P.- ¿Cuáles son las principales competencias de su departamento?
R.- Engloba dos ámbitos separados, pero es positivo que formen parte de un mismo organigrama, ya que se pueden complementar. Uno es la parte de planificación, tanto de programas asistenciales como de infraestructuras y de recursos, y la otra es la de farmacia, orientada a definir las políticas farmacéuticas.
P.- Hace poco más de cuatro meses que se inició la legislatura. ¿Qué balance realiza del trabajo desarrollado durante este tiempo?
R.- Ha sido un momento intenso, destinado a conocer cuáles son las características en cada campo, y centrado en comenzar proyectos y poner en marcha determinadas actividades. Ha sido una etapa enriquecedora que ha puesto las bases del trabajo que se desempeñará en estos años.
P.- ¿Cuáles serán las grandes prioridades de la legislatura?
R.- Estamos trabajando en un plan estratégico que marque las actuaciones de estos cuatro años, porque el sistema sanitario se ha de planificar a largo plazo. Hemos hecho también una revisión de la necesidad de infraestructuras y estamos comenzando a poner las líneas maestras de las políticas de salud. En farmacias estamos asumiendo el nuevo concurso de farmacias que está pendiente de abrir tras haberse aprobado el catálogo.
P.- ¿Qué aspectos sustanciales marcarán el cambio de modelo asistencial que se pretende impulsar en este período de gobierno?
R.- Básicamente, se trata de articular los mecanismos que permitan encarar mejor los retos a los que ha de hacer frente el sistema de salud, como el aumento de la población y de la cronicidad, o la innovación tecnológica. Y queremos hacerlo desde un criterio de prevención y de la mano de atención primaria y la cooperación entre los centros sanitarios.
P.- Esa necesidad de marcar el modelo, ¿significa que el modelo actual se halla obsoleto?
R.- Las necesidades van cambiando, porque la demografía y la sociedad van cambiando. El sistema de salud actual está planificado para atender problemas agudos. Sin embargo, estamos en un momento en que casi el 50 por ciento de la población mayor de 16 años sufre una enfermedad crónica, y más de un 5 por ciento de hombres y mujeres de más de 65 tiene presenta un cuadro de pluripatología, sin olvidar que casi un 15 por ciento son plurimedicados. El sistema ha de sufrir un cambio para adaptarse mejor a estos problemas de salud. Lógicamente, este cambio de modelo necesita recursos, y también una modificación del sistema, cambiando el papel de los profesionales, tanto de médicos, como de enfermeras, como de facultativos de Atención Primaria o bien hospitalarios, incorporando a otros profesionales como los farmacéuticos de las oficinas hospitalarias.
P.- Ha hecho usted referencia a los enfermos crónicos, para quienes se articulará una herramienta denominada Estrategia de la Cronicidad. ¿En qué consiste?
R.- Es un proyecto que, en realidad, va dirigido a toda la población, porque con su aplicación también se mejorará la atención a los pacientes agudos, dado que hará posible liberar determinados recursos. El objetivo es clasificar a la población según el problema crónico que tenga, ya sea leve o complejo, incluyendo a aquellas personas que no presentan ninguno. De esta manera, se dará respuesta a los usuarios a partir de unos u otros recursos. Por ejemplo, los pacientes crónicos no complejos serán atendidos en Atención Primaria, y los demás en equipamientos más específicos.
P.- En una población progresivamente envejecida, ¿la atención al colectivo de enfermos crónicos es una de las grandes asignaturas pendientes?
R.- No en vano, pienso que es la gran asignatura pendiente del sistema sanitario. Una persona con problemas crónicos puede requerir un ingreso, como ocurre con un paciente agudo, pero también puede necesitar otras asistencias que se adecuen mejor a su situación.
P.- Durante estos pasados años se han llevado a cabo diferentes modificaciones en la cartera de servicios sanitarias, es decir, en el conjunto de prestaciones a las que tienen acceso los ciudadanos. ¿Qué criterios se impulsarán en este ámbito?
