En Microbiología el tiempo es oro. Descubrir qué tipo de bacteria ha generado una infección determinada es el paso necesario para poder aplicar un tratamiento. En la Clínica Rotger, el Centro de Análisis funciona como un reloj de precisión: su rapidez en el diagnóstico y su fluida comunicación entre profesionales ha sido reconocida internacionalmente. La Fundación IO acaba de entregarle un galardón por su capacidad de reacción ante una infección ocasionada a unos pacientes por mesoterapia. El doctor Mikel Ruiz Veramendi desgrana en Salut i Força cómo el artículo premiado ha situado a la Clínica Rotger en la vanguardia de los Centros de Análisis.
P.- Doctor Ruiz, en primer lugar, enhorabuena. El Centro de Análisis de la Clínica Rotger acaba de obtener un primer premio de la Fundación IO en Categorías Infecciosas. ¿En qué ha consistido el artículo?
R.- Es la descripción de los primeros casos de un brote que hubo en Mallorca de una infección por una bacteria en un grupo de gente que se había realizado mesoterapia. Las primeras pacientes las vimos aquí, en Microbiología, nos las envió el doctor Gutiérrez de la Peña, dermatólogo. Nos pusimos en marcha para que la realización durante la primera visita de las tinciones y los cultivos fueran rápidas porque son importantes para el diagnóstico e inicio del tratamiento precoz. Fue una cosa que salió redonda: sospechas la infección, la tiñes, la detectas e informas al dermatólogo y a Sanidad. Se desencadenó todo el proceso.
P.- Puede explicar un poco el caso real.
R.- Fueron mujeres y hombres que se aplicaron mesoterapia con fines de adelgazamiento o estéticos y el caso está en manos de la justicia. Aparecieron unas lesiones pequeñas los primeros días en las piernas pero la evolución fue lamentable. Como venían del dermatólogo, fue él quien nos las mandó a nosotros y en la misma mañana reclamamos una biopsia al propio doctor Gutiérrez de la Peña. Se hizo, teñimos la biopsia y ya vimos la microbacteria.
P.- ¿Qué tipo de bacteria se descubrió y qué tratamiento se aplicó?
R.- Diagnóstico rápido y claro, se hizo un tratamiento empírico y luego ya se enviaron las muestras a hacer el antibiograma y pasaron al grupo de infecciosas y allí le ajustaron el tratamiento. Sabemos que no se han recuperado por completo, les han quedado secuelas ya que a los nueves meses del tratamiento tienen cicatrices. Han mejorado las lesiones, no son tan excavadas.
P.- ¿Por qué esta bacteria es tan virulenta y provoca estas lesiones?
R.- Las microbacterias tuberculosas provocan toxinas. El problema es cuando se rompe la piel, que es nuestra coraza. Entonces, bacterias que no son patógenas habitualmente porque viven en la tierra y el agua y no causan problemas hasta que se rompe la continuidad cutánea. Todos los casos que se han descrito son tras inyecciones, mesoterapia… cualquier cosa que rompa las barreras.
P.- Tengo entendido que había leído algo al respecto o recordaba un caso similar en España. ¿Es así?
R.- Así es, en 2009 había salido publicado un póster en un Congreso de Microbiología que se hablaba de un caso similar en Logroño. Precisamente lo comenté con mi compañera Pilar Palou de Comassema pero era una bacteria similar, de la familia. Fue como una memoria fotográfica al ver los abones en las piernas. Fue una suerte porque lo teñimos tan rápido y enseguida lo pusimos en marcha.
P.- ¿Qué es lo que se ha valorado exactamente, la capacidad de respuesta de todo el Centro de Análisis y su rapidez de diagnóstico?
R.- Claro. La capacidad de reacción y su calidad ante un problema en que hay que pensar en él. La cuestión está en que si el médico no se le ocurre o no se lo cuentan (a veces las cuestiones estéticas se ocultan y más con la mesoterapia). Los médicos de Atención Primaria o los dermatólogos deben acordarse de que existe porque es una infección poco frecuente y nadie piensa en ello. El peligro es que las pacientes roten de un sitio a otro y que se despisten y pase el tiempo y entonces el tratamiento es peor. Estuvimos inspirados.
P.- Puede que el lector no sepa distinguir entre un Laboratorio y un Centro de Análisis pero hay una gran evidencia. En la Clínica Rotger tienen todo en uno… ¿no es así?
