Hasta ahora los partos por cesárea se realizaban en ambientes estrictamente quirúrgicos –fríos y poco agradablesen el que la madre gestante estaba acompañada por un equipo médico y por una persona de su entorno, si así lo deseaba.
Una vez se producía el alumbramiento, el bebé era trasladado al área de neonatología junto al padre, quién ya utilizaba esta técnica de contacto padre-bebé, mientras que la madre permanecía en el área post quirúrgica hasta su recuperación, en la que podrían transcurrir más de dos horas.
Con este programa pionero, Policlínica Miramar permite el contacto temprano, desde el nacimiento, entre la mamá y el recién nacido en el mismo quirófano sin necesidad de esperar a la recuperación de esta. Una técnica que aporta múltiples beneficios.
Carmen García, supervisora de matronas de Policlínica Miramar, explica que “El contacto inmediato con la madre y el padre desde el primer momento es fundamental para el desarrollo del niño. La técnica piel con piel ayuda al neonato a adaptarse a la vida ext rauter ina, mantener el nivel de temperatura normal. Se produce un mayor éxito en la lactancia materna y favorece al apego y al vínculo materno-paterno filial. El bebé instintivamente busca, encuentra y se agarra al pezón espontáneamente e inicia la primera toma. Ese afianzamiento espontáneo tras el nacimiento se relaciona con lactancias más fáciles y de mayor duración. Las mamás que por el contrario no desean amamantar a sus bebés, realizan de la misma manera el contacto piel con piel.
Hasta ahora en los partos por cesáreas las madres tenían que esperar unas horas antes de reencontrase con el neonato”.
Esta iniciativa de Policlínica Miramar, que pretende humanizar la atención sanitaria antes, durante y después del parto por cesárea programada, ofrece una atención y asistencia a aquellas madres que dan a luz mediante este procedimiento.
Además ayuda a crear un clima de confianza, seguridad e intimidad de la gestante que está acompañada en todo momento por una persona de su entorno. Con este programa pionero la madre puede compartir esta experiencia y recibir apoyo emocional en el parto. En este sentido Carmen García insiste: “Hasta ahora únicamente se permitía el contacto piel con piel madre-hijo cuando se trataba de un parto natural. Con esta iniciativa se da un gran paso para humanizar y favorecer el vínculo con el recién nacido. Consiguiendo la satisfacción mutua del núcleo familiar y el de los profesionales, por un trabajo bien realizado y con las medidas de seguridad necesarias”. En este sentido la cesárea deja de ser un impedimento para que las madres y sus bebés puedan permanecer juntos tras el alumbramiento.
Para que pueda producirse la técnica piel con piel entre la madre y el bebé en el quirófano se tienen que cumplir una serie de condiciones. Por una parte, el parto por cesárea debe de estar programado, que no sea de urgencia ni presente complicaciones a priori, y que la gestación haya llegado a término.
Otra de las condiciones, es que tanto los profesionales sanitarios como el familiar que asista al parto, generalmente el padre, tienen que estar informados sobre el procedimiento a seguir. En este sentido, Carmen García, explica que: “Antes de la cesárea, el anestesista, como miembro del equipo, mantiene una entrevista previa con la persona que va a entrar en quirófano. Se le informa de como va a ser la intervención y del comportamiento que se espera de él durante la cesárea. También se le explica que en cualquier momento, si surgen complicaciones durante la cirugía, que requiera un nivel de urgencia de atención para la madre o el recién nacido, deberá abandonar el quirófano. Es importante que el familiar colabore con los profesionales que asisten el parto”. De esta manera, la gestante tiene el apoyo de alguien de su confianza -de su entorno- y está más relajada y tranquila durante la realización de este procedimiento quirúrgico.
Post operatorio “Durante la cesárea y el post operatorio tanto la madre, como la pareja y el hijo están acompañados en todo momento por miembros del equipo sanitario. En este sentido, un profesional de enfermería controla el bienestar materno mientras que otro controla al neonato. Por su parte, el acompañante está tutelado en todo momento por un miembro del equipo que le guía dentro y fuera del quirófano, al ser una persona ajena al procedimiento. Tiene que ponerse la uniformidad apropiada para acceder al quirófano –pijama, gorro, mascarilla y calcetas-, saber por dónde circular y que no tocar.
Es imprescindible que esté acompañado y que sirva como apoyo a la gestante” afirma la supervisora de matronas de Policlínica Miramar.
El equipo de matronas y de maternidad de Policlínica Miramar ha promovido la técnica piel con piel para favorecer la adaptación del recién nacido a la vida y reforzar el vínculo emocional con la madre.
La implantación de este nuevo protocolo ha sido posible gracias al trabajo multidisciplinar de todos los profesionales que intervienen en el parto.