Antoni Mesquida, médico, gestor, persona solidaria e implicada con los movimientos sociales, ha aceptado el encargo del presidente del Govern balear, José Ramón Bauzá, de ser el nuevo conseller de Salud, Familia y Bienestar Social. Llega a la conselleria más compleja y sensible –en cuanto a gestión se refiere –y con mayor presupuesto en un momento complejo y sensible. Y lo hace dispuesto a encontrar soluciones mediante el diálogo y la proximidad. Diálogo, proximidad y eficiencia, son palabras, compromisos, que se le oye repetir. Será por eso que tiene fama de buen gestor.
P.- Empecemos, si la parece, con el conflicto con los médicos. ¿Se ha terminado el problema? ¿Cuándo verá la luz esa ley que permitirá regularizar lo que comenzó mal [los pagos de los aumentos de los complementos]?
R.- En estos momentos aún se está intentando llegar a un acuerdo entre las fuerzas políticas para poder desatascar todo este tema. En principio hay la posibilidad de que durante el verano se pueda sacar esta ley por el procedimiento de la lectura única, si hay un acuerdo.
P.- ¿Le parece que con esto la conflictividad en el ámbito laboral sanitario quedará cerrada, o hay aún cosas pendientes?
R.- Creo que hay cosas pendientes. Tengo que informarme aún de los contenidos de las reuniones mantenidas con los sindicatos. Estamos viviendo un momento en el que es una necesidad que haya diálogo, mucha participación de todas las personas que trabajan en sector sanitario y que aporten, porque todos son válidos para aportar ideas.
P.- ¿Es ése, tal vez, uno de sus primeros compromisos, dialogar y escuchar a todo el mundo?
R.- Pienso que en estos momentos es muy difícil tomar decisiones sin tener en cuenta las opiniones y los consejos de la gente. Prescindir de esto sería prescindir de un capital importante.
P.- Hay una crispación social importante. Parece que cualquier cosa que sucede genera un enfado colectivo o de mucha gente. ¿Cómo analiza esta situación?
R.- Es cierto. Y también creo que desde sectores políticos se está actuando en estos momentos de una forma que creo que no es de la que yo actuaría. No digo que lo hagan bien o mal, solo digo que yo no lo haría así. Del mismo modo que digo que en estos momentos debe haber diálogo, participación e ideas, también digo que habría que dejarse de rifirrafes políticos. La gente, el ciudadano, con los problemas que tiene, no entiende que los políticos se estén peleando.
P.- La Conselleria de Salud es una de las que permite visualizar sus resultados de un modo más práctico y hay una serie de problemas que están ahí, y que hay que solucionar, por ejemplo el de las listas de espera, que han crecido.
R.- Es cierto, han crecido mucho y no hay nada que ocultar. La transparencia va a ser absoluta. Y esto ya desde siempre. Y tampoco voy a hablar nunca de herencias del pasado. Empezamos ahora. Es una responsabilidad que he cogido libremente.
P.- ¿Qué propuestas prepara para agilizar esas listas de espera?
R.- Diálogo, diálogo y participación con todos los implicados, para poder mejorar las listas de espera. Y yo creo que vamos a conseguirlo.
P.- ¿Esto dentro de un año, puede haber cambiado?
R.- [Recapacita] Sí, pienso que sí, si establecemos una nueva dinámica, que la gente sepa, la realidad de las cosas, que tenemos que hacer algo. Estamos preparados, todos, el ciudadano, el médico, los colectivos profesionales sanitarios están preparados en estos momentos, porque son inteligentes, porque ven cómo está la situación.
P.- ¿Se ha acabado el tiempo de ‘solo’ calidad y es ahora el tiempo de la eficiencia?
R.- Hemos de ser eficientes con calidad. La eficiencia es escoger lo mejor, al menor coste. Esto se puede hacer. Y más con la sanidad.
El usuario sabe que la percepción que la gente tiene de la calidad en la sanidad, depende, en gran parte, de las palabras. Imagine lo que podríamos ganar solo con un cambio de actitud, de saber explicar, empatizar con esa persona que está enferma, que está en inferioridad de condiciones, o con un familiar de un enfermo, que también está en inferioridad de condiciones porque sufre por ese enfermo… Esto no es difícil mejorar mucho en cuanto a la calidad percibida por el usuario. Hemos de intentar ser más dinámicos en la resolución de todos los problemas, como el de las listas de espera.
P.- ¿A qué se refiere, volviendo a las listas de espera?
R.- Pues que hemos de pulirlas, depurarlas. Eso no quiere decir maquillarlas. Quiere decir que hemos de priorizar determinadas patologías; no es lo mismo un quiste sebáceo que un cáncer. La gente ha de saber que un cáncer en días, en un mes ha de estar resuelto. En Cataluña, por ejemplo, ya hace años que la lista de espera quirúrgica está acotada a las patologías.
P.- ¿Y dentro de esta necesidad de emergencia de ser eficaces, es posible que sea una buena idea la externalización de servicios, cuando sea más eficaz hacerlo?
