Horacio Bernal
El Hospital Universitario de Son Llàtzer obtiene la electricidad y el calor de una central de cogeneración movida por gas. El gas residual de la generación de electricidad se invierte en más generación de energía, de modo que la generación es muy eficiente. Ahora además se ha embarcado en un proyecto para optimizar aún más esa generación.
Sensores especiales detectan las puntas de gasto energético del hospital y la información recibida permite adaptar la producción previendo esos ‘picos’, de modo que no llegue a ser necesario prácticamente nunca poner en marcha las calderas auxiliares (alimentadas también con gas) lo que reduciría la eficiencia y generaría emisiones de CO2 evitables.
Este proceso puede parecer sencillo de exponer pero su desarrollo es de alta complejidad, tan alta que se está llevando a cabo en el seno de un programa europeo de I+D+i, que cuenta con socios en varios países de la UE y cuyos resultados servirán no solo para Son Llàtzer, sino para adaptarlos a viviendas normales y entorno de alto consumo energético.
La empresa mallorquina de ingeniería Sampol participa desde 2015 en el proyecto Opti, proyecto del programa europeo de investigación Horizonte 2020, dentro del cual, atendiendo a su compromiso con el I+D+i, desarrolla experimentos en colaboración con el Hospital de Son Llàtzer, en busca de una optimización de su gestión energética.
El proyecto busca desarrollar soluciones para la mejora del rendimiento de la central de cogeneración de Son Llàtzer y para la integración de la demanda del centro en vistas a una mayor optimización de la producción. Sampol gestiona esta central de cogeneración, que alimenta al hospital de energía eléctrica, térmica y frigorífica.
El presupuesto del proyecto es de dos millones de euros. Sampol cuenta con siete socios: LTU (Lulea University Technology en Suecia), AUEB (Athens University of Economics and Business en Grecia), IBM, Lulea Energi AB (Suecia), TWT (centro tecnológico alemán), RTHA (Rheinisch-Westfälische Technische Hochschule Aachen) y Optimation AB.
Durante los días 21, 22 y 23 de marzo, todos los socios del proyecto se han reunido en Mallorca, en Son Llàtzer para analizar los avances del proyecto y futuros pasos a seguir. Los resultados generarán una reducción de las pérdidas, una mayor optimización de la central y una mejor sincronización de producción y demanda.
Y como consecuencia de todo ello la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera. Este tipo de reuniones son trimestrales y se desarrollan en los países de los diferentes socios. El proyecto tiene una duración de 3 años y está previsto que finalice en 2018, momento en el que se tendrán las conclusiones y se podrán transferir a la sociedad.
Esta mañana, Pau Cortés, responsable de Innovación de Sampol, ha destacado la importancia que tiene para una empresa de origen mallorquín posicionarse como referente en gestión energética y en I+D+i en el panorama internacional, especialmente por las sinergias y experiencias derivadas de la colaboración con estos socios.
“En este proyecto se implementan técnicas de ‘demand response’ que van más allá de la eficiencia energética, ya que buscan optimizar el control de la demanda sin restar confort al usuario”, ha dicho el ingeniero mallorquín de la empresa Sampol durante un momento crucial de su intervención.
Francesc Marí, gerente de Son Llàtzer, ha explicado cómo se desarrollan las pruebas de este proyecto en el hospital –donde ya está instalada la tecnología que permite analizar la demanda –y ha destacado las ventajas que supone para este centro sanitario y “gran edificio”, en cuanto a tamaño y consumo, conseguir optimizar su demanda de energía.
Además, ha explicado que “los beneficios para el hospital son evidentes ya que nos convierte en más ecológicos. Ésta es una tecnología que tras las simulaciones se queda en el hospital, y aunque todavía no tenemos datos, creemos que permitirá que la factura energética del hospital se reduzca, además de ser mucho más ecológicos”.
Por último, el coordinador del proyecto Opti, Wofgang Birk, doctor de la Universidad de Lulea, ha explicado que las simulaciones se están realizando tanto en viviendas en Lulea, Suecia, como en edificios grandes consumidores de energía, como Son Llàtzer. Las conclusiones que se extraigan de estas pruebas podrán implementarse en otras ubicaciones.
También ha insistido en la importancia de socios tecnológicos fuertes, como IBM, que permiten aplicar técnicas avanzadas de optimización del control de la demanda. Marí, Cortés y Birk han destacado el espíritu de colaboración de Opti y alabado estas iniciativas por crear empleos de calidad, potenciar el I+D+i y mejorar la calidad de vida de los europeos.