P.- ¿Qué cree usted que pasó por la cabeza de Andreas Lubitz cuando decidió estrellar su avión?
R.- Eso realmente solo lo sabe él. La intrahistoria de este suicidio-homicidio, porque son ambas cosas, solamente la conoce Andreas Lubitz. Sin embargo, sí que es verdad que la magnitud de esta tragedia desborda cualquier capacidad de codificación racional que tengamos. ¿Cómo es posible que una persona se suicide y además haga daño a 149 personas, a sus familias, a su compañía aérea, a su país y a todo el mundo, porque este suceso nos ha conmovido a todos.
P.- ¿Entonces, cómo podemos abordarlo?
R.- Para hacer una autopsia psicológica hacen falta datos. Al principio se buscaban fallos en la tecnología, pero parece ser que ésta no falló, sino que sí lo hizo la tecnología humana, el cerebro. Sabemos que Lubitz había sido diagnosticado de depresión y de crisis de pánico. Esto son enfermedades biológicas del cerebro. Sabemos que tenía tendencias suicidas. Hay que ver si eran debidas a una depresión o a un trastorno de la personalidad. Al parecer se le consideraba no apto para pilotar ciertos aviones y se le había pedido que se sometiera a exámenes psicológicos. Parece ser que había ido a ver a un médico, podría ser que a varios neurólogos y no se sabe si a un psiquiatra, parece ser que hay datos que no se están difundiendo…
P.- ¿Y con todos estos datos?
R.- La depresión es la enfermedad que más explica el suicidio, pero no explica el suicidio- homicidio, esto es muy raro. Patología maniático-depresiva no padecía porque por lo que sabemos no padecía ningún trastorno bipolar. Había sufrido depresión grave y tenía tendencias suicidas. Le dieron la baja laboral, de modo que él la pidió, es decir, que pidió ayuda, lo que indica que la depresión que sufría era una depresión conocida por él. No sabemos si el médico que lo vio y le dio esa baja era psiquiatra o no, y no sabemos si le dio medicación. Hay un elemento muy poco habitual: la Policía encontró en su casa el parte de baja roto.
P.- ¿Y esto es inhabitual en estos casos?
P.- Sí. Los pacientes de depresión no rompen los partes de baja. Como están mal, se toman la baja como una necesidad y ayuda. En el caso de Lubitz hay que señalar además que atravesaba un contexto de duelos. Primero, parece ser que su ex novia lo había dejado tras siete años de relación un duelo importante; además parece ser que estaba perdiendo visión, lo que supone otro duelo importante porque podría suponer que le quitaran la licencia. Una ex amante ha relatado que por las noches Lubitz tenía pesadillas, soñaba que el avión se caía, que soñaba con el trabajo; que tenía una ambivalencia de amor/odio hacia el trabajo; que era muy reivindicativo ante su compañía. Y parece ser que en algún momento dijo algo como “van a cambiar el sistema, se van a enterar de quién soy yo”. Una depresión normal –que no sabemos si tenía –no explica lo que pasó.
P.- ¿Entonces?
R.- Pues no sé si podría haber una depresión psicótica en la que haya elementos psicológicos que hagan perder el contacto con la realidad. Probablemente este hombre lo que sí tendría sería un síndrome pre-suicida. Está claro que planificó lo que iba a pasar. Lo sabemos por la secuencia de los 11 minutos previos a la tragedia. Y sabemos que antes había buscado fórmulas de suicidio.
P.- O sea, que lo planificó todo…
R.- Eso parece. Además, hay una secuencia que está muy clara: el piloto sale de la cabina; Lubitz cierra la puerta, el piloto lo llama y le dice “¡por Dios, abre, qué vas a hacer!”; él no abre la puerta; desde la torre de control le avisan varias veces de que está descendiendo, pero él sigue descendiendo impertérrito y no solo eso, sino que le da más velocidad para estrellarse. Y a todo esto notaron que su respiración era bastante tranquila. Es decir, que está claro que había planificado el suicidio y el homicidio de esas 149 personas.
P.- La depresión es la causa de muchos suicidios, pero los suicidas no suelen matar a otras personas. ¿Por qué este joven piloto alemán quiso morir matando?
R.- Con los datos que conocemos podemos afirmar que esta persona había planificado su suicidio y que estaba en síndrome pre-suicidal. En esa situación le pasan dos cosas: Lo ve todo en ‘túnel’, las percepciones que tiene son irracionales y además no ve salida. ¿Qué me explicaría a mí su suicidio? Pues dos cosas: la coexistencia de una depresión grave, melancólica (estamos en primavera y el suicido fue por la mañana, que es cuando estos pacientes están peor) con un síndrome presuicidal ya estructurado, en el cual hay una gran desesperanza (creer que no hay futuro, que esto se acaba) concurrente todo ello con unos duelos (la ruptura afectiva, la pérdida de visión), todo lo cual explica el suicidio. Pero además hay una variable: y es que el fiscal francés dice que es un homicidio involuntario, que su estado mental anula sus capacidades de querer, entender y obrar, luego es un homicidio involuntario.
