P.- ¿Con qué expectativas afronta el Colegio Oficial de Médicos de Baleares la nueva etapa política que se ha abierto en la Comunidad Autónoma?
R.- Con las mismas expectativas de siempre, que nos escuchen. Porque escuchar no es patrimonio de la derecha o la izquierda, ni de ningún signo ideológico, sino que representa una obligación de todos los responsables políticos. Respetamos la opción por la que se decantaron los electores en estos recientes comicios autonómicos, como no podría ser de otra manera, y nos ponemos a disposición del nuevo Govern, de su presidenta y de la consellera de Salut para que podamos trabajar de la mano en el objetivo común de la mejora de la asistencia sanitaria en Baleares.
P.- Tras muchas legislaturas hablando de ello, sin que nada se concretara, ¿piensa que ha llegado la hora de llevar adelante, de una vez por todas, un gran pacto sanitario?
R.- El pacto sanitario es absolutamente necesario. La institución, el gobierno y el partido político, o partidos políticos, que opten por esa vía obtendrán el reconocimiento de toda nuestra profesión, y pienso que también el de los ciudadanos. En efecto, hay que articular un gran pacto por la sanidad que fije criterios específicos en torno a cuestiones como el papel que han de desarrollar la Atención Primaria, los centros hospitalarios o la sanidad privada, por poner algunos ejemplos.
P.- ¿Y sobre qué bases debería sustentarse este pacto por la sanidad?
R.- Básicamente, la finalidad sería fijar unos mínimos común denominadores que todos los partidos, los sindicatos, las organizaciones sanitarias, las entidades sociales, pudiéramos asumir y trabajar sobre estos planteamientos con la idea de dotarlos de una estabilidad a través del tiempo, más allá de las coyunturas políticas. Ese sería el reto, porque solo de esta manera los médicos, y la profesión sanitaria en general, podríamos saber cuál es el camino a seguir. Mientras no aclaremos estas reglas de juego seguiremos adentrándonos en un terreno peligroso.
P.- Al margen del pacto sanitario, ¿cuáles deberían ser, a su juicio, las grandes prioridades del nuevo Govern en materia de salud?
R.- Por lo que respecta a nuestro colectivo, reclamaremos que se escuche a los médicos, que no se adopten decisiones de manera unilateral. De no ser así, podría ocurrir como hace cuatro años, al inicio de la legislatura anterior, en que se originó un caos absoluto, hasta el punto de que los médicos tuvimos que movilizarnos y reconducir la situación. Además, otra prioridad es el tema de la financiación del PAYME, un plan que está dedicado a ayudar a los médicos con patologías, ya sean físicas o mentales. En cualquier caso, tanto en este como en otros muchos temas, estoy plenamente convencido de que si nos escuchan seremos capaces de ponernos de acuerdo.
P.- Algunos de los partidos políticos que ahora mismo prestan su apoyo al Govern defendieron, durante la campaña electoral, la necesidad de legislar la exclusividad profesional de los médicos. ¿Cuál es su opinión al respecto?
R.- Evidentemente, si por potenciar la exclusividad se entiende que aquel médico que quiere trabajar tan solo en la sanidad pública, pueda hacerlo, entonces estoy de acuerdo. Pero sin obligaciones ni imposiciones. En Mallorca, y en el conjunto de Baleares, existe el hábito de que muchos profesionales dupliquen su puesto de trabajo, compaginando sanidad pública con privada. Y no estoy hablando únicamente de médicos, sino también celadores, de enfermeras, y de otros miembros de la familia sanitaria. ¿Quién le puede negar a un profesional que abra su despacho privado, y que lo atienda una vez que finaliza su jornada laboral en la sanidad pública? ¿Acaso se va exigir que el médico trabaje hasta las tres de la tarde y luego se marche a su casa? Precisamente, este es uno de los temas en los que el Govern debería escuchar a los profesionales antes de adoptar una decisión.
P.- ¿Piensa que en esta legislatura se avanzará positivamente en el camino de las sinergias entre sanidad pública y privada?
R.- Ambas no solo deben coexistir, sino colaborar de manera muy directa. Y hacerlo por el bien de la población y para elevar el listón de la calidad asistencial. Ninguna administración, sea del color que sea, se plantea dejar de contar con las prestaciones de la sanidad privada, porque es una gran válvula de escape para aliviar la presión de la demanda. Lógicamente, se ha de reclamar a estos centros, y a sus directivos y profesionales, que muestren el máximo grado de preparación y de implicación, pero no podemos permitirnos el lujo de desaprovechar los recursos humanos y técnicos que aporta la medicina privada.
