Manuel Palomino, director de Gestión del IB-Salut, repasa la construcción del macro hospital, que es ya uno de los más modernos de toda Europa
Manuel Palomino es el director de Gestión del Servei Balear de Salut. Sobre sus espaldas ha recaído la tarea de construir Son Espases. Es decir, de organizar todo el proceso de seguimiento y desarrollo de la concesión de las obras y, ahora, de su apertura y puesta en funcionamiento. Sus manos dibujan ya casi de forma automática el croquis del hospital, su forma, sus dependencias, su estructura y los muchos problemas que ha habido que resolver sobre la marcha, como encontrarse un poblado romano enterrado ante lo que iba a ser la puerta de urgencias.
P.- Cuando el domingo 10-10-10 el conseller Vicenç Thomàs recibió la ‘llave’ del Hospital de Son Espases, se cerró un ciclo, un círculo que se abrió en 2007 cuando, recién llegada esta administración sanitaria se decidió que había que seguir adelante con el hospital. ¿Qué se encontraron, qué tuvieron que hacer?
R.- Nos encontramos con un proyecto adjudicado de acuerdo a un modelo de gestión de 2002 que era una modificación de un proyecto de reforma de Son Dureta, que se convertía en la construcción del nuevo hospital en Son Espases.
P.- ¿Y hubo que cambiar muchas cosas?
R.- Hubo que revisar el programa asistencial y funcional ya que se diseñó en 2002 y el hospital iba a abrirse a finales de 2010, es decir, ocho años después. Nos reunimos con los profesionales y se decidió ampliar una serie de elementos de los que ya se ha hablado en muchas ocasiones: más quirófanos, más espacios para gabinetes, más consultas, ampliar el área de psiquiatría, ampliar las áreas de hospital de día y las zonas para críticos, etcétera.
P.- ¿Por qué han sido necesarios tantos cambios?
R.- Porque el proceso de gestación ha sido muy largo y las necesidades han cambiado. En este tiempo ha habido que adaptarse a dos normativas que al principio del proyecto aún no se habían aprobado, como son el Código Técnico de Edificación (CTE) y la normativa de accesibilidad de la CAIB. El nuevo CTE nos ha obligado a mejorar las calidades, a reducir el impacto medio ambiental, a dotar de mejor insonorización, más seguridad, una morfología diferente.
P.- Y también la necesidad de cumplir con las nuevas normas de accesibilidad que antes mencionaba.
R.- Sí. Nos reunimos con los responsables del Consell de Mallorca y de la Mesa de Accesibilidad y configuramos un grupo de trabajo, llegando a una serie de acuerdos, aunque hay que decir que el proyecto original se ajustaba perfectamente a lo que en aquel momento se solicitaba.
P.- ¿Muchos cambios en este sentido?
R.- Pues ha habido que adaptar los baños, crear circuitos adaptados, adaptar los pasillos y zonas comunes, los vestuarios, los desniveles. En conjunto ha quedado un hospital muy accesible.
P.- Muchos cambios, entre todo.
R.- En total las modificaciones estructurales han permitido ganar más de 8.000 metros cuadrados asistenciales y se ha actuado sobre 62.000 de los 172.000 metros cuadrados totales del nuevo hospital.
P.- Uno de los grandes cambios ha sido el soterramiento del edificio de servicios.
R.- Hemos llegado a una serie de acuerdos con el Consell de Mallorca para integrar el hospital en el terreno, incluyendo estos acuerdos en el Master Plan del Consell, cuyos objetivos son precisamente la integración paisajística. Antes de decidir el soterramiento del edificio técnico, el Monasterio de La Real quedaba, visualmente, a 280 metros del hospital. Una vez soterrado queda a 415 metros. Con eso hemos ganado –la ciudad ha ganado –un espacio dedicado a jardines y paseo de 60.000 metros cuadrados, todo ello integrado, ya digo, en el Master Plan. El paisaje es además rural, respetando y recuperando el entorno que había antes en la zona.
P.- Otro elemento que les ha dado mucho trabajo es la adaptación a los descubrimientos arqueológicos.
R.- Al adaptar el proyecto faltaba por excavar tres zonas en busca de posibles vestigios. Como se encontraron resto, que afortunadamente eran elementos movibles, ello nos obligó a hacer una prospección arqueológica, que finalmente ha supuesto un movimiento de tierra sobre 63.000 metros cuadrados, uno de los movimientos de estas características más grandes de Europa en mucho tiempo. Afortunadamente llegamos a un acuerdo con la concesionaria de las obras para que siguieran trabajando antes de que se acabara el movimiento. Íbamos dejando espacios para que siguiera el tajo y seguían construyendo.
P.- Y llegaron los hallazgos.
R.- Cuando ya habíamos revisado todas las áreas y solo nos faltaba la que está delante de lo que es la puerta de Urgencias, encontramos un yacimiento. Nada menos que un poblado romano de la época republicana, donde además vivió un patricio (encontramos su anillo con un sello de oro). ¿Qué íbamos a hacer, cambiar todo el proyecto, mover el hallazgo…?
P.- ¿Y?
R.- El Consell nos permitió moverlo y reconstruirlo exactamente igual y en el que había sido su entorno. Ésta fue su condición. Lo hemos recolocado junto a Ses Cases Velles, un conjunto que data de los siglos XIII, XVII y XIX y que también se está restaurando. Junto a los porches de este conjunto, que es lo más moderno, se colocará un centro de interpretación y se está estudiando hacer exposiciones temporales, de acuerdo con el Museu de Mallorca, de los hallazgos que se han ido haciendo. Tenemos 400 o 500 cajas de hallazgos que ya se han enviado al Museu.
