La conferencia central de la Patrona del Comib 2015 la pronunció el mallorquín Dr. Joan Carles March, director de la Escuela Andaluza de Salud Pública EASP), bajo el título «Medicina basada en l’afectivitat amb pacients més actius». El médico mallorquín, colaborador de Salut i Força, ha accedido recientemente al dirección de la mundialmente prestigiosa escuela de salud, tras 20 años de trabajar en sus programas.
Joan Carles March es un profesional e investigador que en los últimos tiempos ha hecho un especial hincapié en el desarrollo de las emociones tanto en el desempeño de la jefatura y coordinación de equipos médicos como en la atención al paciente.
Recientemente la presentación del libro ‘Liderar con corazón’ en el que ha coordinado a otros investigadores, especialmente de la EASP, ha causado un positivo impacto en la profesión médica. El libro se puede bajar gratuitamente en forma de PDF. El libro ofrece “ideas para la acción, la innovación, la emoción, la inteligencia y la pasión”. Salvo el segundo bloque (centrado en lo sanitario) y el tercero (que dedica una parte de sus textos al ámbito de la salud), el resto recoge un conjunto de trabajos en torno a los modelos de liderazgo organizacional y a los componentes que sustentan su desarrollo competente.
Entre estos textos, de índole conceptual, puede encontrarse el firmado por Alina Danet sobre el liderazgo.
En su conferencia ante los colegiados, este médico que vive a caballo entre su amada Mallorca y la ciudad de Granada donde se asienta la EASP reivindicó el nuevo papel de los pacientes en relación con el sostenimiento del Sistema Sanitario y la mejora de la asistencia ya que “a pacientes más activos, menores costes”. El director de la EASP explicó que “los pacientes son un recurso infrautilizado con un potencial tremendo”, introduciendo de este modo un nuevo concepto.
En relación al uso de las nuevas tecnologías por parte de los pacientes, Joan Carles March destacó que “implicar al e-paciente en el autocuidado con información y formación ayuda a mejorar aceptación de la enfermedad, a mejorar y avanzar en el tratamiento y ofrece más seguridad al paciente”. “Las redes sociales, que conectan pacientes crónicos con sus familiares y amigos, ofrecen resultados positivos en la evolución de la enfermedad”, defendió March en su conferencia.
El doctor March ironizó o analizó el hecho de que el médico ve al paciente desde una perspectiva que en ocasiones es muy diferente a quien, al otro lado de la mesa tiene un problema de salud y espera una solución, en ocasiones preocupado. “Un buen paciente sigue siempre nuestras indicaciones, no pregunta para no hacernos perder tiempo y no cuestiona nuestras decisiones”, dijo el conferenciante, en un tono de clara autocrítica hacia ciertos vicios profesionales.
En este sentido, el experto habló de las potenciales expectativas comunes que pueden tener pacientes y médicos, desde cierta perspectiva de la ‘desaparición de la autoridad’ médica per se y de la entrada en el escenario del paciente activo.
Entre esas expectativas señaló grandes expectativas el deseo de una mayor calidad relacional (empatía, comprensión, competencia terapéutica) y el desarrollo de soluciones de problemas estructurales como la accesibilidad, demoras y trámites.
“La participación de los pacientes mejora la calidad y disminuye los costes”, recordó, con citas de otros expertos y dijo que los pacientes “no solo buscan información, sino también soporte emocional, confiar y que confíen en ellos”. Para ello abogó por un juego de letras y palabras que ya hiciera en su libro ‘Liderar con corazón’, hablando de las Hs que debería llevar la Medicina: “Honestidad, humildad, hechos, humor, habilidades, heroísmo, humanidad, hueco, huella.” “Los cuidados sanitarios ocurren en el mundo real, donde el paciente pasa la mayor parte del tiempo y toma decisiones sobre su salud” dijo el médico, quien pidió enfáticamente “¡Por favor, dejemos que los pacientes ayuden!” ya que “los pacientes son un recurso infrautilizado con un potencial tremendo”. Habló March del emponderamiento del paciente: “Una persona empoderada sabe lo que quiere y lo dice de forma clara Se pregunta: ¿Qué puedo hacer yo?”.
Habló también del compromiso: “Una persona comprometida busca en internet en páginas recomendadas y se interesa por donde pueda encontrar apps y foros y blogs y compartir”, mientras que una persona no comprometida “aborda el proceso de atención como si fuera un lavado de coche y cree que todo lo que va a encontrar en Internet es malo y le va a llevar a malas decisiones, ya que “si el paciente no quiere hacer algo, no lo hará”, dijo, citando a Kate Lorig.
Por ello, el experto abogó por “implicar al e-paciente en el autocuidado con información y formación ayuda a mejor aceptación de la enfermedad, mayor logro para mejorar y avanzar en el tratamiento y más seguridad del paciente.
Frente a la “información sanitaria tradicional igual a paternalista”, el conferenciante apostó ante sus colegas mallorquines por “hablar con los pacientes, no para los pacientes”, haciendo sutil distinción en ese ‘con’ en lugar de ‘para’.
Destacó que la estrategia formativa entre iguales es evaluada positivamente por las personas participantes en el estudio y genera mejoras en el estrés emocional, los hábitos de vida, la reducción del número de consultas médicas y el aumento de la autoeficacia en el manejo de la enfermedad.
Recordó, en razón a estos enfoques, proyectos ya en desarrollo como el de la Escuela de Pacientes que se viene desarrollando promovido por la Escuela Andaluza de Salud Pública: “La Escuela de Pacientes es un proyecto de formación de pacientes, entre pacientes, en los que los pacientes formados en esta Escuela, enseñan a otros como vivir y manejar su enfermedad”, dijo el experto.
La Escuela de Pacientes, incluida del Plan de actuación en el área de Participación Ciudadana del Servicio Andaluz de Salud (SAS) desarrolla más de 1.000 talleres en 2015, lo que da una idea del impacto que tiene en mejora de la vida de los enfermos.
Forman parte de la Escuela de Pacientes todas las personas que hacen posible su funcionamiento: pacientes, personas cuidadoras, familiares, asociaciones y ciudadanía en general que participa en sus actividades formativas para aprender y enseñar las mejores formas de cuidar y cuidarse. Cuenta, además, con grupos de expertos profesionales del Sistema Sanitario Público de Andalucía para la elaboración de los contenidos de cada una de las enfermedades que se tratan.