La deficiente adherencia a un tratamiento es un problema global y de alarmante magnitud. Con una adherencia deficiente se producen bajos resultados de salud y mayores costos sanitarios, por lo que los pacientes necesitan el apoyo de los profesionales sanitarios para mejorar su adherencia a los tratamientos.
Mejorar la adherencia aumenta la seguridad de los pacientes y es un modificador importante de la efectividad del sistema de salud. Se han acumulado múltiples evidencias de que el fomento del cumplimiento terapéutico contribuye a una mejoría en la relación profesional sanitariopaciente, al control de la enfermedad (en especial ante la cronicidad), a una disminución de la morbimortalidad y a una reducción de los costes en salud.
Por el contrario, el incumplimiento terapéutico da lugar a una serie de repercusiones clínicas, económicas y socio sanitarias. Además de poder provocar recaídas más intensas, el incumplimiento aumenta el riesgo de dependencia, abstinencia y efecto rebote, además de aumentar la posibilidad de desarrollar resistencia a los tratamientos.
También se puede producir un sobreuso de medicamentos y un mayor riesgo de toxicidad, especialmente de los medicamentos con farmacodinamia acumulativa o un bajo umbral de toxicidad (por ejemplo, el litio). Asimismo aumenta el riesgo de padecer accidentes.
La magnitud del incumplimiento del tratamiento farmacológico en diversas enfermedades crónicas y, en menor medida agudas, alcanza cifras relevantes. En los estudios publicados el incumplimiento del tratamiento farmacológico en la HTA oscila entre el 7,1 % y el 55,2 %, con una media ponderada del 32,3 %.
La magnitud del incumplimiento ha sido especialmente estudiada en el contexto de HTA, dislipemias y diabetes.
Además, el incumplimiento de las medidas higiénico-dietéticas en los pacientes hipertensos en España se sitúa alrededor del 85%.
Se estima que el incumplimiento afecta a alrededor del 50% de los pacientes con tratamientos crónicos y al 20% de los pacientes con tratamientos agudos con antibióticos.
Existen diferentes grupos de variables relacionadas con el incumplimiento farmacoterapéutico, entre las que destacan las relativas a las características personales del paciente, a la terapia que utiliza, a la propia enfermedad, al entorno familiar y social, al profesional sanitario que le atiende o a la estructura del Sistema Sanitario.
La causa más frecuente del incumplimiento en opinión de los pacientes, así como de múltiples expertos, son los olvidos en la toma de la medicación.
Por lo general, se ha observado un mayor incumplimiento entre los individuos de mayor edad, mujeres y en los pacientes con depresión.
El incumplimiento también se asocia a la presencia de efectos adversos y a la insuficiente información aportada por el profesional sanitario, así como las dificultades de comprensión del paciente sobre su enfermedad.
Se ha observado una clara asociación de la depresión con el incumplimiento del tratamiento en la HTA, diabetes, dislipemias y en la insuficiencia cardiaca.
Los sucesivos cambios en el tratamiento inicial antihipertensivo que se prescribió al paciente se asocian a un mayor incumplimiento posterior de la medicación prescrita. De forma similar, los cambios de tratamiento con estatinas se han asociado a un descenso del cumplimiento en un 18,9 % y a una reducción de su persistencia del 48,3 % al año de seguimiento.
La intervención de los farmacéuticos ha demostrado su eficacia como estrategia para aumentar el cumplimiento terapéutico.
Las intervenciones para mejorar el cumplimiento del tratamiento farmacológico deben establecerse de forma programada y regular, manteniéndose en el tiempo a largo plazo, ya que su eficacia desciende si cesa la intervención.
Debe aplicarse en cada paciente una combinación de intervenciones, adaptándolas a sus características personales individuales. La mejor estrategia es la combinación de varias de ellas y la estrategia individual más eficaz es la simplificación del tratamiento.
Entre las estrategias que han demostrado su eficacia para favorecer el cumplimiento terapéutico encontramos desde la citación de los pacientes y sus cuidadores en la consulta programada en la farmacia a diferencia de la consulta a demanda hasta la educación sanitaria individual oral y escrita proporcionada regularmente y de acuerdo a las necesidades del paciente.
También es relevante la técnica de la entrevista clínica motivacional utilizada en las consultas y el uso de tarjetas de control, que facilitan la automedición del cumplimiento y los calendarios recordatorios de la toma de la medicación.
Finalmente, el uso de sistemas personalizados de dosificación (SPD) se ha mostrado como uno de los mejores métodos para optimar el cumplimiento y el control de la enfermedad crónica.