Veo a todos esos comisionados preguntar a los comisionistas, a todos los comisarios políticos esos de baja estima intelectual. Veo a todos esos ahí, plasma frente a plasmodio, y no entiendo nada y me explico.
La comisión parlamentaria sobre el tema son Espases se pone en marcha por motivos de oportunidad política cuando un periodico de esta Comunidad se hace eco de la filtración de unas diligencias informativas abiertas por el Ministerio Fiscal en las que han declarado (ahora lo sabemos) los mudos Sergi Bertrán y Aina Castillo. Por los medios supimos que sus plañideras señorías habían ido a poner en conocimiento del fiscal Horrach que las cosas que ellos hicieron fueron correctas, y que de haberse hecho algo irregular (hagamos poesía con las palabras), en ese caso, eso lo habría hecho cualquier otro, que no ellos dos. No he tenido el gusto de recrearme en conocer la proyección de la culpa freudiana de esos ex altos cargos, pero puedo imaginarme que debe ir por ahí. Conociendo el colchón argumental, póngale usted los flecos de lo que ocurrió: el lugar, la fecha, las intrigas, quién estaba, quién dijo y quién firmó. Tan intensa era esa información, tan lucrativa, que incluso el fiscal Horrach se vió en la imperiosa necesidad de viajar a la cárcel de Segovia para entrevistarse con Jaume Matas. Hasta ahí lo jurídico, que no lo judicial del asunto. Hasta ahí, decir que se acabó el plazo para investigar en esas diligencias informativas, que no consta que el ministerio público pidiera prórroga sobre las mismas (los seis meses que establece la norma) y que no consta que se haya presentado denuncia formal de Horrach por dicho tema en sede judicial.
Pero claro, llegó esa información a los medios y a sus señorías parlamentarias les dio por montar el numerito de la telebasura y decidir investigar algo que no tiene sentido alguno que hagan, entre otras muchas cosas porque ni es obligatorio comparecer ni tienen capacidad ni potestad alguna para ejercer sanción alguna al respecto por mucho que lo contemple su reglamento. Me deshuevo oyendo ahora mismo a Fina Santiago (para cuándo su tema judicial del Hilo de Ariadna, el que le estalló en su consellería en la anterior etapa de progreso) decir que mandará ese diálogo oligofrénico a la Fiscalía. Veo el espectáculo y veo al diputado rojo Mr. Diéguez descojonarse en la comisión de Son Espases, en esa silla que lleva pisando años y años, esa moqueta que lleva pisando siglos de parsimonia inactiva compatibilizada con su ejercicio de letrado, y entiendo perfectamente de qué va toda esta payasada. Veo la risa floja de Antoni, la risa tonta del socialista entrevistando a Bárcenas como si estuviera en Sálvame, su acaramelamiento a dos y se me antoja que cree que es de noche, que está en la modalidad de luxe y que se cree la estrella de esas declaraciones. Lo miro en ese careto y me quedo como a la espera de que saque el polígrafo y monitorice a Bárcenas. Veo que es una de esas comisiones Parlamentarias para investigar un asunto en lo que se busca es que se investiguen otros asuntos en sede no parlamentaria.
Veo como va desfilando el material de derribo. Veo como van pasando uno a uno todos esos que ya no están en la política y a los que nada puede exigírseles políticamente.
A ver cuando empieza el fuego real, cuando se investiga mediante una querella en un juzgado con todas sus garantías procesales, pero no sólo la adjudicación del hospital sino los accesos y esos cien millones de euros que nos costó a todos, el puente de cemento más largo de Europa que inauguró la ecolo de Francina Armengol, por poner un ejemplo de algo no ejemplar. Ayer a los socialistas les dolía el “cor”. Hoy se ríen de nosotros. ¿Será tan cardiosaludabe la risa? ¿Se reirán mejor los últimos que los primeros?