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La multa

Dr. Fco. Javier Alarcón de Alcaraz Médico- Forense Especialista en Medicina Legal. @Alarconforense
Dr. Fco. Javier Alarcón de Alcaraz
Médico-Forense
Especialista en Medicina Legal.
@Alarconforense
Entre el corazón partío de escribir dando las gracias por las merecidas alabanzas al premio que acaban de concederme, o hacerlo hablando de la multa de Federico Sbert -director del espacio Quirón- me quedo con lo segundo, con Dico, con Federico, que es mejor que yo y que merece un premio por sacar a pasear a ese Torrente que todos llevamos dentro.

Eso sí que es literatura y no lo mío, con sus referencias, sus superíndices y todos esos links que llevan al pasado más remoto de lo que somos, a algo tan simple (digo si fuera algo digno de reproche, que no lo es) como levantar el teléfono y pedirle al responsable de turno que de una puta vez te quite la multa de la ORA que acaban de ponerte.

Resulta que dice la prensa que Sbert pidió un favor a la Poli local, que pidió que le quitaran la multa de un viaje oficial, y resulta que eso es asombrosamente noticia, como si fuera el único que pide por esa boquita que no le midan los decibelios de la fiestuqui; como si fuera el único que no se ha llegado hasta San Fernando a ver que ha de lo meu o como si fuera el único que cuando te para la local no intentara asordinar la cosa con el agente. Uno lee lo que dice la noticia y sabe que la culpa de Sbert no es que digan que pidió que le quitaran una multa. Sbert es culpable porque no pidió que se la pusieran. Un tío como él debería estar pidiendo permanentemente a la poli que le multara por cualquier cosa, que eso es lo que da prestigio, que va parecer que al final hasta las lumis formaban parte de su dirección general.

El problema de Sbert es no ya que le multen sino no haber multado todavía a esa Quirón que dirige por los papeles de Calafat, o lo que es lo mismo, por lo inexplicable del veto a no dejar que en su espacio libre de multas pueda leerse esta revista para desgracia de sus muchos y variados pacientes. Lástima de revista en esas habitaciones hospitalarias libres de sanciones. Lástima de papela mediante la que han rescindido relación profesional con un traumatólogo del nivel de Pedro Antich, multado seguramente por no pagar alguna de las alabanzas que le dedicamos desde aquí.

Como lo sublime e involuntario de ser culpable es reivindicar la culpa, y ya que este espacio sirve únicamente para felicitar rápido y gratis a los amigos, decirle a Sbert que circule tranquilo, que el único que no tiene culpa es el que pide, y que si pide, si pidiera, si hubiera pedido, no hace otra cosa distinta de lo que hacemos siempre desde aquí.

A ver si al final la multa de Sbert se la quieren cobrar los que no le quieren. El que este libre de sanción, que tire la primera palabra.

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