P.- Han transcurrido ya seis años desde su primera elección como presidente del Colegio Oficial de Médicos de Baleares, y esta es ya su segunda legislatura. ¿Se ven las cosas diferentes cuando se acumula un cierto tiempo al frente de un cargo?
R.- Por supuesto. Eso nos pasa a todos. Nadie enfoca los temas de idéntica manera en su primer día de trabajo, que cuando lleva unos años. Todos cambiamos, evolucionamos. Y yo no soy una excepción, por supuesto. Tenga en cuenta que la experiencia es un grado, y aunque antes de acceder a la presidencia ya hacía tiempo que estaba implicado en la estructura colegial, asumir la más alta representación de la institución es una responsabilidad muy diferente. Digamos que la capacidad que tengo ahora para entender las situaciones es muy superior a la que era hace unos años.
P.- ¿Está razonablemente satisfecho de sus seis años de presidencia?
R.- Hay cosas que me satisfacen, desde luego. Por ejemplo, pienso que a lo largo de este período de tiempo el Colegio de Médicos ha ido ganando en participación. Nunca antes había visto tanta gente acercándose a nuestra sede para colaborar en las diferentes iniciativas que se organizan, o para tomar parte de manera activa en la actividad colegial.
P.- Los médicos, ¿son un colectivo privilegiado desde el punto de vista económico y salarial?
R.- Yo diría más bien todo lo contrario. Es un trabajo mal pagado, sobre todo si lo comparamos con los ratios que se manejan en otros lugares de Europa. Le pondré un ejemplo: imagine el caso de cirujano cardiovascular con varias décadas de experiencia en su especialidad que cobra 2.500 euros mensuales. Algunos dirán que no es un mal sueldo, porque todo es relativo. Ahora bien, si pensamos que ese cirujano ha de enfrentarse, cada día, a cuatro o cinco operaciones quirúrgicas, algunas a corazón abierto y con la vida del paciente pendiendo de un hilo, tal vez lleguemos a la conclusión de que ese salario es mucho más bajo de lo que debería ser.
P.- Las agresiones a los médicos y profesionales sanitarios en centros de salud y hospitales parecen haber remitido. ¿Se sienten ustedes más protegidos?
R.- No, no nos sentimos más protegidos, pero debo reconocer que la sociedad ha progresado en este campo. Ahora se entiende mucho más el mensaje de que con este tipo de actitudes, con agresiones físicas o verbales, con intimidaciones, con acoso, es todo el sistema asistencial el que se empobrece. Y que, por tanto, estos comportamientos no pueden ser tolerados de ninguna de las maneras.
P.- ¿Habrá facultad de medicina en Baleares, toda vez que algunos partidos políticos con responsabilidades de gobierno habían incluido este proyecto en su programa?
R.- Así es. Ya veremos qué ocurre. Por mi parte, pienso que Baleares necesita su propia facultad de medicina. En mi opinión, su creación permitiría dar varios pasos de gigante en la mejora de la calidad de la práctica sanitaria y, además, representaría un espaldarazo de gran magnitud para la mejora de la investigación.
P.- Recientemente, el Colegio de Médicos celebró el Día de la Patrona del Perpetuo Socorro, una jornada emblemática para su colectivo y que, como siempre, congregó a centenares de profesionales en el acto institucional celebrado en el Pueblo Español. ¿Qué balance realiza de la Fiesta de la Patrona de este año?
R.- Es una jornada muy especial para todos nosotros. Es un día en el que los médicos nos dedicamos a nosotros mismos, a hablar de nuestra profesión, de la labor que realizamos. Por una parte, constituye un placer inigualable reconocer los méritos de los colegiados más veteranos, que han entregado toda su vida al ejercicio de la profesión que aman. Al mismo tiempo, recibimos con los brazos abiertos a los nuevos colegiados para que entren en contacto con la realidad de la institución y de su propia profesión. Este año asistieron a la ceremonia sesenta nuevos colegiados, una cifra que se ha ido incrementando progresivamente año a año, y esta es una circunstancia que me llena de orgullo. Durante el acto, estos jóvenes médicos tienen la ocasión, por ejemplo, de escuchar el contenido del juramento hipocrático, el texto que guía el día a día de la práctica médica y consagra nuestra implicación con los pacientes y con el progreso de la medicina y la investigación. Otro momento importante de la jornada es la entrega de becas, a través de los cuales reafirmamos el compromiso de la institución con la formación.