P.- Tras la celebración, el pasado 21 de enero, del acto solemne de apertura del Curso 2016, ¿cuál sería el resumen del balance del curso 2015?
Juan Riera Roca
R.- Por una parte ha sido un hito importante la aprobación de los nuevos estatutos y del reglamento de régimen interior de la Academia. Los anteriores databan del año 2001 y el paso del tiempo había evidenciado la necesidad de acomodarlos a los momentos actuales. Comenzamos con el proceso en 2010 y en 2015 fuimos capaces de aprobar los cambios, con gran consenso, hacia mediados de año, de forma que el pasado mes de diciembre fueron publicados en el BOIB. En segundo lugar, en este balance de 2015, ha sido muy importante para nosotros la profundización de las relaciones de la Academia de Medicina con la Universitat de les Illes Balears (UIB).
P.- ¿En qué consiste esa colaboración?
R.- Por una parte estamos trabajando con nuestro archivo, que posee documentos algunos de los cuales datan de los siglos XVIII, correspondientes a la Academia Médico Práctica de Mallorca, y del XIX, con información que está digitalizándose en el servicio de biblioteca y documentación de la UIB. Por otra parte estamos desarrollando con la Universitat una línea de colaboración en las actividades formativas de doctorado. Una vez se han definido los proyectos y en el segundo año del programa de doctorado de la UIB, éstos son evaluados por la comisión de doctorado de la Academia de Medicina, donde nuestros expertos realizan observaciones y los puntúan, con el objeto de que ese trabajo sirva a los doctorandos para perfeccionar las líneas de investigación que van a desarrollar. Iniciamos en 2015 esta línea de colaboración y vamos a continuar en 2016, año en el que esperamos examinar entre 20 y 30 proyectos de doctorado. Es un trabajo inmenso y esmerado que coordina el doctor Félix Grases, académico, catedrático de la UIB y responsable del IUNICS.
P.- La revista de la RAMIB se ha consolidado este año pasado de forma impresionante en cuanto a su difusión e impacto.
R.- Sí, y aprovecharé para decirle que otra de las novedades de 2015 ha sido que la dirección ha pasado a manos del doctor Arturo López. Tal como relató el secretario de la RAMIB en el lectura de la Memoria Académica, tras la inclusión de nuestra revista ‘Medicina Balear’ en la Biblioteca Digital de les Illes Balears se ha producido un aumento de su visibilidad y difusión internacional. A 13 de diciembre de 2015 la colección digital de la revista acumulaba 123.028 descargas de artículos en PDF y 6.740 de números completos. En tres años hemos pasado a ocupar la tercera posición en el ranking general y la primera en el específico de publicaciones de cariz científico y sanitario de la plataforma digital universitaria.
P.- ¿Perspectivas para 2016?
R.- Para nosotros es esencial conseguir que esa colaboración con la UIB sea impecable y que se vean cumplidas las expectativas de utilidad a los doctorandos, consolidando y aumentando nuestra línea de trabajo en ese ámbito. Por otra parte estamos trabajando en un programa de sesiones científicas que atraiga al público para poder transmitir a la ciudadanía un conocimiento científico, que sin vulgarizarlo sea de interés. Un ejemplo de ello podría ser la magnífica conferencia impartida en la sesión inaugural por el doctor Jordi Ibáñez, académico numerario, que versó sobre la neumonía postoperatoria como factor de riesgo de la Cirugía Cardíaca, en la que el conferenciante hizo un gran esfuerzo para comunicarla de un modo accesible pero muy completo y con gran rigor.
P.- ¿Imagina usted que en la mesa de presidencia del acto de apertura del curso de la RAMIB del año que viene se siente junto al presidente, el rector de la UIB, las autoridades… el decano de la Facultad de Medicina?
R.- Sería nuestra gran ilusión. La puesta en marcha de los estudios de Medicina en la Universitat balear no es un tema que nos corresponda a nosotros, naturalmente, aunque sí es nuestra obligación opinar y desde el año 2000 la Real Academia de Medicina de las Islas Baleares está convocando a la sociedad y a los profesionales de la Medicina para expresar su apoyo a esta iniciativa. El pasado mes de abril desarrollamos uno de los actos cruciales del curso 2015, con una mesa redonda sobre la implantación de la Facultad de Medicina en la UIB.
P.- En un siglo como el XXI, con una sociedad civil estructurada, con colegios profesionales, una administración sanitaria potente, sociedades científicas, etcétera, ¿cuál es el papel de la Real Academia de Medicina, cómo ha evolucionado desde su fundación?
