Lógicamente, la tranquilidad parece constituir necesariamente la mejor vía para resolver una crisis de salud pública, y aunque en España, y en Europa en general, estamos aun muy lejos, afortunadamente, de conferir al Zika este tipo de valoración o consideración, tampoco sería recomendable hacer caso omiso a las noticias que llegan desde otros continentes.
Desde este punto de vista, la actuación de la Conselleria de Salut nada más tenerse conocimiento del eventual descubrimiento de un caso de Zika en Baleares merece el más entusiasta de los aplausos. De hecho, el departamento que dirige Patricia Gómez optó por la mejor de las estrategias en estas coyunturas: tranquilizar, pero informar, una pauta de comportamiento que, tal vez, se erija en la fórmula más plausible frente a las disyuntivas que se planteaban en el párrafo introductorio, una excesivamente alarmista, y otra obstinadamente pasiva.
El mensaje de la Conselleria de Salut fue claro y explícito. Por una parte, dio a conocer a los ciudadanos que, en efecto, existía una paciente con posibles síntomas de Zika que había llegado a Palma el pasado 20 de enero, procedente de la República Dominicana.
Y, por otro lado, envió a la población un reconfortador mensaje de tranquilidad e insistió en que el riesgo de transmisión autóctona del virus es mínimo por la baja densidad de mosquitos en esta época.
Igualmente tranquilizador resulta el hecho de que, como señaló la Conselleria en su nota informativa, el Servicio de Microbiología del Hospital Universitario de Son Espases dispone de reactivos necesarios para la detección del virus en sangre. Eso significa, en definitiva, que el diagnóstico del virus Zika ya se puede realizar en la Comunidad en menos de 48 horas, garantizándose con ello la detección precoz de nuevos casos.
Esta ha sido una de las primeras medidas adoptadas por la Conselleria de Salut para la detección y control de la enfermedad en Baleares. Pero no ha sido la única, ya que desde la Direcció General de Salut Pública i Participació se ha creado una comisión interdisciplinar para el seguimiento y control de enfermedades transmitidas por vectores desde donde se abordan aspectos clínicos y asistenciales, junto con el control de las poblaciones de mosquitos.
De hecho, muy recientemente, el pasado 2 de marzo, concretamente, se celebró la primera reunión de dicha comisión, formada por representantes de la Direcció General de Salut Pública, el Servei de Salut, la Conselleria de Medi Ambiente, los consells insulares, la Universitat de les Illes Balears y la Federació d’Entitats Locals.
Al mismo tiempo, Salut Pública trabaja de forma conjunta con el Ministerio de Sanidad y el resto de comunidades autónomas en la elaboración de un Plan Nacional para el abordaje de enfermedades transmitidas por mosquitos vectores, como el Zika, el dengue y el chikungunya.