R.- Esto siempre te lo preguntan para sacar luego frases de contexto –dice, sonriendo –y por eso yo quiero trasladar la respuesta a donde siempre lo hago, a la economía doméstica: Todo puede estar sobre la mesa, todo; cuestiones de eficiencia, teniendo en cuenta la calidad, es decir, ser eficientes con calidad. ¿’Sanidades’ cuántas hay? ¡Una, la buena, sea de donde sea! También hay que decir que externalizar servicios ya se ha hecho, no sería una cosa del otro mundo. Y el ciudadano entiende perfectamente, por ejemplo, que si tiene que hacer una resonancia y ésta puede realizarse en un plazo de 15-20 días y más barata, sería un absurdo que la administración gaste ‘a lo grande’ el dinero de los impuestos de la gente que lo pasa mal.
P.- Optimizar recursos.
R.- Sí. Estoy convencido de que hay nichos de optimización de recursos. Pero para aprovecharlos tiene que haber una colaboración de todas las personas que trabajamos en el sector, juntos, analizando las cosas.
P.- ¿Y no le parece que dada la situación y todo lo que hay que hacer no sería hora de empezar a definir un modelo de sanidad balear, como ya tienen los catalanes o los andaluces?
R.- Sí, pero en estos momentos debemos ir ofreciendo soluciones en el día a día. Prestar una buena asistencia y solucionar los problemas económicos.
P.- Dentro de la reorganización sanitaria que se ha hecho se sectorizaron las gestiones hospitalaria y primaria, uniéndolas en regiones unificadas. Usted ha dicho que quiere cambiar eso, volviendo al modelo antiguo.
R.- Vamos a hacer una gerencia de Atención Primaria para Mallorca, otra vez. Vamos otra vez a integrar diferentes departamentos en la Gerencia de Atención Primaria. Luego, también, hay una serie de cosas que se ha demostrado que son más eficientes en los hospitales sectorizados, como pueden ser el mantenimiento, o servicios generales, y esto por proximidad, lo dejaríamos igual. Es decir, se crearía una estructura con un gerente de Atención Primaria con todo lo que necesite para sentirse autónomo. Creo que los centros de salud son indispensables y darle la importancia que requiere es darle una Gerencia de Atención Primaria.
P.- Tal vez en estos modelos que siempre se discuten, lo que está pendiente es esa interrelación óptima entre hospitales y centros de salud.
R.- Así es. Desde los hospitales siempre nos dirán que la relación con Primaria ha sido con el modelo actual mucho más directa… pero no es lo que me trasladan los médicos de Atención Primaria, que tienen la impresión de que la preocupación principal de los hospitales es el hospital. Lo que necesitamos es que en el organigrama, aunque no sea nuevo, haya personas que estén a disposición de todos. Y que los problemas sean los del día a día, pequeños pero importantes, y se vayan solucionando. Quiero proximidad, quiero proximidad y quiero proximidad. Si no hay problemas me salgo de este despacho y me voy al Ibsalut a buscarlos y solucionarlos. Quiero estar con la gente. Que cuando pase por una puerta me paren y me digan “tengo este problema”. Quiero que cualquier persona tenga siempre abiertas las puertas de mi despacho.
P.- Otro tema candente que, como tantos otros, le toca resolver a usted, es de los cierres de los hospitales Joan March y General, mal llamado, a mi entender ‘cierre’, pero que genera mucha polémica.
R.- Para empezar le diré que yo considero que cerrar un hospital es un drama. Quiero tener la oportunidad de sentarnos y que la gente que está trabajando en estos hospitales aporte sus ideas. Y si somos poco eficientes y hay que hacer ahorros, que pongan encima de la mesa sus ideas. Y yo les apoyaré. Dentro de tres o cuatro meses habrá que ver números. Si no somos capaces de hacerlo… analizaremos la situación. Si somos capaces de hacerlo, aquí estarán los hospitales. Quiero luchar por intentar mantener abiertos los dos hospitales.
P.- ¿Cómo está yendo el sistema del copago farmacéutico? Que se haga bien implica que lo que se pague de más se recupere pronto. ¿La gente lo está entendiendo o se ponen muy malas caras?
R.- Efectivamente. Parece que el inicio en Baleares, donde ya está implantada la tarjeta electrónica, ha ido bien y no ha habido problemas. Respecto a si ponen o no buenas caras… No pueden poner muy buenas caras, teniendo en cuenta lo que son las pensiones. Que el nuevo sistema puede ser un factor disuasorio, sí, puede serlo. Algunas personas abusaban un poco del sistema. El problema es que todo va subiendo y las pensiones que quedan no son altas.
P.- Una medida que se ha interpretado como un recorte pero parece que busca paliar el fraude es el control de la asistencia a los inmigrantes.
R.- Hay casos diferentes. Por ejemplo, la persona que viene aquí a tratarse porque sufre una patología que no entra en el protocolo de su país dentro de la UE –prótesis, bypasses, etc…–. Para estos casos saldrá una normativa que regulará las condiciones necesarias para que se pueda beneficiar de estas coberturas. Luego están lo que llamamos inmigrantes ‘sin papeles’. No es lo mismo. A los ‘sin papeles’ hay que darles asistencia. Eso está claro. Si por ejemplo a uno de estos inmigrantes, que padezca tuberculosis no lo tratamos, no sólo no lo curamos a él sino que lo convertimos en un transmisor. No obstante, creo que la propia normativa se irá adaptando para que estas personas no queden desamparadas. Para mí el sufrimiento de un paciente es el de una persona, no el de un mallorquín, español o de Gambia o del Chad. Somos humanos.