Perdone que me dirija a usted como fiscal supremo de esta unidad, sobre todo sin que se haya dirigido usted a esta Fiscalía. Suele ser marca de la casa corresponder a la amabilidad de los ciudadanos con este tipo de respuestas por carta, para agradecer la atención que tiene con nosotros a la hora de intentar evitar lo que para nosotros sería finalmente el desempleo, un mundo sin delitos, una vida sin la necesidad de chivatos.
NI que decirle que en el mismo instante de su publicación, su artículo fue incorporado a nuestro corcho informativo por los funcionarios de esta unidad especializada por si acaso fuera de relevancia dentro de nuestras investigaciones, y todo aunque debo anticiparle que por su estilo indirecto y no del todo bien redactado, dudo mucho que pudiera tener alguna utilidad para la investigación de toda esa presunción delictiva que sobrevuela esas actividades del pasado.
Entenderá a estas alturas de partido que si los directivos de ese chiringo de descontrol que es el Ibsalut comen con partida al erario público día sí y día también no tiene relevancia penal para nosotros. Lo mismo ocurre con las actividades de gente a la que han largado por su incompetencia y del resto de los que continúan ejerciendo sus cargos en esa zona cero de sospechosa actividad de momento no aclarada. Mucho menos si plantea la supuesta colocación de la novia del consejero en la sala de partos de un hospital bajo su batuta, porque incrementar los nacimientos del personal adscrito al corazón del consejero Sansaloni siempre es motivo de celebración obstétrica. Aquí, de momento, excluimos a los recién nacidos de tener que traicionar a sus padres.
Sí, conozco el informe de la sindicatura de cuentas cuando expone que se conculcaron «gravemente » los principios constitucionales de publicidad, igualdad mérito y capacidad por lo que respecta a los nombramientos de personal «fuera de plantilla», pero eso es algo que ya comentaremos usted y yo a solas.
Todo eso que usted escribe, señor, son miserias irrelevantes que no pueden ser comparadas con la importancia de los temas que llevamos entre manos. El hecho de que usted no se haya dirigido directamente a nuestro destacamento hace que el tratamiento que podamos darle desde aquí no quede a la altura del resto de las grandes confesiones que –últimamente- nos están granjeando éxitos inimaginables en nuestra actividad de perseguir el crimen organizado. Creo que no incumplo mi deber de secreto si le pongo el ejemplo de la ex consejera Castillo, o del antiguo director general, Sr. Bertrán, Sergi. No puedo confirmarle que hayan cantado contra su mentor en todo ese tinglado, hablo del Sr. Matas, porque de momento esas diligencias son informativas, pero sí parece cierto que nos han llamado del Metropólitan insistiendo en que necesitaban voces así para su cuerpo escénico de plañideras. La trama dice que encaja como anillo al dedo de esos protagonistas, pues plantea algo tan delicado como si la traición es la misma cobrando que sin cobrar. De momento, quede aquí que -junto al libreto- esos cantores no adjuntaron cheque alguno por todos los emolumentos que cobraron y que en buena medida les granjeó –no ya su especial capacidad- sino la confianza que una vez amortizada quebrantaron. Dígase el sueldo de todos los años en concepto de “confianza” y el resto de aplausos y relaciones varias derivadas de los mismos, también por confianza.
Tristemente, no puedo hacerle partícipe del avance de las mismas aún su afán de colaboración, entre otras cosas porque desde esta Fiscalía sólo se atiende a las denuncias presentadas directamente por los interesados; sólo atendemos a los que descontrolan los esfínteres que curiosamente contraían en el ejercicio de sus cargos de confianza. Siento decirle, Sr. Alarcón, que desde este poder judicial sólo se investiga a todos aquellos que están interesados en colaborar a cambio de algo que suele coincidir con la salvaguarda de sus propios culos, y hasta que no se demuestre lo contrario, un artículo como el suyo en la edición pasada de esta publicación no tiene el interés suficiente como para que usted pueda ser portada de este Código Penal.
Entenderá, no obstante, que haya sorprendido en parte dentro de este equipo que usted señale en su columna al futuro como el posible presente de todos estos excesos. Entenderá que estemos prevenidos después de que usted sitúe en un futuro cercano ese lugar donde se investigarán las actividades del presente de este equipo de Gobierno sanitario. Como una parte muy importante de la defensa de los futuros corruptos es la alegación de frases del tipo “no sabía que lo que estaba haciendo era un delito”, o “todas mis decisiones tenían el aval de los técnicos” o incluso un “desconocía las actividades que se estaban produciendo” (se lo entrecomillo porque suele ser la frase habitual del miedoso) el hecho de que usted les informe de lo que ellos desconocen será un elemento jurídico importante para que no puedan eximir su conocimiento para asumir, en el caso en el que así se sentenciara, las responsabilidades de las que fueran objeto. No podrán decir que no fueron avisados, pero podrán decir al menos que no leían, aunque eso se lo vemos en la cara nada más verlos con esos cuerpos higiénicos.
No le entretengo más. Sepa que nos tiene a su disposición para lo que pueda necesitar, siempre que sea en el lado bueno de la ley.
Reciba un saludo de esos que no requieren contraprestación alguna.