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Cómo parar los golpes del calor y sus efectos

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Juan Riera Roca
Hace calor. ¿Lo había notado, verdad? De hecho, llevaba meses deseando el verano (la playa, las vacaciones) y ahora, cuando aún no ha transcurrido el primer mes, tal vez lo que esté deseando es que se acabe ya. Ánimo, queda poco, lo que la monja encendió (Santa Margarita) el fraile lo apagará (San Bernardo), a finales de agosto).

Pero mientras tanto hay que protegerse del calor. Y ello no solo supone evitar que los rayos del sol quemen demasiado y sienten las bases pora un buen cáncer de piel. Otro de los riesgos de estos días de sol y altas temperaturas es el denominado ‘golpe de calor’, especialmente para personas frágiles: niños, ancianos, enfermos.

Los días de calor intenso obligan al cuerpo humano a un esfuerzo de adaptación para mantener la temperatura corporal normal: para empezar se suda más y las venas se dilatan. El esfuerzo es mayor durante una primera ola de calor ya que el cuerpo aún no está acostumbrado a las altas temperaturas.

También ese esfuerzo se intensifica cuando el calor continúa durante varios días o si los días y las noches son calientes, así como cuando hay mucha humedad y no hay viento.

Todo ello genera una serie de riesgos para la salud que se pueden conjurar poniendo en práctica una serie de medidas.

BEBER MUCHO Y OTRAS OBVIEDADES

Aunque parezca obvio se aconseja en primer lugar beber mucha agua o líquidos, sin esperar a tener sed, salvo contraindicación médica. Evite las bebidas alcohólicas, café, té o cola y las muy azucaradas. Y haga examen de conciencia: Sabe que ha de beber, pero ¿realmente lo hace? Parece fácil pero no lo es tanto.

En los días de intenso calor permanezca en lugares frescos, a la sombra y si es posible pase al menos dos horas en algún lugar climatizado. Tome una ducha o un baño fresco. Baje las persianas evitando que el sol entre directamente. No abra las ventanas cuando la temperatura exterior es más alta.

Evite usar máquinas y aparatos que puedan producir calor en las horas más calurosas. A partir de los 35º C en una vivienda, un ventilador sólo mueve el aire, no lo enfría. Utilice medidas tradicionales a su alcance y comidas ligeras que repongan sales perdidas por el sudor (ensalada, fruta, verdura, gazpacho, zumos).

Evite las actividades en el exterior en las horas más calurosas, sobre todo si las actividades son intensas. Si tiene que permanecer en el exterior procure estar a la sombra, use ropa ligera y de color claro, protéjase del sol, use sombrero. Utilice un calzado fresco, cómodo y que transpire.

CUIDADO CON LOS MAYORES SOLITARIOS

Los mayores, sobre si viven solos o son dependientes son más frágiles al igual que enfermos cardiovasculares, cerebrovasculares, respiratorios, renales, neurológicos, diabéticos, mentales… o medicadas (anticolinérgicos, antihistamínicos, fenotiazinas, anfetaminas, psicofármacos, diuréticos, betabloqueadores…).

Hay que tener cuidado con los niños menores de 4 años, las personas con mucho peso. Si se trata de una persona muy mayor, toma medicación o padece una enfermedad crónica. Consulte con su médico acerca de las medidas suplementarias que debe adoptar. Siga tomando sus medicamentos. No se automedique.

Las personas mayores que viven solas, las personas con facultades mentales disminuidas o incapaces de adoptar medidas protectoras deben ser visitados o controlados al menos una vez al día (mejor dos) por un miembro de la familia, amigo, vecino o por los servicios sanitarios o de cuidados a domicilio.

Los niños de 0 a 4 años deben beber mucho líquido, vestirlos con ropa clara y ligera y no dejarlos nunca solos en automóviles al sol o con las ventanas cerradas. Las personas que realizan trabajos intensos, en el exterior o actividades deportivas intensas deben reducir su actividad en las horas de máximo calor.

HIDRATARSE NO ES BEBER CERVEZA

Deben protegerse del sol y beber abundantemente bebidas que repongan los líquidos y las sales perdidas por el sudor (agua, zumos, frutas, gazpacho, bebidas deportivas o rehidratantes…) Se aconseja no confundir ‘hidratarse’ con beber mucha cerveza,algo que es atractivo estos días de calor, pero que puede ser dañino.

El calor puede producir desde irritaciones en la piel y calambres hasta un aumento de temperatura mortal si no se recibe atención médica urgente.

La pérdida de agua y sales minerales por el sudor produce dolor de cabeza, mareos, debilidad muscular o calambres, náuseas y vómitos e incluso elevaciones de la temperatura.

Si se sufren calambres musculares, sobre todo si se suda mucho durante una actividad física intensa en periodos de calor hay que parar toda actividad y descansar en un sitio fresco. Evitar la actividad física intensa durante varias horas. Beber zumos ligeros y bebidas deportivas diluidas en agua. Si persisten, vaya al médico.

