monte Toro, en Menorca. ¡Allí sí que era raro, un Marí Marí entre los Pons Pons! Estuve muy bien en Menorca. Luego fui a la gestión de la Clínica Palmaplanas y ahora en el Hospital de Manacor. Realmente, el único lugar en el que no he trabajado es en Ibiza. Mi hogar está en Mallorca. No estoy de paso.