P.- ¿Y usted qué cree?
R.- Pues que el fiscal tiene todos los datos, pero yo, con los que tenemos nosotros, le digo que esto no es típico de una depresión para nada. Incluso si padeciera una depresión psicótica hay que tener que se le hubiera notado mucho y no se le notaba. Creo que aquí tiene que haber o bien una personalidad con rasgos narcisistas, rasgos psicopáticos y probablemente rasgos paranoides. Es decir, había unas emociones negativas, había resentimiento, había odio, deseo de hacer daño y además y muchas ganas de venganza. Esa es mi impresión.
P.- ¿Y cómo se le puede pasar todo esto a una compañía aérea, la que sea?
R.- En primer lugar no hay que estigmatizar. Las conductas violentas se asocian a los enfermos mentales y eso no es cierto: estos enfermos normalmente no agreden a los demás. No sé qué controles hacen las compañías, pero está claro que después de lo que ha sucedido, esos controles van a cambiar. Con todo lo que se sabía de él ha habido una gestión de riesgos muy mejorable. Por otra parte, se dice que los médicos tienen que guardar la confidencialidad de sus pacientes, pero después de este caso habrá que comenzar a debatir si cuando un médico tiene estos datos de un profesional como es un piloto no debería ponerlos en conocimiento de su compañía para que ésta hubiera podido ejercer su labor de control de riesgos. Está claro que las evaluaciones deben mejorar y el control de riesgos, también. Sobre todo en el caso de personas, como era el caso de Lubitz, con antecedentes psiquiátricos.. Además el duelo será complicado, máxime tras la aparición de un vídeo grabado por un pasajero de los espeluznantes últimos minutos, en los que ellos ya sabían que iban a morir. Tiene que haber un antes y un después.
P.- ¿Una enfermedad mental como la que podría padecer Lubitz se puede curar o solo se puede controlar?
R.- No sé si lo vio algún psiquiatra. Se sabe que lo visitaron neurólogos, psicólogos y al parecer un médico de cabecera; pero ninguno de ellos es un psiquiatra. No sabemos que medicación tomaba, pero seguro que él, como piloto, sabía que con una medicación psicofarmacológica no se puede pilotar un avión. El psiquiatra lo que sabe hacer es tratar la depresión, que es una enfermedad tratable. Ahora bien, si tenía un trastorno de la personalidad asociado aquí ya la medicación poco puede hacer y es más cuestión de terapia.
P.- ¿Cómo es posible recuperarse de unas pérdidas como las que han sufrido, en unas circunstancias tan truculentas, los familiares y allegados de los fallecidos en esta tragedia?
R.- No todos van a reaccionar del mismo modo porque las pérdidas no han sido las mismas. El tipo de vínculos y los ap0yos que se reciban van a establecer mecanismos diferentes para desarrollar los duelos. Y éste es un duelo no solo individual y familiar, sino por parte de toda la sociedad. Habrá quién no se recupere del todo nunca y esa situación sea un factor de riesgo para el futuro. De un 10 a un 15% va a necesitar psicoterapia a largo plazo.
P.- Hablemos de otro tema. Dado que usted es el vicepresidente del Sindicato Médico, analicemos la situación de la sanidad. ¿Qué marca ahora el día a día de este sindicato mayoritario?
R.- Permítame que diga que el Sindicato Médico está mejor que nunca, que estamos en la cima. Y eso es porque el Govern, el presidente Bauzá ha cumplido su promesa de que tendríamos la carrera profesional. Estamos a punto de cerrar el acuerdo de carrera profesional que va a beneficiar a todo el colectivo médico y todo el colectivo de enfermería. Este acuerdo era nuestro Santo Grial; hemos metido muchísima energía, muchísimo trabajo, después de un año intenso.
P.- ¿Cuál es la situación de la sanidad balear: Hay calma, hay paz…?
R.- Bueno, todo eso puede ser muy subjetivo, pero no hay que olvidar el record de actividad en Son Espases, muy reconocido por su magnífico gerente que es Víctor Ribot. Y así como al principio de la legislatura hubo un auténtico caos, desde que la ‘nave’ de la Conselleria la lleva Martí Sansoloni, con el equipo que ha formado, con Miguel Tomás, Miguel Costa, etcétera, se ha enderezado el rumbo. Y hay que decir una cosa, que el Ib- Salut ha interinizado a 150 médicos y 370 enfermeros que estaban eventuales.
