Los expertos reunidos recientemente en la Cumbre Hepatitis C, han solicitado que la erradicación en Europa se convierta en una prioridad de salud pública. Según estos expertos, sería posible erradicar la hepatitis C del territorio europeo antes de 2030 si se llevan a cabo las acciones específicas necesarias.
Para ello abogan por un enfoque integral desde los sistemas sanitarios que incluya concienciación, prevención y un abordaje, todo ello tal como figura en el manifiesto de las entidades participantes en la primera Cumbre de la Unión Europea sobre Políticas relacionadas con el VHC en la que se ha abordado la cuestión.
Según Vytenis Andriukaitis, comisionado de salud y seguridad de alimentos esta enfermedad ha sido calificada como “epidemia silenciosa en la UE, pero ahora es el momento de sacarla a la luz, para lo que pueden ser útiles iniciativas como esta cumbre y su manifiesto para aumentar la concienciación y el debate».
Hoy se hay medios para curar la hepatitis C lo que es la base para su erradicación en un periodo estimado en 15 años. Este objetivo tiene un doble valor –según los expertos –si además de su obvio valor en materia de salud pública se considera el momento de Europa en plena crisis derivada de flujos de refugiados.
Es la advertencia hecha por el parlamentario europeo Cristian-Silviu Busoi, vicepresidente del Parliament’s Friends of the Liver Group, quien dijo también que «las estrategias entender los enlaces entre la hepatitis C y los grupos marginalizados, como inmigrantes recientes, personas que se inyectan fármacos, etc.”
El contenido del manifiesto propone, en primer lugar, hacer de la hepatitis C y de su eliminación una prioridad concreta y con recursos para los sistemas públicos de salud en Europa, perseguida con métodos adecuados y niveles ciudadano, científico, empresarial, gubernamental y de las instituciones de la UE y la OMS.
En segundo lugar se propone asegurar que los pacientes, la sociedad civil y otras partes interesadas se involucren en el desarrollo y la aplicación de las estrategias de eliminación de la hepatitis C y que las pautas y los ejemplos de buenas prácticas sean la base de las estrategias de aplicación personalizada y local.
El tercer aspecto del manifiesto anima a promover el desarrollo de protocolos asistenciales como pieza clave en las estrategias de eliminación de la hepatitis C, habida cuenta de los obstáculos concretos de los sistemas sanitarios y otras dificultades relacionadas con el abordaje de la infección por hepatitis C.
Como cuarto elemento se pide prestar atención a la relación entre la hepatitis C y la marginación social y que todas las actividades destinadas a la eliminación de la hepatitis C se ajusten a los principios fundamentales de los derechos humanos, la no discriminación, la igualdad, la participación y el derecho a la salud.
Se considera necesario seguir con la armonización y mejora de la vigilancia de la hepatitis C en la UE u conformar y evaluar la estrategias de eliminación de la hepatitis C. Se propone crear una semana europea de concienciación de la hepatitis en torno a la conmemoración del Día Mundial contra la Hepatitis.
El ministro de Sanidad en funciones, Alfonso Alonso, anunciaba hace pocos días que en estos momentos más de 40.000 pacientes de hepatitis C han recibido ya tratamiento con los nuevos fármacos, lo que significa que se han cumplido las previsiones en más del 80% hechas por las administración sanitaria.
Alonso se reunía con los miembros del Comité Científico que elaboró el Plan Estratégico de la Hepatitis C que entró en vigor en abril del año pasado para tratar con medicamentos innovadores a casi 52.000 afectados, tras una larga polémica sobre si todos o solo en algunos estadíos de la enfermedad deberían usarse.
Alonso dijo que el balance del plan ha sido óptimo en 2015 gracias a «una estrategia conjunta. Lo importante son las 40.000 personas que tienen una nueva perspectiva vital libres de la infección», dando cuenta de la capacidad que tiene el Sistema Nacional de Salud para dar respuesta a situaciones excepcionales».
El Ministerio de Sanidad negoció con los laboratorios farmacéuticos que comercializan los nuevos (y muy costosos) fármacos una serie de mecanismos para abaratar su precio, como fórmulas de riesgo compartido o un techo de gasto de 727 millones de euros a pagar en varios años, de modo de reducir el impacto económico.
Paralelamente el Ministerio de Hacienda ofreció a las comunidades autónomas un préstamo a 10 años para que su acceso a la adquisición de los nuevos fármacos pudiera ser inmediato. Sin embargo, hasta diciembre el Gobierno no aprobó habilitar una partida de hasta 1.000 millones de euros para formalizarlos.
Según la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C (PLAFHC) ha propiciado que los tratamientos no se hayan administrado por igual en todas las CCAA. El presidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Juan José Rodríguez Sendín, ha denunciado que “las CCAA están ahogadas y se les endosa esta responsabilidad”.
El ministro en funciones ha asegurado que todas las comunidades autónomas se están comportando «de una manera muy comprometida» y que «se ha abierto una posibilidad de financiación» a las CCAA para que pudieran desarrollar el plan, incidiendo en que todas ellas participan de una estrategia común e igualitaria.”