Los alimentos más cariogénicos son los que contiene azúcares refinados, en especial los más pegajosos (permanecen más tiempo en contacto con el diente, prolongando la disminución del Ph y por tanto, la acidez del medio). También se ha comprobado que los almidones modificados industrialmente, presentes en las patatas fritas y otros aperitivos salados, a veces en combinación con sacarosa o glucosa (azúcares) pueden producir el mismo efecto de acidificación del medio oral.
Más importante que la cantidad ingerida, influye la frecuencia de la ingesta, al aumentar el número de ciclos de desmineralización. Así mismo el consumo entre horas, cuando el flujo salival (que contribuye a neutralizar la acidez) es menor, produce una mayor desmineralización.
Es especialmente lesivo el consumo de alimentos azucarados antes de dormir, Ya que la secreción salival disminuye durante el sueño. Cabe señalar el efecto erosivo de bebidas refrescantes, en especial las energéticas y algunos zumos, con un pH muy bajo y de lenta neutralización. En general puede afirmarse que cuanto más alta es la frecuencia de consumo de refrescos , mayor es la extensión y la gravedad de la caries dental, en especial si la higiene oral es deficiente. Actualmente las bebidas azucaradas son los factores etiológicos de la caries dental más importantes.
Los azúcares presentes de forma natural en la fruta y verdura no se consideran cariógenos al no liberarse tan fácilmente en la boca. Además la lactosa, presente en la leche no es tan cariógeno como otros azucares.
Por tanto, se debería reducir la cantidad y consumo de azúcares, en especial antes de acostarse. Los azúcares añadidos deben de proporcionar menos del 10% de la energía total de la dieta diariamente. Y en todo caso, mantener siempre una buena higiene oral.