Juan Riera Roca /
Una infección urinaria mal cuidada, especialmente en personas mayores aunque también con incidencia significativa en personas muy jóvenes, es problema de salud grave que se produce cuando una infección se disemina por todo el cuerpo y genera la aparición de una hipotensión arterial peligrosa.
El shock séptico ocurre con más frecuencia en las personas de edad muy avanzada y en las muy jóvenes. También puede ocurrir en personas que tienen un sistema inmunitario debilitado. Puede ser causado por cualquier tipo de bacteria. Hongos y (excepcionalmente) virus pueden también causar este problema. Las toxinas que son liberadas por las bacterias u hongos que colonizan el cuerpo al descontrolarse la infección pueden causar daño tisular, lo cual puede llevar a que se presente hipotensión arterial y funcionamiento deficiente de órganos. El cuerpo ofrece una respuesta inflamatoria muy intensa a las toxinas, lo que puede contribuir a un daño en los órganos.
Los factores de riesgo que predisponen al shock séptico incluyen la diabetes; enfermedades del aparato genitourinario, el aparato biliar o el aparato digestivo; las enfermedades que debilitan el sistema inmunitario, como el SIDA; la presencia de sondas permanentes (especialmente vías intravenosas y vesicales, stents de metal o de plástico). También pueden ser desencadenantes de la shock séptico la leucemia (por lo que los oncólogos, hematólogos y otros médicos que siguen al paciente están muy pendientes en su vigilancia), el uso prolongado de antibióticos, un linfoma, una infección reciente, una cirugía o procedimiento médico reciente, los esteroides, un trasplante reciente.
LOS SÍNTOMAS DE UN ‘SUSTO’ IMPORTANTE
El shock séptico puede afectar cualquier parte del cuerpo (corazón, cerebro, riñones, hígado e intestinos).
Los síntomas pueden presentarse en forma de brazos y piernas fríos y pálidos, temperatura alta o muy baja, escalofríos, mareo, disminución o ausencia del gasto urinario, presión arterial baja, palpitaciones, frecuencia cardíaca rápida. También pueden presentarse síntomas como inquietud, agitación, letargo o confusión (éste síntoma muy propio de las personas mayores), dificultad para respirar, la presencia de un salpullido o cambio de color de la piel, disminución en el estado mental (también muy a tener en cuenta en las personas mayores).
Ante estos síntomas el médico realizará pruebas y exámenes que pueden incluir la realización de análisis de sangre para verificar la presencia de una infección colonizando la totalidad o gran mayoría del cuerpo; el conteo sanguíneo completo (CSC) y química sanguínea; la presencia de bacterias y otros organismos potencialmente patógenos.
También se busca un nivel bajo de oxígeno, alternaciones del PH de la sangre, un posible deficiente funcionamiento de órganos o insuficiencia de un órgano en concreto. Junto con el análisis de sangre se puede realizar uno de orina para una detectar infección o una radiografía del tórax para detectar neumonía o un edema pulmonar.
Los estudios adicionales, como hemocultivos, pueden no resultar positivos durante varios días después de haberse sacado la sangre o durante algunos días después de haberse presentado el shock, de modo que el médico o equipo médico al cargo del paciente dará prioridad a unos u otros procedimientos de acuerdo a cada caso.
EL SHOCK SÉPTICO ES UNA EMERGENCIA MÉDICA
Los especialistas destacan que el shock séptico es una emergencia médica. No es una de esas afecciones que dan un susto o se curan solas. Puede matar a niños, adultos y mayores. Hay que ir al médico ante la menor sospecha. En la mayoría de los casos de shock séptico comprobado, se ingresa a la unidad de cuidados intensivos del hospital.
El profesional sanitario puede poner en marcha un tratamiento que incluya un respirador (ventilación mecánica), si el proceso natural y reflejo de la respiración está obstruido; una diálisis si el flujo normal de orina está comprometido, la prescripción de medicamentos para tratar la presión arterial baja, la infección o la coagulación de la sangre. Es posible que sea necesario someter al paciente a la administración de líquidos directamente en la vena mediante una vía, a la colocación de una mascarilla oxígeno, a la toma de sedantes e incluso a cirugía para drenar las zonas infectadas, en caso de ser necesario. También puede ser necesario instaurar un tratamiento con antibióticos.
En el proceso el médico puede revisar la presión en el corazón y en los pulmones. Esto se denomina monitoreo hemodinámico y sólo puede hacerse con equipo especializado y cuidados de enfermería intensivos. El shock séptico es un problema grave que de producirse solo puede solucionarse en un entorno hospitalario.
Y aún en ese entorno hospitalario el shock séptico tiene una alta tasa de mortalidad, algo muy relacionado con la edad de la persona y su salud general, de la causa de la infección, de la cantidad de órganos que presentan insuficiencia, al igual que de la rapidez y agresividad con que se inicie el tratamiento médico. Los mayores sufren más riesgo.
