P.- Una innovación importante la creación de este instituto.
R.- Hasta ahora había unidades de salud mental infanto-juvenil, en Palma, Manacor, Inca. Ahora se crea este instituto. Se ha evolucionado mucho desde que en 2002 se creó la primera Unidad de Salud Mental Infanto Juvenil. Antes había un psiquiatra y un psicólogo para 100.000 habitantes. Ahora se ha pasado a disponer de 68 profesionales que se dedican a esto.
P.- El nuevo modelo será mejor por una cuestión de independencia.
R.- Hasta ahora el problema que teníamos era el de tener que ‘convencer’ a las gerencias de las que dependían estos profesionales, la de Son Dureta, la Manacor, la Gesma, la de Atención Primaria. Esto lo complicaba mucho. El servicio no se adaptaba a las necesidades reales del paciente. Los objetivos de estas gerencias son diferentes. Los hospitales quieren dar una atención especializada, Atención Primaria estar muy cerca del paciente, hacer el primer screening y Gesma ofrecer una atención sociosanitaria. Ahora será un proyecto para todo el IbSalud y habrá que ‘convencer’ a nivel operativo a la gerencia de Son Dureta – Son Espases, de la que dependerá el nuevo instituto.
P.- Entiendo que la nueva institución es más un modelo organizativo que una entidad física propiamente dicha.
R.- Este instituto será una unidad de gestión en la que esa gestión se otorga a los profesionales. De este modo habrá mucha más independencia y será mucho más fácil gestionar los recursos, algo que se hará en base a la evidencia científica y a las necesidades del paciente.
P.- Por ejemplo…
R.-Pues ahora los pacientes de Sóller tenían que venir a Palma: ¿No sería más fácil que el psiquiatra o el psicólogo fueran una vez a la semana a Sóller? Se organizarán guardias más especializadas y localizadas. Los psiquiatras de las urgencias hospitalarias podrán llamarnos para consensuar las decisiones.
P.- ¿Cómo entra un niño con problemas de salud mental en el sistema sanitario?
R.- Desde los centros de Atención Primaria nos derivarán el niño. A la hora de hacerlo tendremos más flexibilidad; las listas de espera son ahora muy largas. Podremos hacer mejor el screening y priorizar en función de criterios de urgencia, gravedad o necesidad.
P.- ¿Por qué se ha elegido esa integración en el hospital de Son Dureta – Son Espases?
R.- Porque en ese centro hospitalario, que es el de referencia para todas las Islas, se encuentran ya muchos de los psiquiatras, la Unidad de Hospitalización y el Hospital de Día, así como las consultas externas. Hasta ahora la Unidad de Salud Mental Infanto-juvenil estaba en el Hospital de la Cruz Roja, pero por el crecimiento que se ha experimentado, los recursos son insuficientes.
P.- ¿Cuáles son los principales problema de salud mental en el entorno infantil y juvenil?
R.- Los principales problemas son los trastornos del desarrollo neurocognitivo, el Transtorno de Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), el autismo y los problemas de retraso en el aprendizaje como la dislexia, la disgrafia. Estos problemas los sufren el 10% de los niños. Esto quiere decir que por cada aula del sistema educativo puede haber dos niños con alguno de estos problemas.
P.- Me da la impresión que algunos de estos problemas se desconocen o se confunden.
R.- A veces se confunden, a veces pasan desaparecibidos como tales problemas. A veces a los niños autistas más listos, a los del Síndrome de Asperger, se los cataloga como ‘extraños’, a los que tienen TDAH como a ‘niños malos’. Falta identificar muchos de estos trastornos desde los servicios de Atención Primaria. Con la creación del Instituto será más fácil alcanzar estos diagnósticos ya que los psiquiatras trabajaremos de forma más estrecha con los pediatras e incluso con los maestros, en el sistema educativo.
P.- Supongo que están trabajando especialmente en este ámbito.
R.- Estamos desarrollando protocolos, como en el caso del TDAH y en formación sobre el autismo. La asociación de Asperger ha conseguido subvenciones, dinero que reinvertirá en el sistema público para formar en esta materia a educadores sociales, profesionales docentes, sanitarios, etcétera. En el desarrollo de los protocolos para el diagnóstico y tratamiento del TDAH y el autismo se cuenta mucha con los padres.
P.- Imagino que hay mucho estigma en lo que a la salud mental infantil y juvenil se refiere.
R.- Ha habido estigmatización, efectivamente. Pero cada día más se están haciendo las cosas bien en los centros educativos y los servicios sociales. Lo más importante es que las necesidades los pacientes se cubran. Y en eso trabajamos. Para acabar con la estigmatización, lo mejor es apresurar el diagnóstico y la instauración del tratamiento, de ese modo habrá menos necesidades que cubrir y menos complicaciones, podremos hacer una prevención y la estigmatización descenderá. Aunque siempre habrá algunos casos en los que será inevitable que el niño tenga que pasar a otra aula.
P.- ¿Cómo reaccionan las familias?
R.- Otro de los problemas relacionados con la estigmatización de este tipo de trastornos es que cuando aparece la enfermedad lo hace, en ocasiones muy de repente y eso hace que los padres se asusten.
P.- ¿Cuáles son las necesidades cuya cobertura hay que mejorar?
R.- Hay que acercar más los servicios. No están suficientemente cerca. Lo que decía antes, que los pacientes de Sóller han de venir a Palma, o que los de Artà, de dónde soy yo, han de ir a Manacor. Necesitamos trabajar en el entorno del paciente para que el entorno aprenda algo. En eso estamos cambiando. Desplazamos las consultas a los centros de educación especial, a los centros de menores, de acogida, a los de régimen cerrado o semi cerrado, como Es Pinaret o es Ferrere, aunque nos gustaría acercarnos mucho más.