El agotamiento por calor ocurre después de varios días de calor: la sudoración excesiva reduce los fluidos corporales y la restauración de las sales. Los principales síntomas son debilidad, fatiga, mareos, náuseas, desmayo… ¿Qué se debe hacer? Descansar en lugar fresco.

CUIDADO CON EL AGOTAMIENTO POR CALOR

En estos casos de sufrir agotamiento por calor se debe además beber zumos o bebidas deportivas diluidas en agua. Se aconseja consultar a su médico si los síntomas empeoran o duran más de una hora. Hay que prevenir además, aunque no es un problema similar, que se produzca el golpe de calor.

El golpe de calor es un problema grave: el cuerpo es incapaz de controlar la temperatura, que se va incrementando rápidamente y puede alcanzar los 40,6º C. Los síntomas principales son calor, sequedad y piel roja, pulso rápido, dolor intenso de cabeza, confusión y pérdida de conciencia.

¿Qué se debe hacer? Pues no lo dude: Llamar a urgencias.

Mientras se espera, enfriar el cuerpo, estar en una habitación oscura, poner paños de agua fría sobre el cuerpo o darse un baño o ducha fría.

Sin ayuda médica urgente, un golpe de calor puede ser fatal, de modo que no es buena idea dejar al paciente ‘hasta que se le pase’.

Las quemaduras solares se producen por el sol directo sobre la piel aunque el día no sea muy caluroso. Deben evitarse, estando menos tiempo al sol y usando cremas de protección.

Son conocidos -aunque no siempre aplicados- los consejos de no tomar el sol sin protección y no por más de 20 minutos en las horas de más fuerza solar, de 12.00 a 16.00 horas.

GOLPE DE CALOR CLÁSICO

Puede producirse un golpe de calor por un aumento excesivo de la temperatura externa, es el llamado golpe de calor pasivo o clásico, que es el propio del verano, sobre todo en países donde se alcanzan temperaturas muy altas y mantenidas, según explican especialistas de la Clínica Universitaria de Navarra.

Pero también puede producirse el golpe de calor activo o endógeno, como el que se produce por el ejercicio. Y es que realizar un ejercicio físico intenso o prolongado en condiciones de calor ambiental, y más si la humedad es alta, está asociado a un riesgo muy elevado de padecer un golpe de calor.

La temperatura normal del cuerpo humano es de 37ºC, con oscilaciones fisiológicas completamente normales. La temperatura sigue un ritmo circadiano: es algo más baja a primera hora del día, en torno a las 6 de la mañana, y alcanza su máximo entre las 4 y las 6 de la tarde cuando hasta 37,7º puede ser normal.

La temperatura corporal puede tener también variaciones normales en las distintas estaciones del año, varía igualmente en las distintas fases del ciclo menstrual en la mujer y evoluciona con la edad. El hombre es capaz de mantener la temperatura corporal dentro de unos márgenes estrechos, explican los especialistas de la CUN.

EL MARAVILLOSO CENTRO TERMORREGULADOR

Este proceso se realiza a través del llamado centro termorregulador, un área neuronal específica situada en una zona del cerebro, el hipotálamo anterior, que regula y equilibra los distintos procesos de producción o de disipación de calor corporal, capaz de modificar la temperatura del cuerpo humano por dos vías distintas: Esto puede realizarse aumentando o reduciendo la producción de calor por el organismo.

Las fuentes generadoras de calor corporal son fundamentalmente dos: las reacciones metabólicas, que se dan sobre todo en el hígado, y la actividad del sistema muscular, explican los especialistas médcos de la Universidad de Navarra.

También, poniendo en marcha o no los mecanismos de conservación o disipación de calor. Cuando aumenta la temperatura corporal, aumenta la frecuencia respiratoria. Los vasos sanguíneos de la piel se dilatan y se pueda perder más calor con la respiración, aumentando la circulación en la piel y incrementando la sudación.

El centro termorregulador también envía señales a la corteza cerebral para que se establezcan conductas apropiadas para evitar el aumento excesivo de temperatura del organismo. Existe un proceso de aclimatación al calor, que puede durar hasta una semana.

EL CUERPO INTENTA ADAPTARSE

En este proceso el cuerpo humano es capaz de generar mayores cantidades de sudor y adaptar el sistema circulatorio al aumento de temperatura. En cualquier caso, conocer el proceso no es suficiente. Cuando se produce el golpe de calor, con los síntomas descritos, hay que acudir al médico.

Y aunque ha de ser el médico quién aplique el tratamiento, éstas son algunas ideas básicas al respecto: Se busca un enfriamiento inmediato y mantener los sistemas y órganos.

Es vital enfriar cuanto antes, si se tarda más de dos horas, la mortalidad se sitúa en el 70 por ciento. Se comienza llevando al paciente a un lugar más frío, desnudándolo y mojándole la piel (el traslado se realizará con las ventanillas bajadas, salvo en helicóptero). El objetivo es llegar a los 39° C de temperatura corporal, y cuando se llegue al hospital continuar en la unidad de cuidados intensivos con soporte a los órganos.

