El hecho de pasar mucho o poco tiempo frente a la pantalla de un ordenador o televisor no está relacionado con que el niño dedique más o menos horas a practicar ejercicio físico, según un nuevo estudio estadounidense, recogido en 'JAMA Pediatrics'. «No creo que sea tan simple como si un niño no está viendo la televisión, va a ser físicamente más activo», ha señalado la autora principal del estudio, Tala Fakhouri, del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. En general, las directrices de los Institutos Nacionales de Salud y la Academia Americana de Pediatría aconsejan, al menos, una hora de ejercicio físico y menos de dos horas frente a la pantalla de un ordenador o televisor todos los días.
Para realizar el nuevo estudio, los investigadores revisaron información procedente de más de 1.200 niños de Estados Unidos, con edades comprendidas entre los seis y 11 años. Los padres también tuvieron que responder cuestiones sobre salud y comportamiento. Entonces, Fakhouri y su equipo encontraron que el 70 por ciento de los niños cumplen con las recomendaciones de actividad física diaria, y que el 54 por ciento también lo hace con las referidas al tiempo frente a la pantalla de un dispositivo, según los padres encuestados. Sin embargo, los menores de origen latino y las chicas son menos propensas a cumplir con la recomendación de al menos una hora de ejercicio físico diaria en comparación con los de origen estadounidense y los chicos. Asimismo, los niños más mayores y los de raza negra eran menos propensos a cumplir con las pautas sobre tiempo frente al ordenador o televisor. Sin embargo, los latinos eran más propensos que los estadounidenses a pasar menos de dos horas diarias frente a estos dispositivos.
En general, la obesidad se ha vinculado con la falta de ejercicio y con pasar demasiado tiempo frente a la televisión y el ordenador. Sin embargo, este nuevo estudio revela que no existe ninguna relación entre las probabilidades de cumplir con un tiempo adecuado frente al ordenador y televisor y cumplir con el tiempo de ejercicio físico recomendado. Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, el 17 por ciento de los niños y adolescentes estadounidenses son obesos. Y, por ello, su objetivo es impulsar una vida más activa así como mejorar el contenido nutricional de las comidas realizas en el hogar y la escuela. «Estos resultados demuestran que nos equivocamos al suponer que si los programas de la escuela destinados a aumentar la actividad física de los niños se llevan a cabo, automáticamente se verá una reducción en conductas sedentarias (como ver televisión)», ha señalado la autora.