Sin duda, estamos ante una medida saludable, ya que los derechos o son de todos o no son. La expropiación de un derecho a una parte de la sociedad que se hizo hace dos años por la ministra Ana Mato, afecta a toda esa sociedad. La salud, ese bienestar al que aspiramos, no es un asunto individual, sino una cuestión colectiva. La enfermedad de cualquier individuo repercute directa e indirectamente sobre la salud de la sociedad en la que vive.
No es bueno que vivamos en una sociedad cuya ética se construya sobre el «sálvese quien pueda», en la que permitamos que alguien enferme y muera de una enfermedad y que además sean evitables con la posibilidad de tener una cobertura universal. Y es que en estos dos años de aplicación del decreto de exclusión sanitaria, la incertidumbre, el miedo, la angustia y el dolor han afectado a muchas personas y han estado presentes en algunas poblaciones. Expropiar el derecho a la asistencia sanitaria a casi un millón de personas supuso expropiárselo a toda la población. Como personas, no cuidamos nuestra salud si no cuidamos la salud de las personas a nuestro alrededor. No se puede tratar bien la salud de una persona de una comunidad, y dejar fuera a las demás. Porque entonces, la sociedad irá enfermando poco a poco.
Por eso, la medida que ha tomado la Conselleria de Salut que dirige Patricia Gómez es una buena medida que ayuda a que nuestra sociedad balear esté más saludable. Con esta medida, cerca de 15.000 extranjeros que residen irregularmente en Baleares recibirán asistencia sanitaria de manera gratuita en el sistema de salud pública. Este colectivo actualmente no dispone de tarjeta sanitaria , ni cuenta con recursos económicos suficientes. De este modo, el Gobierno Balear rectifica la decisión del Gobierno de Mariano Rajoy en 2012, que dejó fuera de la asistenci a médica —no urgente o en el ámbito infantil— a los inmigrantes sin amparo legal.
En los estudios sobre inmigración y salud, podemos ver la elevada proporción de recién nacidos de mujeres de origen extranjero, las necesidades en salud mental, la detección de los déficit en salud bucodental y el incremento de casos de tuberculosis que, junto a limitaciones de las coberturas vacunales en la población infantil, definen el espectro de la salud de esta po blación inmigrante. La población inmigrante, a pesar de no presentar necesidades específicas en materia de salud, incluye colectivos que requieren una especial atención respecto a la tuberculosis , la salud materno-inf antil y la prevención y promoción de la salud.
Por todas estas cosas, los expertos recomiendan reforzar y adaptar los recursos y servicios de salud potenciando la figura del agente de salud y los recursos humanos y formativos de los profesionales.
Ante esta situación, Baleares y Valencia, como antes hizo Andalucía, van en el buen camino que plantean organizaciones como la Organización Mundial de la Salud de que la asistencia gratuita y universal sea una de las prioridad es para la salud de las poblaciones.