La tristeza siempre es razonable: siempre se encuentran motivos. El enfermo, la familia y el entorno sociolaboral entienden mal que se pueda estar “tan triste”, y muchas veces sin motivos aparentes. Con frecuencia se valora la tristeza como algo “normal” (mujeres viudas, ancianas, enfermas).
2.- ¿Que es una depresión?
La depresión es la enfermedad que mas sufrimiento emocional produce. Es un cortocircuito emocional que afecta a nuestra forma de pensar, de sentir, de actuar, de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás. Provoca una gran asfixia emocional y cognitiva. Es el espectro nocturno que nos roba la alegría, son arenas movedizas que nos sumergen en la pena, en el abatimiento, en el insomnio, que nos angustia, que nos provoca toneladas de culpa mafiosa que nos extorsiona y mortifica, cual disco rayado y que nos despoja de la esperanza de poder recuperarnos. La depresión posee una fuerza gravitacional que anula cualquier resistencia y por supuesto a la voluntad. Como dice Andrew Solomon. “escribir sobre la depresión duele, entristece, aísla y oprime”. Es una experiencia que para conocerla hay que sentirla. Todos nosotros haríamos cualquier cosa para no sentirnos así, sobre todo si ya la hemos tenido alguna vez. Solo los pacientes saben y conocen que es la depresión y por supuesto la familia que tiene que acompañar y adaptarse a esa “visible oscuridad del alma agrietada”.
3.- ¿Cuáles son sus consecuencias?
No hay palabras para describir el poder destructivo de la depresión para dañar y destruir vidas. Daña al entorno familiar, al entorno laboral, impide mantener y construir vínculos afectivos positivos y sabotea lazos muy importantes. A veces, dramáticamente provoca la perdida definitiva de la vida cuando los pacientes, desesperados y en situaciones límites, de no poder seguir soportando tanto niveles de sufrimiento, se suicidan, dejando una hipoteca psicológica permanente en su familia. A pesar de todo la depresión capta mucha atención… pero no la suficiente.
4.- ¿Quién corre el riesgo de caer en una depresión?
Todo el mundo es vulnerable a una depresión. No se salva nadie. No hay inmunidad psicológica que nos blinde de padecer una depresión. De hecho todos estamos pre-depresivos. Ahora bien no todos corremos el mismo riesgo de padecer una depresión. Hay diversos factores de riesgo, pero no todos tienen el mismo peso o intensidad. Unos influyen más que otros en el desencadenamiento de una depresión. El cerebro se deprime porque no puede evitarlo. 5.- ¿Cuáles son las causas?
Hoy tenemos una visión multidimensional de la depresión: hay múltiples caminos en situaciones de riesgo. Algunos son biológicos, otros genéticos, otros psicológicos y otros de tipo social. Su etiología multifactorial tiene que ver con el genoma, el ambioma y el epigenoma. Es lo que llamamos el modelo biopsicosocial. La vulnerabilidad genética parece influir en las recaídas de la depresión. Los acontecimientos vitales estresantes, en personas predispuestas pueden aumentar el riesgo de presentar una depresión. Lamentablemente, no es posible en la mayor parte de casos evitar los factores estresantes, por lo que es necesario ensayar estrategias terapéuticas para que la persona sepa hacer un afrontamiento adaptativo. Siempre teniendo en cuenta que no hay enfermedades sino enfermos, que deben de ser valorados siempre en su contexto psicosocial. Aunque la mente es una función cerebral, nadie es una isla bioquímica.
Cuña de autoayuda
Una ostra le dijo a su vecina: “llevo un gran dolor en mi. Es pesado y redondo, y tengo una gran pena”. La otra ostra le respondió con arrogante autosatisfacción: “Alabado sea le cielo y el mar, pues no tengo dolores. Me siento bien. Por dentro y por fuera”. En ese momento pasa un cangrejo y escucha a las dos ostras. Acto seguido dijo a la que se encontraba sana y salva por dentro y por fuera.” Si, desde luego que te encuentras bien; sin embargo , el dolor que lleva tu vecina es una perla de fascinante belleza”. Kalil Gibran: El vagabundo. Lectura recomendada.