La investigación del origen y desarrollo de las especialidades médico-quirúrgicas en nuestro medio ha sido escasa. La finalidad de este trabajo es dar cuenta de ello en lo que se refiere a la Urología, especialidad que fue una de las primeras en construirse en Mallorca. La adquisición de la evidencia ha sido realizada fundamentalmente a través de la investigación de los archivos de la Reial Acadèmia de Medicina de les Illes Balears (RAMIB) y del Colegio de Médicos y del estudio de la RBCM (Revista Balear de Ciencias Médicas).
La especialización médica puede considerarse en cierta manera la culminación de la profesionalización. Se inició en el siglo XIX plasmándose y concretándose hacia el final de este siglo y el inicio del XX. Las teorías historiográficas sobre la especialización médica han sido dominadas por los trabajos de George Rosen (1910-1977) que atribuyó la aparición de las mismas a tres factores básicos: El primero fue el cambio en el enfoque de la Anatomía Patológica, a partir de la vigente mentalidad anatomoclínica, que vino propiciada por la tolerancia de la leyes liberales al principio del siglo XIX en Francia que permitieron las necropsias de cadáveres no reclamados y el mejor conocimiento del cuerpo humano. De esta manera, se aprendió a relacionar los signos observados por los clínicos durante la enfermedad y las lesiones halladas en los órganos tras las necropsias, lo que redundó en la exactitud del diagnóstico. El gran volumen del saber médico que se acumuló exigía la especialización ya que los investigadores clínicos se permitían así una más rigurosa observación de los casos. El segundo factor, fue la aparición de nuevas tecnologías médicas aplicadas al diseño y construcción de nuevos aparatos que permitieron ir explorando mejor nuestro organismo. Por último el incremento de los índices demográficos, que ocasionaron la formación de grandes urbes. Por último la autonomía de una parcela científica precisó también de un mecanismo de “socialización”, mediante su organización interna a través de asociaciones e instituciones científicas y asistenciales, que desarrollaron su docencia por medio de publicaciones en revistas especializadas.
La Urología como la entendemos actualmente se gestó en Francia a mediados del siglo XIX. La palabra ‘urología’ fue citada por primera vez por el cirujano francés Leroy d’Etiolles en 1840 como rama de la ciencia médica que estudia los problemas del aparato urinario. El acopio de conocimientos sobre dicho aparato que sucedió a lo largo del siglo XIX tanto en Anatomía, Fisiología, Química o Histología, unido a la invención del cistoscopio a cargo de Maximilian Carl-Friedrich Nitze (1848–1906) en 1877 permitió y “obligó” el establecimiento definitivo de la especialidad.
Formación de la especialidad urológica
En España, la Asociación Española de Urología (AEU) se fundó en 1911 a imagen de la francesa y alemana. Nacía con 53 socios fundadores. Uno de ellos de Palma de Mallorca: Luis Frontera Estelrich (1883-1954) que puede considerarse el precursor más relevante de la Urología mallorquína.
Las especialidades médico-quirúrgicas en Mallorca empezaron a generarse a finales del siglo XIX. Al igual que en el resto de Europa se configuraron, por un lado, por el acopio de conocimientos que adquirieron los médicos mallorquines y a los contactos que se procuraron, y por otro, por el aumento de la población de Palma y a la incipiente “medicalización” de la sociedad. La especialidad urológica propiamente dicha surgió, al igual que otras, gracias a la “socialización” que se produjo entre los profesionales de la Medicina y que se plasmó en la recién fundada Subsección de Ciencias Médicas del Ateneo Balear (25 de Febrero de 1882) que fue el núcleo del Colegio de Médicos. Se instituyó con la finalidad de “crear una subsección con el fin laudable de instruirse e ilustrarse mutuamente”. El Colegio y la RAMIB auspiciaron el nacimiento y la pervivencia de la RBCM en la cual publicaban numerosos académicos.
La RBCM significó un hito y el esfuerzo más relevante de la clase médica mallorquina de finales del siglo XIX y principios del XX. De su análisis se puede extraer la asimilación que tuvieron, por parte de la clase médica mallorquina, las incipientes especialidades médicoquirúrgicas así como las principales corrientes científicas; fue la época áurea de la Medicina mallorquina personalizada en la Generación Médica de 1850 que introdujo en Mallorca la Medicina científica y positivista.
La Urología tuvo un protagonismo relevante en la RBCM. En ella publicaron varios de los urólogos nacionales y extranjeros más relevantes del momento. Actualmente la revista se encuentra indexada en el IndexCat (Library Catalog – Locator Plus) de la NLM (National Library of Medecine), lo cual da una idea del nivel que llegó a alcanzar.
Los principales precursores e iniciadores de la Urología mallorquina fueron: -Eugenio Losada y Mulet (1857-1923), Pedro Jaume i Matas (1856-1921), Jaume Font i Monteros (1856-1933), Luis Frontera Estelrich (1883-1954), Juan Mercant Barceló (1844-1920), Vicente Planas Rosselló (1886-1939), Juan Caldentey y Caldentey (1906-1973), José Llobet y Munné (1905-1988), Juan Salvá Abalos (1921-1992) y Pablo Pomar Valls (1911-1963).
CV: El doctor Jaume Mercant en uno de los referentes en Baleares en Urología y Andrología, además de Doctor en Medicina y Doctor europeo en Medicina con calificación de excelente Cum Laude por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y Premio Extraordinario por su Tesis: Hª de la Farmacoterapia: Siglos XVIII y XIX. La farmacia de la Real Cartuja de Valldemossa. Durante los últimos 25 años ha compaginado su actividad profesional entre la Clínica Juaneda y su plaza como jefe de sección de Urología en el Hospital General. Además, es Miembro fundador de la Asociación Española de Andrología, miembro de la Asociaciones Española y Europea de Urología, así como del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias de la Salud.
*(Extracto de la nueva publicación del Dr. Jaume Mercant en Archivos españoles de Urología)