P.- ¿Qué balance hace de esta legislatura?
R.- Con la deuda sanitaria que dejó el conseller socialista, Vicenç Thomàs, que esta legislatura ha sido portavoz del PSOE en el Parlament, creo que este Govern lo ha hecho muy bien. Han pagado a proveedores con los que tenían una deuda impresionante. Ha habido que hacer un ejercicio de austeridad para sostener el sistema. Se ha cometido un error, como el de excluir a los inmigrantes de la sanidad. Creo que el PP tiene que reconducir eso y parece que Rajoy ya lo está haciendo. En esta legislatura ha habido tres consellers. El primer año hay que descontarlo, suspenderlo… Luego vino el conseller Mesquida, al que hay que darle un notable, porque el poco tiempo que estuvo evitó el cierre de los hospitales sociosanitarios. Y luego viene Martí Sansaloni, al que también hay que poner un notable.
P.- ¿Cómo ve la situación de los sectores profesionales de la sanidad balear?
R.- En Enfermería ha habido una pérdida de ratios y tal vez no se ha sabido manejar el problema del solape en este colectivo profesional y el SATSE, el sindicato de Enfermería que es nuestro socio, ha reivindicado soluciones con insistencia. Ahora bien, si lo que hacemos es una evaluación global de este Govern, hay que decir que la relación con el colectivo sanitario comenzó mal: Nos quitaron el 32% de carrera. Pero también es verdad que todo tiene un principio, un punto intermedio y un final y el modo en cómo ha acabado esta legislatura –y ahí están los datos –es de forma muy satisfactoria para el colectivo médico al que representa mi sindicato. Y así lo vamos a contar: Realizaremos asambleas pedagógicas en los centros de salud y hospitales informando del gran acuerdo de carrera y de la interinización de 150 médicos.
P.- ¿Está el profesional médico bien pagado en Baleares?
R.- No lo está. Pero no nos podemos quejar, a pesar de que en carrera, desde 2010, nos han recortado 27 millones de euros. En esta crisis hay gente que lo ha pasado mucho peor que nosotros. El médico ha sabido responder con ciencia y con conciencia y con gran profesionalidad. Tanto el presidente del Govern como el conseller de Salud lo han repetido mucho: la responsabilidad del médico en el ejercicio de austeridad que se ha hecho en esta legislatura ha sido ejemplar. No les hemos fallado a los ciudadanos. La sanidad, que es el eje principal del Estado del Bienestar ha estado ahí, a pesar de que ha habido recortes. No ha habido ‘ERE’ de médicos (aunque sí de Enfermería y eso hay que reconducirlo). Nos hicieron caso no cerrando los hospitales General y Joan March. Y el médico, ahora, con la carrera profesional, va a ver mejorados sus honorarios. Y hemos de decir que el Govern del PP va a dar la carrera profesional que el médico se merece y a la que tiene derecho.
P.- ¿Están notando el sector sanitario la recuperación económica?
R.- En este punto hay que destacar que la financiación autonómica que tenemos en Baleares es la penúltima de España. Y no cabe la menor duda de que con una mejor financiación podremos hacer una sanidad pública mucho mejor, mucho más sostenible. Una sanidad pública que debe complementarse con la sanidad privada (elegida por el 40% de los ciudadanos de Baleares). La financiación sanitaria estatal de Baleares debe mejorar porque es baja. Tenemos una realidad tri insular, con lo cual los gastos son aún mucho mayores. Nuestra sanidad debe ser sostenible, con recursos y con más eficiencia. En este sentido, otra de las cosas que se han hecho bien ha sido la central de compras que ahorra muchísimo dinero. Pero para mejorar la sanidad pública hay que contar con la tecnología humana. El reto del futuro es el ámbito sociosanitario. Y ese reto pasa por crear en Son Dureta una estructura que englobe todo el ámbito sociosaniatario. Y además, crear la Facultad de Medicina, que haga que la investigación y el clúster biotecnológico se potencien y la puesta en marcha de las unidades de gestion clinica.
P.- ¿Qué desafíos tiene pendientes la siguiente legislatura?
R.- Primero de todo consolidar la carrera profesional y disminuir la precariedad laboral. Y respecto a eso le diré que no sé qué coalición va a poder formar gobierno tras las elecciones del 24 de mayo. Creo que los experimentos hay que hacerlos con gaseosa. Se están repitiendo muchos ‘mantras’ demagógicos por parte de ciertos partidos. Creo que hay que votar con prudencia.