Los métodos de enfriamiento externos dependen de la transmisión de calor del cuerpo a la piel, y de ésta al ambiente. Se busca que se mantenga el flujo sanguíneo cutáneo.

El método conductivo consiste en llevar el paciente a un lugar fresco y a la sombra, y aplicar compresas frías al cuello, ingles, axilas y cabeza.

MÉTODOS DE ENFRIAMIENTO

Método evaporativo-convectivo consiste en desnudar al enfermo y rociar con agua a 15 °C (en spray), y abanicar 30 veces por minuto con aire caliente (45-48 °C, posiblemente el ambiente caluroso valga). La corriente de aire busca mantener la piel a 30-32° C para evitar la vasoconstricción.

Evitar la vasoconstricción llevará a que deje de fluir sangre y calor del cuerpo a la piel. La temperatura bajará de esta manera 1º cada 11 minutos, esperando bajar la temperatura a 39,4° C en sesenta minutos. Este método logra que la mortalidad se reduzca del 70 al 11 por ciento.

Otros métodos son la inmersión del paciente en agua helada o rodearlo de cubitos de hielo y rociar con sal (provocando el deshielo y la absorción de calor).

Estos métodos tienen los inconvenientes de detener el flujo de sangre y calor del interior del cuerpo a la piel, necesitando un masaje cutáneo para mantener el flujo.

Es un método efectivo pero peligroso, y con problemas de colapso cardiovascular, y hay que mantener al paciente vigilado.

Las mantas de enfriamiento son poco eficaces y se recomienda evitarlas (aunque sean comúnmente utilizadas). Los métodos de enfriamiento internos se usan cuando fallan los métodos externos.

SIEMPRE EN EL ENTORNO HOSPITALARIO

Se puede aplicar -siempre en el entorno hospitalario y por personal facultativo- el lavado peritoneal (con suero salino a 20° C), lavado gástrico (con suero salino a 9ªC), la hemodiálisis o By-pass cardiopulmonar (se enfría la sangre fuera, y se le vuelve a inyectar al paciente).

Experimentalmente se ha probado en animales la inyección de suero salino helado en venas grandes (femoral, yugular).

Los resultados muestran un efecto protector del cerebro tras el golpe de calor El enfriamiento se detendrá al llegar a los 39° C. También son posibles métodos de enfriamiento externos.

Es el caso de la ropa refrigerante que aporta un refresco corporal entre 10 y 15º C. Esta forma de refrigeración no solo sirve para atletas como los futbolistas o pilotos de Formula 1. Aunque suene muy bien, debido a la biología de cada individuo, es necesario probar esta ropa durante un rato.

La más eficaz es la ropa refrigerante seca, que incluye polímeros o un gel «Fleece». Este producto se activa mojándolo durante 1 minuto.

Tras haber secado el producto, como puede ser un chaleco refrigerante, está listo para usarse. Pero ante todo hay que acudir a Urgencias y dejar al paciente en manos del personal especializado.

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Jaume Orfila Asesor Científico de Salut i Força
Jaume Orfila
Asesor Científico
de Salut i Força
El termostato

Con las altas temperaturas las ciudades se convierten en un verdadero horno. Solo la sombra de un árbol o la orilla del mar nos dan cierta sensación natural de bienestar. De ahí que en verano se produzca un éxodo mayoritario desde las ciudades hacia el campo y la playa. Además de descansar y recuperar fuerzas, alivian frente a los efectos de las altas temperaturas del asfalto.

En realidad, no sólo son malas sensaciones. El calor pone en jaque nuestros sistemas de control interno y nos puede enfermar. De hecho las principales funciones del organismo sólo se realizan a 36.5º. Nuestro termostato, el centro que regula la temperatura corporal se ubica en el cerebro. Se comporta como un área neuronal especializada y muy segura. Mantener la temperatura estable no tiene nada de capricho. El mayor gasto energético del organismo se dedica a alcanzar y mantener esta temperatura; la temperatura en la que se desarrollan las funciones fisiológicas.

El funcionamiento del termostato corporal se ve amenazado por dos situaciones nada extrañas en estío. Por un lado, los pacientes que reciben tratamientos neuropsiquiátricos, en general con déficits cognitivos, tienen más dificultades para regular su temperatura. Por otro, las situaciones que comportan esfuerzos muy importantes y explosivos “funden los plomos” del termostato. En ambos casos, ancianos frágiles y jóvenes expuestos a altas temperaturas son grupos de mayor riesgo de sufrir un golpe de calor.

El cuerpo pierde el control de su temperatura, se estabiliza en cifras superiores a los 40º, los antitérmicos dejan de funcionar y un porcentaje nada despreciable pueden acabar con la muerte desarrollando un fallo multiorgánico, renal, hepático y hemorrágico. El agua corporal es el mecanismo más eficiente que tiene el organismo para eliminar el calor. Una correcta hidratación, la mejor prevención.

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