Científicos australianos han demostrado en el laboratorio cómo un «factor de transcripción» hace que las células de cáncer de mama para desarrollar un subtipo agresivo que carece de sensibilidad a los estrógenos y que no responde a las conocidas terapias de antiestrógenos, según publica este jueves la revista 'Plos Biology'. En este caso, el factor de transcripción, molécula que activa o desactiva los genes, conocido como ELF5 inhibe la sensibilidad de estrógeno muy temprano en la vida de una célula de cáncer de mama. En 2008, el profesor Chris Ormandy, del Instituto Garvan de Investigación Médica de Sydney, Australia, mostró que ELF5 fue responsable del desarrollo de las células progenitoras de mama en las células con receptores estrogénicos negativos que producen leche en la mama durante el embarazo.
En el estudio actual, un equipo dirigido por Ormandy en colaboración con la doctora Maria Kalyga y David Gallego-Ortega, se ha demostrado que la misma decisión molecular ocurre en el cáncer de mama y que ELF5 tiene la capacidad de cambiar de un tumor existente en un tumor estrógeno-insensible. «Este trabajo nos dice que los cánceres que se hacen refractarios al tratamiento antiestrógeno a menudo lo hacen mediante la elevación de sus niveles de ELF5 y se convierte en receptor de estrógeno negativo funcionalmente», dijo Ormandy. El equipo también ha descrito los mecanismos genéticos que hace que por ELF5 se oponen a la acción de los estrógenos y han demostrado que es posible alterar el subtipo de cáncer de mama mediante la manipulación de los niveles de ELF5 en las células cancerosas en el laboratorio. «Esto plantea la opción terapéutica de la manipulación de los niveles de ELF5 para tratar el cáncer de mama. Como el ELF5 es intracelular, esto posiblemente podría hacerse con terapias de moléculas pequeñas que penetran en las células diana y de las interacciones proteína-proteína, o con pequeños ARN inhibidores. También hay la posibilidad de probar los niveles de ELF5 en los tumores para predecir la respuesta al tratamiento y por lo tanto guiar las decisiones de tratamiento», concluyen los investigadores.