El doctor José Arteaga es un joven médico neurocirujano del equipo del Hospital Universitario de Son Espases. El desarrollo tecnológico permite a los especialistas de esta compleja rama de la cirugía llegar hasta lugares donde antes era muy complejo acceder con seguridad. Sistemas de navegación cerebral o adquisición de imágenes de resonancia durante la operación permiten guiar la mano del neurocirujano con una gran precisión. Los últimos avances posibilitan incluso ensayar la operación en un entorno virtual en el que especialista ve y siente lo mismo que verá y sentirá cuando opere al paciente, pudiéndose así anticipar a los errores.
P.- La Neurocirugía ha avanzado de forma revolucionaria en pocos años.
R.- En 20 o 30 años la Neurocirugía ha experimentado un crecimiento impresionante gracias a las nuevas tecnologías, gracias a los nuevos procedimientos de captación de imágenes y a las herramientas de tratamiento. Actualmente los procedimientos mediante resonancia y su tratamiento digital permite incluso simular la intervención quirúrgica de un paciente determinado antes de realizarla. Esto se puede hacer, en una estación de trabajo adecuada, anticipando de ese modo las complicaciones que puedan producirse al operar de verdad.
P.- También han desarrollado técnicas de ‘navegación cerebral’.
R.- En estos momentos trabajamos con sistemas muy parecidos al GPS que nos permiten saber en qué lugar del cerebro estamos. Es la denominada neuronavegación. Mediante la resonancia intraoperatoria instalada en el propio quirófano se pueden obteniendo imágenes de resonancia en tiempo real. Eso sirve por ejemplo, para saber cuánto tumor se ha retirado. Se hace una secuencia de resonancia; se ve el tumor, se reseca una parte, se vuelve a hacer otra secuencia, se ve lo que se ha resecado y así hasta conseguir la exéresis completa de la lesión. Esta información es muy valiosa para el resultado final de una intervención. Aunque se trata de técnicas que no siempre son las idóneas para todos los casos. También existen otras herramientas muy valiosas como pueden ser las técnicas de fluoresceína y luz polarizada, mapping cortical (cirugía con paciente despierto) y registros neurofisiológicos intraoperatorios.
P.- ¿Para qué están indicadas estas técnicas tal como se practican en el Hospital Universitario de Son Espases?
R.- Van bien para el tratamiento de gliomas malignos o para tumores hipercaptantes en general, así como para delimitar los márgenes de cualquier lesión con escasos milímetros de error. Este tipo de técnicas son de gran utilidad, además, cuando se realiza cirugía de columna para ayudar a colocar la instrumentación, al igual que para mejorar los resultados de las resecciones de tumores intramedulares.
P.- Uno de los hándicaps de cirugías como la Neurocirugía era la existencia de zonas que se catalogaban como ‘inoperables’. ¿Existen aún muchas zonas inoperables en el cerebro y sus inmediaciones?
R.- Sí, aunque cada vez son menos, sigue habiendo zonas intocables, o zonas que si las tocamos sabemos que se van a producir secuelas invalidantes, como parálisis. Sí que se ha logrado, al menos, poder realizar biopsias de esas zonas para saber si se han desarrollado procesos cancerosos. Al menos se ha dado ese avance. Ya digo que esas zonas intocables son menos que antes, pero lo siguen siendo algunas partes como el troncoencéfalo. diencéfalo y los ganglios de la base del cerebro.
P.- ¡Y pensar que antes dependían ustedes de los conocimientos anatómicos y ahora disponen de toda esa tecnología!
R.- Es verdad, antes dependíamos de la referencia anatómica, de los estudios de Neuroanatomía. Aún hay laboratorios de anatomía cerebral, aunque en Baleares no se han desarrollado. Aún se hacen estudios de disección. Antes, efectivamente, los conocimientos de anatomía eran la herramienta que nos permitía navegar ‘a ojo’ por el cerebro, eso y la experiencia. Y conllevaba muchos riesgos de complicaciones, con una tasa de secuelas más elevada que la actual. Hoy seguimos estudiando y teniendo esos conocimientos exhaustivos de Neuroanatomía, pero ya no nos basamos tanto en esos conocimientos sino en las técnicas de Neuronavegación de las que antes hablábamos.Todo ello nos ha permitido avanzar en muchos aspectos y las craneotomías exploradoras son cosa del pasado desechadas actualmente. Los procedimientos mínimamente invasivos y endoscópicos representan, actualmente, la moderna neurocirugía . Evitar grandes incisiones en el abordaje craneal y espinal evita riesgos, reduce la morbimortalidad y la estancia hospitalaria.
P.- Permítame una pregunta: ¿Cómo es ‘ver’ el cerebro humano?
R.- Pues levantamos la piel, abrimos el cráneo, atravesamos las meninges y vemos el cerebro. La verdad es que es muy parecido a los cerebros de vaca o de cerdo que pueden verse en las carnicerías. Es una masa gomosa, muy delicada. Nuestras intervenciones quirúrgicas han de realizarse con mucha perfección, con mucha paciencia. En ocasiones estamos 10 o 12 horas operando, avanzando milímetro a milímetro. Es una cirugía con una gran carga de trabajo y horas de quirófano.
P.- ¿Cuáles son las patologías que tratan con más frecuencia, qué intervenciones destacaría de la Neurocirugía de Son Espases?
R.- En lo que se refiere a cirugía programada las intervenciones de patología del raquis y de líquido cefalorraquídeo son las más frecuentes. En lo que se refiere a las intervenciones urgentes, los traumatismos cráneo encefálicos (TCE) son el número uno . Somos una buena referencia en tratamientos neurovasculares, aneurismas y malformaciones. Trabajamos con gran éxito con el equipo de radiólogos intervencionistas. Los resultados en intervenciones en tumores en la base del cráneo, aunque son casos infrecuentes, también son muy buenos, así como la cirugía de columna cervical más compleja. Y el tratamiento de los casos de TCE sí que es de excelencia, más exclusivo y apurado.