R.- En el pasado las academias de medicina tenían la función de aconsejar a las administraciones de las medidas a tomar cuando estallaban epidemias. Hoy, en el siglo XXI, ya la administración sanitaria desarrolla esas funciones y otras del ámbito de la salud pública, al igual que los colegios profesionales e incluso los hospitales imparten formación sanitaria específica dirigida a los profesionales de la salud. La Real Academia poco puede aportar en este ámbito. Nuestra función ha de ser hoy de transferencia del conocimiento, de promoción de los estudios y trabajos de investigación a través de los premios que convocamos y de nuestra revista, así como con la colaboración con la Universitat en la coordinación de los doctorados y, no olvidemos, con la difusión de nuestros archivos y sus valiosos documentos hacia la sociedad. Todo ello justifica a la RAMIB frente a la sociedad. Y ello sin dejar de lado la trasmisión de una idea de continuidad, con ceremonias como la del pasado día 21, que nos recuerdan que somos eslabones de una cadena muy meritoria de aquellos mayores que nos precedieron, personalidades de tanta importancia para la ciencia como los doctores Mateo Orfila, Fernando Weyler Laviña, Bernat Riera (el general Riera), Jaume Font i Monteros, Emili Darder y otros ilustres predecesores.
P.- ¿Cuál es, a su juicio, y desde la perspectiva de la Academia, el panorama de la investigación en Baleares?
R.- Es evidente que existe una inquietud creciente por la investigación médica en Baleares. Cada vez los trabajos que optan a los premios convocados son más y de mayor calidad, así como el número de tesis doctorales son más y cada vez mejores. Y esa inquietud es algo que debemos encauzar, además, con el desarrollo en un futuro que esperamos que sea próximo de los estudios de medicina en la Universitat de les Illes Balears.
P.- La RAMIB desarrolla una función de difusión de la cultura, además de la ciencia médica, siguiendo aquella enseñanza de que ‘el médico que solo sabe medicina ni medicina sabe…’
R.- Así es. Lo que hace la Academia de Medicina es aglutinar a profesionales relacionados con las ciencias de la salud. Entre nosotros hay, además de médicos, farmacéuticos, biólogos, veterinarios etcétera. Es por ello que hablamos de un modo abierto de lo que se podría denominar “la ciencia del curar”, todo lo cual nos da una visión más amplia de nuestras respectivas especialidades. Además tenemos gran relación con las academias de Bellas Artes, de Jurisprudencia, de Historia. De ese modo compartimos nuestra óptica de apertura. La profesión médica se ha especializado hasta el punto que cada vez los médicos saben más de un aspecto del saber médico más estrecho. Quizás tenemos idealizada la figura de aquel médico consejero familiar, al que se le preguntaba sobre todo, tal vez porque se le suponía con un mayor conocimiento del mundo. Eso va cediendo paso a una especialización muy positiva, aunque nos aleje de esa figura romántica del médico humanista.
P.-En esa vocación de difundir la ciencia, se enfrentan al desafío de recuperar al oyente presencial, en unos momentos en los que el acceso a la información a través de Internet nos aleja de esa presencialidad…
R.- Nosotros intentamos acercar la ciencia al público en general, pero difundir una ciencia de calidad. De eso fue, como le decía antes, un gran ejemplo la conferencia inaugural pronunciada en el acto de apertura del curso por el doctor Jordi Ibáñez, una conferencia que fue interesantísima y en la que el académico hizo un esfuerzo para que su contenido fuera comprensible. Esto es lo que vamos a intentar que se mantenga a la hora de elaborar el calendario de sesiones. Este calendario incluye una conferencia al mes y su coordinación está al cargo del doctor Joan Besalduch que trabaja en preparar una serie de temas que se correspondan al interés público y que aun siendo de un elevado nivel sean perfectamente comprensibles. Además, tenemos la inquietud de traer conferenciantes y expertos de fuera de las islas pero que tengan relación o sean originarios de esta región. Es lo que ha sucedido este último año con conferenciantes de la talla de los doctores Antonio Lacy, Álvar Agustí, Guillermo García Manero, Vicente Arroyo etcétera.
P.- ¿Podría hacer un avance de las conferencias y temas de interés de cara al curso que ahora se inicia?
R.- La comisión académica encargada tiene previsto rematar el calendario en las próximas semanas, aunque ya tenemos cerradas dos intervenciones que creemos que van a ser de interés. Una será de la doctora Antonia Galmés, experta y responsable de los programas de vacunación de la Conselleria de Salut, que disertará sobre un tema de tanta importancia social y que ha suscitado recientes polémicas como es el de la idoneidad de las vacunaciones, como en el caso de la difteria, su relación con el embarazo y otros aspectos. Otra de las intervenciones es la del doctor Garau Alemany que hablará sobre enfermedades emergentes. Tratamos de estar pendientes de los temas que puedan ir surgiendo y que sean de interés público y científico.