La malnutrición es un problema muy frecuente en los pacientes oncológicos. Por eso es fundamental el conocimiento, valoración y control que mejorarán no solo su calidad de vida sino también su tolerancia al tratamiento específico oncológico. El doctor Hernán Gioseffi del Instituto Oncológico de Policlínica Miramar, ofrece las claves para mejorar el estado general del paciente oncológico.
La visión clásica sobre el cáncer, está muy ligada a la de un enfermo en situación de delgadez, debilidad y desnutrición, sobretodo en la fase final de la enfermedad. Aunque no tiene por qué ser así, para el reputado oncólogo y director Clínico del Instituto Oncológico Policlínica Miramar además de Jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital de Manacor, el Dr. Hernán Gioseffi: “evaluar y diagnosticar precozmente un problema de malnutrición, nos acercará más rápido a los que intervenimos con estos paciente, para adecuar el soporte nutricional y las terapias farmacológicas más idóneas, formando ello parte del trazado de una estrategia en los cuidados continuos del enfermo con cáncer, que se basará siempre en la intervención precoz y en el control sintomático de nuestros enfermos”.
Desde el año 2001 la nutrición se ha convertido en uno de los retos de la Oncología, tanto en España como en Europa y Estados Unidos, una vez se ha comprobado que se trata de uno de los sectores más importantes en la mejora de los cuidados sintomáticos. En este marco se celebró el pasado noviembre en Policlínica Miramar una jornada dedicada a la “Nutrición en el paciente Oncológico”. El evento se enfocó desde un abordaje multidisciplinar, cubriéndose todas las esferas de la nutrición en el enfermo y contó con la participación de más de sesenta personas entre médicos oncólogos, radioterapeutas, endocrinos, nutricionistas, farmacéuticos, internistas, enfermeras y auxiliares, que cuenta con la acreditación por parte de la Comisión de Formación Continuada del Sistema Nacional de Salud.
El doctor Gioseffi, uno de los coordinadores y director de esta jornada, considera que la dimensión del problema de la malnutrición en el paciente oncológico, está documentada desde los años 80 y llega a la conclusión de que: “La desnutrición calórico-proteica severa es el diagnóstico secundario más frecuente en el paciente oncológico. Además, entre el 40-80% de los pacientes con neoplasias desarrolla algún grado de desnutrición a lo largo de su enfermedad. Nos encontramos con una prevalencia del 15-20% al diagnóstico y que alcanza hasta de un 80-90% en casos de enfermedad avanzada. Por otra parte, está demostrado que existe una correlación entre pérdida de peso y la supervivencia de un paciente. Y que esa pérdida de peso no sólo predijo una peor supervivencia global, sino que también indicó tendencias a tasas de respuesta a la quimioterapia más bajas. En conclusión, la malnutrición es una causa inmediata de muerte en 20-40% de pacientes oncológicos”.
La jornada también repasó la importancia de la caquexia – estado de extrema desnutrición- asentada en el cáncer, destacando su elevada incidencia. Se calcula que afecta a entre un 15- 40% de los pacientes con cáncer en estadios iniciales y puede llegar a alcanzar hasta el 80% – 90% en los casos en fase avanzada. Además a lo largo de la enfermedad, más de la mitad de los pacientes experimentan pérdida de apetito, siendo un síntoma casi universal en personas con enfermedad metastásica.
Sin olvidar que un 40% de los pacientes con cáncer hospitalizados cuentan con malnutrición y se estima que la caquexia es la causa inmediata de muerte en un 20% a 40% de los pacientes con cáncer.
Para el Dr. Gioseffi: “las consecuencias de la desnutrición en el pronóstico del paciente oncológico se manifiestan tanto a nivel funcional como estructural y repercuten en una serie de factores como son: la evolución clínica y el cumplimiento terapéutico, ya que se reduce la efectividad del tratamiento oncológico, se deteriora la tolerancia y se aumenta el riesgo de toxicidad. A la vez, que está demostrado que se empeora la respuesta inmunológica al tumor. En resumen, se produce un empeoramiento de la calidad de vida y del estado general del paciente”.
La malnutrición en el enfermo oncológico es un fenómeno complejo, de etiología multifactorial y de consecuencias clínicas importantes, que presenta una relación indisociable con la severidad de la enfermedad. Por eso es fundamental el papel del soporte nutricional de manera precoz entre los pacientes oncológicos.