P.- Entonces, ¿el hospital está acabado?
R.- Lo está. Ha sido un trabajo de equipo, con unos colaboradores extraordinarios. Estamos colocando ahora la tecnología. Pactamos que podríamos empezar con el equipamiento dos meses antes del final de las obras. De estos equipamientos está todo lo estructural: los quirófanos inteligentes, los sistemas de diagnóstico por imagen, las resonancias magnéticas, uno de los quirófanos se ha levantado para colocar una resonancia intraquirúrgica, que será un gran avance, especialmente en Neurocirugía.
P.- ¿Un hospital puntero en tecnología?
R.- Sí, estaremos a la cabeza de Europa. Y es más, seremos punta de lanza al abrir y lo vamos a ser al menos durante los próximos 7 años, gracias al sistema de contratación que pusimos en marcha, lo que se llama dialogo competitivo. Consiste en que el contrato no se cierra, sino que se preselecciona a una serie de proveedores y se va entablando con ellos un diálogo posterior, de modo que vayan ofreciendo soluciones. De ese modo podemos incorporar los últimos avances del momento y no los que había cuando se hizo el proyecto. Y como además todo lo que se cambie en 7 años va por cuenta de los proveedores y ha de ser de último nivel, en 7 años tendremos lo último, de modo que en ese periodo seremos punta de lanza de tecnología.
P.- Supongo que los equipos serán impresionantes.
R.- Hay que tener en cuenta, para hacerse una idea, que lo más avanzado de Son Dureta es el punto de partida de lo que habrá en Son Espases. Tendremos quirófanos integrados con imagen, quirófanos inteligentes, una resonancia magnética intraquirúrgica, un PET-TAC que será el segundo de Baleares y el primero de la sanidad pública de las Islas, cuatro resonancias magnéticas de las que tres serán de última generación, un robot quirúrgico, el Da Vinci, que es lo último. Además, habrá un sistema informático de monitorización que irá desde las Urgencias a todas las fases de hospitalización, pasando por la UCI.
P.- Y todo esto, ¿cuánto ha costado, o mejor dicho, ya que es ahora cuando se va a empezar a pagar, cuánto costará?
R.- Hay que diferenciar dos costes, el de construcción y el de prestación de servicios generales. Los servicios que en Son Espases estarán externalizados serán los mismos que ya lo están en Son Dureta: limpieza, cocina, seguridad. Todos esos servicios se agruparán y se le darán a la concesionaria, a la misma unión de empresas que ha hecho el hospital y por un periodo de 29 años. Bueno, pues con este sistema, saldrán más baratos esos servicios en Son Espases de lo que están saliendo ahora en Son Dureta.
P.- Luego, o mejor dicho, antes, están los costes de construcción.
R.- La construcción en total son 235 millones de euros. Pero el modelo concesional que tenemos solo paga el 80% y el rresto lo financia a 29 años y al 4,5%, lo que es más barato que el precio del dinero. Esto es 15 millones de euros al año por el edifiico, más 22 millones al año por los servicios. Pero además, se nos compensa por la actividad comercial.
P.- ¿Cómo es eso?
R.- Es que hay que tener en cuenta que este gran hospital generará un gran movimiento de personas y eso genera un movimiento comercial. Habrá cafeterías, tiendas, oficinas bancarias, todo eso filtrado por nosotros para que no haya comercios incompatibles con el hospital. Pues por el derecho de la concesionaria a explotar esa actividad comercial, que lo hará la concesionaria, nos reduce los costes anuales en 900.000 euros.
P.- Tienen previsto, además, un programa de auditoría muy duro.
R.- Le llamamos Proyecto Óptima y es una aplicación informática que hemos desarrollado específicamente para el nuevo hospital. Gracias a esta aplicación 400 profesionales podrán introducir las incidencias que se vayan produciendo en los servicios y detectaremos las que no se resuelvan en los plazos establecidos. Esos retrasos supondrán que les reduzcamos la cuota mensual.
P.- Unas condiciones muy duras…
R.- Estaban en el pliego de condiciones, nosotros solo les hemos dado una vuelta de tuerca. Hay que tener en cuenta que las cosas están saliendo muy bien, dentro de los plazos previstos. Y que somos el único hospital de los seis hospitales en construcción que está en lanzadera según lo previsto. Todos los demás se han demorado.
P.- Supongo que se ha hecho un especial hincapié en la cuestión medio ambiental.
R.- Es una consecuencia de la aplicación del CTE. El objetivo es proteger el medio ambiente, que el hospital tenga el menor impacto posible y reducir los costes energéticos. Hemos instalado 800 metros cuadrados de placas térmicas y 1.000 metros cuadrados de placas fotovoltáicas. Las primeras producirán el 70% del agua caliente del hospital. En total, con los medios que hemos puesto en marcha, nos ahorraremos el 20% de los costes enerégiticos totales, lo cual es muchísimo. Hemos aplicado las previsiones medioambientales del CTE dos gradientes más avanzados de lo que tocaría.
P.- En cuatro palabras, ¿qué le sugiere este hospital?
R.- Es un hopital muy horizontal, muy accesible y cuando se conozca se verá que es muy funcional y muy agradable. Muy luminoso, se aprovecha mucho la luz natural. Es un edificio muy hecho hacia afuera. Las ventanas son muy grandes, de 4 o 5 metros cuadrados: se ha sacrificado balcón para que las ventanas sean más grandes y entre más luz. Y será un hospital confortable, con un 60% de habitaciones individuales. Los espacios comunes son muy grandes. Ninguno de los 1.000 trabajadores del hospital sentirá nunca en una aglomeración.