P.- ¿Qué es la ansiedad?
R.- La ansiedad es un estado físico, mental y motor que se vive con malestar en el que la persona prevé una situación de peligro sin que necesariamente lo sea. Existen distintos trastornos de ansiedad, unos son específicos, por ejemplo, la fobia social (hablar en público, asistir a una fiesta, etc.) o el miedo a volar. Otro trastorno, como el de ansiedad generalizada, es un estado de malestar persistente, en el que la persona está continuamente preocupada, hiperactivada e hipervigilante, entre otras cosas, lo cual genera también un descenso del rendimiento, falta de concentración y despistes frecuentes.
P.- Cuéntanos un poco más sobre las crisis de ansiedad y la agorafobia…
R.- Las crisis de ansiedad no siempre se dan en los trastornos de ansiedad. Las crisis de pánico son la aparición de miedo o malestar intenso, que se da un período de tiempo limitado, que comienza súbitamente y alcanza su punto más alto en los diez minutos. La duración media es de 20 minutos, es decir puede durar 5 minutos o 50 minutos. Pero siempre después de eso el nivel de ansiedad va a empezar a bajar. Los pacientes pueden sentir: palpitaciones, sudación, sensación de ahogo, opresión torácica, náuseas, mareos, miedo a morir, miedo a perder el control o a volverse loco, escalofríos, entre otros síntomas. La agorafobia se refiere a la ansiedad que surge al encontrarse en lugares o situaciones donde escapar puede resultar difícil o donde se valora que no se podría disponer de ayuda si se sufriera una crisis. Generalmente involucra miedo a las multitudes o a estar solo en espacios exteriores.
P.- ¿Hay edad para la ansiedad? ¿Los niños y adolescentes pueden tener ansiedad?
R.- Los miedos específicos, las fobias, surgen por lo general en la infancia o en la adolescencia. Los trastornos de ansiedad surgen, por lo general hacia los 20 años, aunque hay otro pico de incidencia hacia los 30. Lo cierto es los trastornos de ansiedad son el grupo de trastornos mentales más frecuentes en la población en general y una de las razones por las que más se consultan los centros de Atención Primaria y en los servicios de Urgencias.
P.- ¿Por qué sufrimos ansiedad?
R.- El porqué es difícil de definir. Hay factores de vulnerabilidad o factores de riesgo genéticos y otros ambientales, pero en muchos casos nunca se llega a averiguar exactamente la causa. Se puede comenzar a sufrir ansiedad por consumo de drogas, en consumo de marihuana está ampliamente descrito; por estilos de vida estresante o por fuertes acontecimientos vitales. Lo cierto es que nacemos sin estrategias para enfrentarnos a la vida y a lo largo de las experiencias las vamos adquiriendo, por lo tanto, es de lo más normal que nos encontremos con algunos problemas a los que nos cueste enfrentarnos. Porque en mi maleta de recursos para enfrentarme a la vida y solucionar problemas puedo tener una llave inglesa, pero a lo mejor lo que necesito es un martillo. La llave inglesa me ha servido para solucionar una serie de problemas a lo largo de la vida, pero para otros problemas no me sirve.
P.- Se habla de que en la primavera la gente está más triste… ¿Influye la época del año, la meteorología en la ansiedad?
R.- Los seres humanos tratamos de hacer atribuciones adaptativas que nos ayuden a estar en paz con nosotros mismos. Echar la culpa de cómo estoy al tiempo, es una de ellas. Los psicólogos no tenemos demasiado presente qué época del año es, ni que tiempo hace hoy. Hay otras variables que tienen más relación, como el inicio del curso, la Navidad o los exámenes finales.
P.- ¿Cuáles son los principales síntomas de la ansiedad generalizada?
R.- Es curioso como este trastorno confluye en nuestro día a día y está tan aceptado en la sociedad. En algunos casos, incluso parece que está bien visto, porque parece que uno, ante ciertas cosas, tiene que “pasar mucha pena”… a pesar del gran malestar que genera en el paciente. Este trastorno supone una ansiedad y preocupación excesivas sobre temáticas cotidianas como la economía familiar, la salud o la enfermedad propia o de los próximos, cuestiones laborales o escolares, la moralidad o la religión. Los síntomas que se asocian son la inquietud o impaciencia, la fatigabilidad fácil, la dificultad para concentrarse o tener la mente en blanco, la irritabilidad, la tensión muscular y las alteraciones del sueño. Muchos pacientes no son capaces de reconocerlos como síntomas sino que los reconocen como parte de si mismos. Como psicóloga siempre trato de hacer al paciente que distinga entre quién es el y cuál es la sintomatología que padece.
P.- ¿Cómo podemos identificar que tenemos ansiedad? ¿Cómo sabemos que tenemos que ir a un profesional?
R.- En el caso de que se haya sufrido alguna crisis, lo normal es que el paciente haya acudido a urgencias por el malestar tan intenso o la sensación de muerte inminente. Generalmente los servicios de urgencias derivan al psicólogo. Es bueno hacer la intervención lo antes posible, de cara a no intensificar y cronificar el trastorno. En algunas ocasiones la persona va al médico de cabecera y posteriormente viene a la primera visita con la medicación ya pautada. A mi modo de verlo, hay que ser tremendamente cauteloso a la hora de pautar medicación en un trastorno de ansiedad, ya que en los últimos años, se está comprobando que a largo plazo es más efectivo no usarla, porque ésta resta percepción control al paciente sobre el propio tratamiento. Por lo tanto, en futuros episodios de ansiedad, el paciente sentirá la necesidad de tomar medicación. Esta idea choca con el objetivo de los psicólogos de proporcionar autonomía e independencia a las personas.
P.- ¿Por qué es importante buscar tratamiento para la ansiedad?
R.- Porque es una liberación. El que tiene una fobia específica tiende a evitar aquello que teme o lo hace a costa de muchísimo malestar, ya sea volar, como hablar en público o salir a comprar al supermercado. El que vive con ansiedad vive constantemente con un nubarrón en la cabeza. Uno de los determinantes de la ansiedad es que limita la vida, es altamente incapacitante. Y ante la limitación y la angustia que esto conlleva hay que buscar un tratamiento.
P.- ¿Cuáles son los tratamientos psicológicos para los trastornos de ansiedad?
R.- Podemos hablar de tres tipos de tratamientos psicológicos que se utilizan conjuntamente y que han demostrado eficacia: por un lado, la relajación, respiración o meditación para el manejo de la sintomatología; por otro la psicoeducación, para conocer qué es la ansiedad en general y cuál es mi trastorno en particular, es decir, cuáles son mis síntomas y cómo interfieren en mi vida; y por último, técnicas cognitivas como la reestructuración cognitiva para identificar y corregir los patrones de pensamiento disfuncionales.