Para la doctora Bárbara Vives, neuróloga en Juaneda Manacor -Laserclinic- el gran reto de la Medicina en cuanto a enfermedades neurodegenerativas se refiere, radica hoy en conocer la etiología exacta de la enfermedad para poder encontrar un tratamiento curativo y mejorar la calidad de vida del paciente. Especialista en Parkinson y trastornos de movimiento como son la enfermedad de Huntington, temblores o tics, entre otros. Trata también a pacientes con Alzheimer o que han sufrido un Ictus. Además, de la enfermedad que se coloca entre los diez primeros motivos de consulta médica en el mundo desarrollado: las cefaleas, y entre ellas la migraña.
P.- ¿Cuál es el motivo más frecuente de consulta?
R.- La cefalea. Se considera que a lo largo de un año cerca del 90% de los varones y del 95% de las mujeres sufrirán dolor de cabeza en al menos una ocasión. Existen distintas clases de cefaleas, aunque las más comunes son las cefaleas tensionales o las migrañas. En estos casos se hace necesario un tratamiento farmacológico que se inicia con antiinflamatorios y para los casos más graves se recomienda un tratamiento preventivo.
P.- ¿Se da en un perfil determinado?
R.- Lo más frecuente es que aparezca a partir de los 30-50 años. Aunque puede iniciarse a cualquier edad, desde la adolescencia, en la mujer a partir del primer periodo, pudiendo desaparecer al entrar en la menopausia. El estrés, la alimentación o los cambios climáticos y hormonales, son las principales causas desencadenantes que propician su aparición. La buena noticia es que existen tratamientos efectivos que mejoran y eliminan el dolor.
P.- Especializada en Parkinson, háblenos de esta enfermedad.
R.- Afecta a 1 de cada 1.000 personas en todo el mundo y ya se ha convertido en la segunda enfermedad neurodegenerativa en las personas mayores, sólo detrás del Alzheimer. En Baleares, cada año se detectan unos 150 nuevos casos de Parkinson, según datos facilitados por el Govern balear. El comienzo de la enfermedad suele ser lento y progresivo, y al inicio los síntomas suelen ser sólo unilaterales, afectando a las extremidades de un solo lado, aunque con el tiempo se hacen bilaterales (siempre existe una asimetría, el lado en el que se ha iniciado la enfermedad es el más afectado). Afecta por igual a hombres y a mujeres, y suele aparecer entre los 55-60 años.
P.- ¿Ante qué tipo de síntomas se recomienda acudir al especialista?
R.- Cuando aparece temblor, que puede afectar a la mandíbula, a las extremidades superiores o inferiores. O bien ante el enlentecimiento o dificultad para realizar movimientos, ya sea abrocharse los botones, girarse en la cama o bajar de un coche, además de rigidez de las extremidades. Existen otros síntomas que pueden preceder en años al inicio de la enfermedad, como estreñimiento, pérdida de olfato o alteraciones del sueño…Y con el paso de los años pueden aparecen otros síntomas, como deterioro cognitivo, depresión, disfunción sexual, complicaciones motoras… que en muchos casos marcarán la calidad de vida de los pacientes.
P.- ¿Y en cuanto a tratamientos?
R.- Se trata de una enfermedad neurodegenerativa cuyas causas siguen siendo desconocidas y para la que no existe cura, aunque sí múltiples tratamientos que ayudan a aliviar los síntomas y que mejoran mucho la calidad de vida del paciente. Son tratamientos muy personalizados dirigidos a que puedan mantener la autonomía personal. Para ello, disponemos de múltiples medidas, farmacológicas y no farmacológicas (logopedia, rehabilitación, terapia ocupacional…).
P.- Las nuevas tecnologías, ¿son efectivas en el Parkinson?
R.- La forma de tratar el Parkinson ha cambiado en los últimos veinte años, hoy se conoce más la enfermedad. Los avances médicos permiten reducir muchos efectos secundarios que provocaba la medicación y además aportan mayores ventajas para los pacientes.
P.- ¿Cómo es el trato con el paciente?
R.- Anivel personal es muy gratificante y también lo es para el paciente y sus familias. Son enfermedades neurodegenerativas en las que el reto que perseguimos todos es el de dar calidad de vida al paciente y a sus familiares. Porque la enfermedad provoca la pérdida de autonomía y convierte a la persona en muy dependiente. Cuando los empezamos a tratar comprobamos la mejoría y como ganan en autonomía.