R.- En principio queremos elaborar una definición de la cartera de servicios basada en la eficiencia y la eficacia, es decir, comprobar cuáles son los servicios más adecuados y dónde han de estar localizados para evitar duplicidades y que se presten en los equipamientos adecuados para cada paciente. Por otro lado, es verdad que algunos grupos poblacionales tienen más dificultades hoy en día para acceder a determinadas prestaciones. Hace poco anunciamos que el Govern devolverá la prestación sobre reproducción asistida a las mujeres solas, que se había retirado a finales del pasado año. No obstante, todavía hay situaciones que se han de reconducir para que todo el mundo tenga acceso a la sanidad en un contexto de equidad.
P.- Otra de las competencias de su departamento es la planificación de las infraestructuras, y en este sentido resulta obligado hacer referencia al Plan Director del Hospital Comarcal de Manacor. ¿Cuál es ahora mismo la situación de este centro hospitalario?
R.- La reforma y ampliación del Hospital de Manacor es una de las grandes prioridades, porque en pocos años ha pasado de ser el hospital más nuevo de Baleares al más antiguo. Tenga en cuenta que la actividad ha aumentado considerablemente en todas las áreas, tanto en cirugía como en hospitalización y urgencias, y el hospital se ha quedado pequeño, además de presentar problemas de infraestructuras que se han puesto de manifiesto en los días de lluvia, por ejemplo.
P.- ¿En qué consistirá el Plan Director del Hospital de Manacor y en qué condiciones se llevará a cabo?
R.- Actualmente, estamos recogiendo las necesidades de los diferentes servicios del hospital. Existe un plan director elaborado en 2010 que se ha de actualizar para saber cuáles son las prioridades más urgentes a partir de las aportaciones de los profesionales. En cualquier caso, las actuaciones han de afectar los diferentes servicios, como urgencias, consultas externas o cirugía mayor y otros, siempre con el punto de mira puesto en dispensar al usuario una sanidad más segura y confortable.
P.- ¿Habrá recursos suficientes para reformar y ampliar el Hospital de Manacor?
R.- No se puede negar que existen dificultades en cuanto a los recursos, pero hemos planteado el proyecto a partir de una calendarización que permitirá ir mejorando el hospital a partir de los medios que se hallen a nuestra disposición. Hemos de tener muy claro cuál es el dibujo final del hospital y siempre con la mirada puesta en el futuro. Estamos pensando en un hospital moderno, suficiente, con una cartera de servicios completa de acuerdo a su condición de hospital comarcal, y que preste servicios de calidad y eficiencia. Y que, con el apoyo de otros hospitales, pueda completar la cartera de servicios, como ocurre con el resto de hospitales comarcales.
P.- Más allá de las actuaciones pendientes en Manacor, ¿cuál es la situación de las infraestructuras sanitarias y hospitalarias de Baleares?
R.- La realidad es que la sanidad pública balear cuenta con hospitales nuevos y modernos, como Son Espases y Can Misses, y otros equipamientos que requieren algunas adaptaciones. En el ámbito de Atención Primaria, estamos trabajando en un plan de infraestructuras para comprobar cuáles son los centros de salud que se han quedado pequeños, como los de Artà o Camp Rodó. También hay centros que necesitan una reforma porque hace muchos años que funcionan y no se han actualizado en grado suficiente.
P.- Recientemente se ha inaugurado el nuevo Hospital Can Misses, en Eivissa. Habrá necesidad de más infraestructuras asistenciales de grandes dimensiones durante los próximos años?
R.- Hemos de estar atentos a las directrices de ordenación territorial. Algunos equipamientos está planificados pero no han abierto sus puertas, como ocurre en el caso del centro de salud na Camel·la, en Manacor, y de cara al futuro hemos de valorar si hacen falta más recursos en función de la evolución de la población. Igualmente, habrá que incidir en qué recursos necesitamos para pacientes subagudos y de larga estancia, que es donde se nota una mayor carencia.