R.- Es importante que los tres seamos médicos en el Centro de Análisis. La doctora Llompart es la responsable de Bioquímica, Hematología con el doctor Antich y yo en Microbiología. Los tres conocemos mejor la patología porque nuestro diálogo es muy estrecho. El Centro de Análisis tiene su clave del éxito en la multidisciplinariedad con una gran comunicación. En la Clínica Rotger hacemos Microbiología en tiempo real desde hace quince años. Que el médico sepa todo lo antes posible. Por ejemplo, si hay un paciente en UCI que tiene una infección por una bacteria yo llamaré al doctor Jordà y le avisaré de que tiene un bacilo gran negativo que, aunque no lo haya identificado, ya tiene información. No esperamos a los tres días para dar el resultado definitivo. Es un cambio de concepto importante porque durante muchos años la Microbiología ha estado poco valorada por los médicos por el uso indiscriminado de medicamentos y porque siempre ha sido lenta. Aquí el teléfono suena siempre, los médicos consultan de forma interactiva.
P.- ¿Qué siente al recibir un galardón internacional?
R.- A mí me ha hecho mucha ilusión por mí y por la Microbiología en general. Es reconocer la importancia de la especialidad, tenemos que hacernos valer porque toca revalorizar la especialidad. Está de capa caída porque hay posibilidad de que se absorba por Análisis Clínicos y desaparezca como tal. La comunicación debe ser estrecha con el médico y la rapidez en la Microbiología es fundamental. Hay que ir acortando procesos que es lo que hacemos en la Clínica Rotger. Aplicando la tecnología se acortan los plazos de entrega del resultado muchísimo para que el médico tenga el resultado lo antes posible.
P.- ¿Qué es la Fundación IO?
R.- Es una fundación reciente que centra todos sus esfuerzos en divulgar los tratamientos y avances en patologías infecciosas y advierte de sus riesgos constantemente. Reivindica la especialidad de Microbiología y todo lo relacionado con enfermedades infecciosas.
P.- ¿Cuántos profesionales trabajan en el Microbiología de la Clínica Rotger?
R.- Estamos la doctora Pilar Palou de Comassema, que es la adjunta que trabaja conmigo y es especialista en Análisis Clínicos y tenemos dos técnicos de Laboratorio.
P.- ¿Qué tipo de bacterias o de infecciones son las más comunes de detectar y cuáles son especialmente peligrosas?
R.- Tenemos los casos de tuberculosis, que es una bacteria que se pensaba que iba a desaparecer pero ha repuntado con resistencias al tratamiento adecuado. Es una cuestión que nos preocupa mucho y estamos encima. Es una bacteria que crece lentamente durante cuarenta días. También nos preocupan no ya las bacterias sino los pacientes críticos por ejemplo, de UCI. Tenemos mucha comunicación porque en unas horas cambia el pronóstico del paciente. Que se avise en cuatro horas que tiene un estreptococo, a que se dé la información al día siguiente, el pronóstico puede cambiar radicalemente. Hay situaciones especiales con los pacientes, más que bacterias peligrosas.
P.- Un contagio por legionella, ¿es una bacteria qué lo provoca?
R.- La legionella es una bacteria que vive en el agua del mar, ríos o pantanos. Resiste la cloración y llega hasta nuestra agua potable. Aguanta lo que le echas. En una situación cuando se dispersa por un aerosol como duchas o torres de refrigeración para que la bacteria viaje en partículas pequeñas de agua, solo por vía respiratoria puede causar una neumonía. El problema es que hace daño a pacientes con bronquitis crónica o insuficiencia respiratoria. La legionella se descubrió en los años 50 en una convención de legionarios americanos y se convirtió en una epidemia.
P.- ¿Cuánto ha avanzado la Microbiología para evitar casos de hace décadas cuando se producían contagios mortales en quirófanos?
R.- Ha cambiado mucho porque las medidas de higiene han variado. El control de los quirófanos se hace, aquí en la Clínica Rotger hay un protocolo y se está muy encima. El riesgo ha disminuido mucho.
P.- Finalmente, las estimaciones más habituales, apuntan que solo un uno por ciento de los microbios existentes en la biosfera han sido estudiados hasta el momento. ¿Cuáles son los retos futuros del Centro de Análisis de la Clínica Rotger?
R.- El cambio radical que se va a dar dentro de muy pocos años es la Biología Molecular. Hasta hace poco hacíamos la misma Microbiología que hacía Pasteur. Con productos más puros pero desde el mismo concepto. La Biología Molecular detectará el genoma de la bacteria y nos dirá a qué es resistente y a qué es sensible en tres horas. Y desde luego, la Clínica Rotger estará a la altura de la evolución creando dentro de pocos días el laboratorio de biología molecular.