Implantan por primera vez en España un desfibrilador subcutáneo para arritmias graves

Especialistas de la Unidad de Arritmias del Departamento de Cardiología de la Clínica Universidad de Navarra han implantado por primera vez en España un desfibrilador subcutáneo -debajo de la piel-, indicado para personas que sufren arritmias ventriculares, que pueden ser debidas a infartos, patologías hereditarias o congénitas, u otras cardiopatías. «El nuevo dispositivo se convertía en la única solución para tratar a este paciente, ya que al implantarlo de forma subcutánea se evita la necesidad de que el cable llegue hasta el propio corazón para realizar la descarga», ha señalado la doctora Naiara Calvo Galiano, especialista en arritmias cardíacas en el citado centro.

Para poder implantar el desfibrilador subcutáneo es necesario realizar en el paciente «una serie de mediciones que establezcan la posición adecuada del cable para detectar el ritmo del corazón. El cable del nuevo dispositivo presenta unas características especiales, de forma que con una instalación subcutánea se ofrece la misma eficacia que con la convencional», ha explicasdo Calvo. El paciente al que se le ha implantado este dispositivo es Asier De la Torre, quien padecía una cardiopatía congénita con riesgo de sufrir arritmias graves. Debido a una intervención realizada con anterioridad, resultaba imposible el acceso hasta el corazón con el cable propio de un desfibrilador convencional.

En este sentido, el paciente asegura que, cuando le propusieron esta opción terapéutica, se decidió enseguida. «Al informarme de que la intervención para implantarme el desfibrilador no suponía un riesgo gracias a su localización subcutánea, acepté la alternativa. Con ese desfibrilador iba a evitar que me pudiera ocurrir un infarto, además de los pequeños desmayos que había tenido en un par de ocasiones anteriores, episodios de pérdida de consciencia, que podían ser debido a arritmias. La verdad es que ahora vivo más tranquilo», ha señalado De la Torre. Respecto a la intervención, el paciente ha asegurado que no sintió riesgo alguno. «Si no hubiese sido subcutáneo y hubiese sido necesario llegar hasta el corazón, no hubiese accedido, porque no quería volver a pasar por un quirófano. La intervención fue tan leve que para el implante del desfibrilador no necesité más que una ligera sedación», ha precisado.

RECOMENDADO PARA PACIENTES PEDIÁTRICO

Entre los pacientes especialmente indicados para la implantación del desfibrilador subcutáneo frente al habitual figuran aquellos en los que sea imposible el acceso al corazón por una vena adecuada, así como los pacientes pediátricos, en los que con los años suele ser necesario cambiar el cable. El nuevo dispositivo, al ser subcutáneo, ofrece mayor facilidad para los cambios de materiales que sean precisos. «Evita entrar de nuevo en la vena y acceder al corazón, lo que favorece asimismo su implante en aquellos pacientes con patologías que ofrecen un riesgo bajo de arritmias. De este modo, se evitan los inconvenientes y los riesgos de tener que acceder hasta el corazón», ha señalado este experto. El tiempo necesario para este procedimiento es similar al que se precisa para el convencional y se sitúa en torno a una hora. No es necesaria anestesia general, puede colocarse asimismo mediante sedación y el ingreso hospitalario es de 24 horas. En todos los tipos de desfibriladores es necesario realizar un cambio de batería, normalmente, cada 5 a 8 años.

Los desfibriladores son aparatos que detectan las arritmias y las tratan mediante una descarga eléctrica que consigue recuperar el ritmo del corazón. Los desfibriladores convencionales constan de un generador de energía eléctrica que se coloca en el paciente bajo la clavícula, mediante una incisión lateral próxima a la axila. El generador está conectado a un cable que ha de introducirse hasta el corazón a través de una vena. En caso de que el paciente que porta el desfibrilador sufra una arritmia, el dispositivo emite una descarga eléctrica que consigue restablecer el ritmo cardiaco, devolviéndole la frecuencia normal y evitando la muerte del paciente.

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