P.- Hablemos seguidamente de farmacia, otro de los ejes neurálgicos de su departamento. ¿Cuál es el momento del sector farmacéutico balear?
R.- El sector está realizado un trabajo muy importante en su doble función como oficinas de dispensación de medicamentos y como agentes de salud. Ahora mismo se halla en evolución el tema de la ordenación farmacéutica, y, además, creo que hay aspectos a impulsar, como es la colaboración entre el farmacéutico y el sistema de salud y el desarrollo de programas asistenciales en los que el sector pueda participar directamente.
P.- Están de acuerdo con las directrices del plan de reordenación de establecimientos farmacéuticos aprobado por el Govern anterior? Y si no es así, ¿introducirán algún tipo de modificación?
R.- La nueva ley farmacéutica fue aprobada en enero, y ahora mismo es la legislación que hay que aplicar. Al mismo tiempo, el catálogo marca un plazo de seis meses para sacar adelante el concurso de farmacia, cosa que el actual Govern llevará a cabo. A partir de aquí veremos en qué aspectos se puede mejorar la legislación en materia de inicio y legalización de la actividad farmacéutica.
P.- ¿Faltan o sobran farmacias en Baleares?
R.- Hemos de asumir que faltan farmacias, porque, precisamente, estamos a punto de abrir un concurso para abrir más oficinas. Ahora bien, yo diría que, valorando la situación desde una perspectiva general, no hay carencias. Otra cosa es que en determinadas zonas se necesita una cierta redistribución.
P.- La oficina de farmacia, ¿ha dejado de ser un negocio altamente rentable?
R.- Mi opinión es que no. Otra cuestión es su evolución durante los últimos años. Y también habrá que valorar la situación en cada zona concreta. Igualmente, se han introducido elementos que facilitan la relación entre farmacéutico y cliente, como la receta electrónica y otros recursos tecnológicos que han supuesto un gran avance en materia de calidad del servicio.
P.- ¿Piensa que los farmacéuticos deberían ejercer un papel más protagonista en la prescripción de medicamentos? Y si es así, ¿cuáles han de ser los límites de la prescripción farmacéutica?
R.- La ley marca muy claramente esos límites: la prescripción es una facultad del médico, y la dispensación corresponde al farmacéutico. Otra cuestión es que el sector desarrolle en mayor medida sus funciones, por ejemplo en materia de consejo y asesoramiento a sus clientes.
P.- ¿Debe mantenerse el copago farmacéutico?
R.- Es una medida que debería echarse atrás, pero eso depende del Ministerio de Sanidad, y, en definitiva, de quiñen gane las próximas elecciones. Por nuestra parte, trabajamos para lograr que los pensionistas que en estos momentos lo pagan, cuando llegan al límite no tengan que añadir dinero de su bolsillo aunque luego se les retorne. Esperemos, en todo caso, que el copago pueda ser eliminado en un futuro próximo.
P.- La controversia surgida hace algún tiempo con los enfermos afectados por la Hepatitis C, ¿se ha normalizado completamente?
R.- Es un tema complejo, porque son tratamientos muy caros, aunque también muy efectivos, con tasas superiores al 90 por ciento de curación. Por tanto, se han de hacer llegar a todos los pacientes. Ahora bien, su coste es muy elevado. En agosto, el gasto en los hospitales de las islas por la adquisición de estos tratamientos se situaba en 22 millones de euros, y acabaremos el año en 35 millones. La alternativa ha tenido que pasar por introducir un criterio escalonado, tal como se aprobó en la comisión de hepatitis c. Esto significa que se prioriza la dispensación a los pacientes en peor situación de salud, para luego llegar al resto del colectivo. Por su parte, el Ministerio de Sanidad se comprometió a desarrollar un plan de hepatitis C, pero no hemos sabido nada más al respecto.