COMPLICACIONES GRAVES
Entre las posibles complicaciones se pueden presentar insuficiencia respiratoria, insuficiencia cardíaca o cualquier otro tipo de insuficiencia en un órgano. Asimismo, se puede presentar gangrena, lo que posiblemente lleve a la amputación.
CUANDO CONTACTAR A UN PROFESIONAL MÉDICO
Acuda directamente al servicio de urgencias si presenta síntomas de shock séptico.
El arte de beber salva la salud
La Red Asistencial de Farmacias Comunitarias desarrolla un verano más una campaña para insistir sobre la importancia de la hidratación y de las necesidades diarias de líquidos, siempre de acuerdo a la persona y a su situación fisiológica. La campaña está promovida por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF). Bajo la denominación “Cinco Claves en Hidratación” e impulsada por el CGCOF, a través de la Vocalía Nacional de Alimentación, esta campaña busca dar a conocer las pautas para una correcta hidratación y prestar atención especial a posibles situaciones de riesgo, algo de gran interés con la llegada del verano y de las altas temperaturas es necesario. “Es fundamental mantener un equilibrio entre los líquidos que ingerimos y los que perdemos para prevenir situaciones de riesgo”, explica el vocal nacional de Alimentación, Aquilino García, quien incide en embarazadas, en niños, en mayores que tienen disminuida la sensación de sed, así como en quienes hacen ejercicio físico en las horas centrales del día.
El farmacéutico recuerda también que la utilización de forma habitual de ciertos medicamentos (diuréticos, por ejemplo) puede afectar al estado de hidratación y que existen bebidas con calorías, sin calorías y sin azúcares y hay que elegir la que mejor ayude a controlar la ingesta de energía. Como en ediciones anteriores de la campaña sanitaria, y a través de los Colegios Oficiales de Farmacéuticos, las farmacias dispondrán de material divulgativo y folletos con información dirigida al ciudadano para que conozca las pautas a seguir, especialmente, como se reitera, en personas mayores que han perdido la sensación de sed.
Y es que beber lo suficiente y de forma adecuada evitará trastornos como dolores de cabeza, cansancio, falta de concentración e incluso un golpe de calor. Y alejará la posibilidad de las infecciones urinarias o ayudará a mitigarlas si son leves. Con el calor una persona puede llegar a perder al día entre 2 y 3 litros de líquido en sudor, orina, respiración…
DOLOR DE CABEZA
No reponerlos adecuadamente puede provocar dolor de cabeza, cansancio, falta de concentración… La deshidratación incluso puede generar enfermedades cardiovasculares, osteoporosis o incluso algunos tipos de cáncer como el de colon. Para evitarla los expertos recomiendan incrementar el consumo de líquidos hasta una media de 2,5 litros diarios.
La Sociedad Madrileña Geriátrica presentó en su día ha presentado el ‘Libro Blanco de la Hidratación’, un manual que ofrece consejos fundamentales para mantener nuestro organismo bien hidratado, con especial atención en niños, ancianos, mujeres embarazadas y personas que hacen ejercicio físico.
Y es que un 30% de los españoles está en riesgo de sufrir deshidratación este verano, según los expertos, que proponen beber de dos a tres litros de líquido al día, variando en las bebidas elegidas. Para hacer este hábito más atractivo, se aconseja el consumo, además de agua, de infusiones, refrescos, zumos, lácteos, etc.
Se recomienda no esperar a tener sed para beber puesto que cuando se siente sed es porque ya se han puesto en marcha los mecanismos de la deshidratación, por lo que para curarse en salud hay que anticiparse. Esta acción está dirigida a toda la población pero «especialmente» a los grupos más vulnerables.
Estas personas más frágiles son los niños, los ancianos, los enfermos y las personas –máxime si cumplen alguna o varias de estas características –que viven solas. Además, los expertos aseguran que las necesidades de hidratación varían según la edad y la época. En el caso del verano «la pérdida de líquido a través de la sudoración es determinante.
No solamente hay que hacer caso a la sed, señalan los especialistas, sino que se aconseja imponerse beber algo más de lo habitual. Es importante difundir este mensaje también entre los profesionales de la medicina porque son los que están en el primer frente de contacto tanto con los pacientes de riesgo como con la población general.
Cualquier alimento con alto contenido hídrico o bebida que contenga agua, puede contribuir a la necesaria hidratación en esta época del año. Éste es el caso de los zumos, que hoy en día están incorporados totalmente en nuestra alimentación e incluso han pasado a formar parte de las bebidas de consumo habitual de los deportistas.
Las bebidas de reposición son también una buena alternativa para hidratar nuestro organismo tras la realización de un esfuerzo físico, ya que contienen cierta cantidad de minerales que se pierden con la sudoración. Por el contrario, los refrescos comunes no son las bebidas óptimas para una rápida hidratación, por su alto contenido en azúcares.