Así lo demuestra un estudio divulgado el pasado mes de mayo, en el que se pone de manifiesto que una mayor adherencia a la dieta mediterránea está asociada a un menor riesgo de fracturas de cadera. También es la conclusión de una investigación italiana publicada en junio en la que se comprobó una mayor densidad ósea entre quienes seguían la dieta mediterránea.
A pesar de ello, las mujeres españolas de mediana edad muestran un distanciamiento progresivo del patrón de dieta mediterránea para acoger pautas alimenticias mucho más desequilibradas, según expone un estudio de la Universidad de Granada. El resultado más directo es un incremento del riesgo de osteoporosis, sobrepeso y enfermedades cardiovasculares, según los autores.