El doctor Fernando Palacios, Médico Rehabilitador de la Unidad de Rehabilitación de Policlínica Miramar, explica que: “Detectamos un aumento en el número de pacientes que precisaban de tratamientos neurorehabilitadores, fundamentalmente entre personas mayores de larga estancia. La necesidad de cubrir la rehabilitación de estos pacientes nos condujo a apostar por este nuevo servicio que trata las secuelas que aparecen tras una lesión cerebral. El perfil es el de una persona más bien mayor, aunque una lesión cerebral puede aparecer a cualquier edad. En este tipo de población, en el número uno en lesiones cerebrales se sitúa el ictus o accidente cerebrovascular, con todos los problemas y secuelas que conllevan. Todos son distintos porque no hay dos ictus iguales”.
También son muy importantes las secuelas por enfermedades neurodegenerativas, fundamentalmente Parkinson y Alzheimer, así como cualquier otro tipo de patología del sistema nervioso desde una esclerosis múltiple hasta las secuelas de un tumor cerebral intervenido o de una meningitis o una encefalitis, cualquier lesión cerebral que deje una secuela. En el caso del Ictus los expertos coinciden en que lo puede padecer cualquier persona y dependiendo en la parte del cerebro donde se produce la lesión aparecen distintas secuelas, que pueden ser muy variadas. El Dr. Palacios señala: “Cada vez vemos Ictus en pacientes más jóvenes. Si lo normal es que se produzcan entre los 60-65 años, en la actualidad tratamos casos entre los 40 y 50 años. Afortunadamente en las enfermedades neurodegenerativas aumenta la edad del paciente, ya que cuando aparecen las secuelas que dan problemas de funcionalidad importante la media de edad ronda ya los 70 años”.
Tras una lesión cerebral es fundamental iniciar la Neurorehabilitación en un periodo que va entre las primeras 24 horas y una semana, dependiendo de cada situación. Para el Dr. Palacios: “En caso de Ictus ponemos en marcha tratamientos muy precoces, casi coincidiendo con el trabajo del neurólogo. Los primeros seis meses son críticos, pues en este periodo se obtienen las mayores ganancias funcionales”.
Los tratamientos son personalizados y se dirigen a la recuperación de las secuelas resultantes de la lesión cerebral. La secuela más habitual es la motora, conocida como hemiplejía, que significa pérdida de fuerza en la mitad del cuerpo. Los tratamientos combinan técnicas de fisioterapia, de recuperación del lenguaje, reeducación orientada a tareas o restricción del movimiento del lado sano con muy buenos resultados. También está en proyecto la terapia con realidad virtual que consigue sumergir al paciente en un entorno virtual donde desarrollar actividades cotidianas.
La neurociencia también se está convirtiendo en una gran aliada de esta especialidad, el Dr. Palacios destaca que: “Hasta hace una década se pensaba que cuando se dañaba el cerebro, no se producían cambios funcionales en el mismo y en la actualidad sabemos que gracias a la neuroplasticidad del cerebro, se pueden abrir nuevas vías, conectar los dos hemisferios del cerebro para establecer compensaciones… y trabajamos en esta línea”.
Este tipo de lesiones pueden precisar de tratamientos de hasta seis meses, periodo en el que se pueden conseguir buenos resultados. En palabras del Dr. Palacios: “Volver al punto de partida va a ser muy complicado, pero hasta en los casos más graves con el tratamiento se pueden conseguir pequeñas ganancias como que el paciente pueda estar de pie, pasa de la cama a la silla… en fin, recupera autonomía. Consideramos que la recuperación es un éxito si el paciente vuelve a caminar”.
Este nuevo Servicio de Neurorehabilitación, está formado por un equipo compuesto por un médico rehabilitador, distintos fisioterapeutas, un logopeda y una trabajadora social. Coordinados por el fisioterapeuta, Óscar Delgado, tratan a pacientes con problemas neurológicos que han sufrido lesiones cerebrales tras un ictus, un traumatismo cranoencefálico o que padecen enfermedades neurodegenerativas tan frecuentes como el Parkinson o el Alzheimer.
Evitar este tipo de lesiones cerebrales es posible gracias a la prevención, la clave está en controlar los factores de riesgo vascular como la hipertensión, las dislipemias (colesterol, triglicéridos) la diabetes, el tabaquismo, la obesidad y algunalgunas enfermedades cardíacas.