Juan Riera Roca /
Los recortes presupuestarios ordenados desde las administraciones durante la crisis económica condujeron a muchos profesionales de la salud, encargados de ejecutar las políticas aprobadas en las diferentes instituciones, a sufrir un choque frontal con sus valores éticos personales y profesionales, abocándolos en algunos casos a la desobediencia.
La tesis doctoral de Cristina Moreno, defendida en la Universitat de les Illes Balears (UIB), ha analizado teóricamente estos conflictos éticos y las acciones llevadas a cabo por los profesionales de la salud, utilizando para ello la obra del filósofo francés Michel Foucault, especialmente desde el concepto de resistencia.
El análisis de la investigadora se ha llevado más allá de la tradicional discusión que vincula resistencia con las acciones de huelga y de protesta, detectando otras prácticas y la aparición de otro tipo de relación entre el Estado y los profesionales de salud e, internamente, entre éstos y sus valores.
La tesis la han dirigido el doctor Joaquín Valdivielso, del Departamento de Filosofía y Trabajo Social, y la doctora Margarita Miró, de Enfermería y Fisioterapia. La investigación de Cristina Moreno se ha centrado en explorar la percepción que los profesionales de Atención Primaria de Mallorca tenían los cambios derivados de las políticas neoliberales y del RD 16/2012.
En cuanto a la percepción del contexto, los profesionales de la salud coinciden en considerar una gran pérdida que el sistema sanitario público deje de ser universal y gratuito, y se manifiestan en contra de los recortes en salud. Además, se revelan testigos de innumerables situaciones de precariedad fruto de la implantación del RD 16/2012.
Narran numerosos casos de abandono del tratamiento farmacológico por a la precariedad económica de los pacientes. Consideran que el RD 16/2012 tendrá consecuencias para la salud de la ciudadanía y del sistema sanitario. Estas situaciones generan conflictos éticos a los profesionales, que a la vez tienen consecuencias en su entorno profesional.
El estudio señala además que estos conflictos repercuten, individualmente, en el equipo asistencial y en la organización de la actividad del centro de salud. No solo aparecen conflictos derivados de que muchas personas pidan atención que los profesionales no pueden proporcionar a raíz del RD 16/2012, sino que, además, surgen conflictos entre los propios profesionales sanitarios.
Unos consideran que deben atender las personas y otros quieren cumplir la norma. Especialmente destacan las tensiones entre el personal sanitario y el personal administrativo. La investigación destaca que las actitudes de los profesionales no siempre concuerdan: algunos son «ciegos» ante esta situación, otros profesionales sufren frustración.
Otros, sin embargo, fruto de su coraje moral, deciden enfrentarse a la norma y seguir atendiendo a todos, asumiendo los riesgos civiles o penales que de esta situación se pueda derivar. El trabajo de Cristina Moreno también muestra las diferentes acciones que realizan los profesionales relacionadas con los recortes y los mandatos del RD 16/2012.
La investigadora clasifica estas acciones en dos categorías: acciones de normalización, que hacen referencia a las que se adecuan, promueven y consolidan los preceptos y las directrices del Real Decreto, que básicamente se basan en la xenofobia social y en los mecanismo de control que el sistema sanitario tiene para evitar que se atiendan las personas sin papeles:
Es el caso de la incorporación de la historia clínica electrónica y la tarjeta sanitaria digital. En segundo lugar, se describen las acciones de resistencia o las prácticas que se considerarían «prohibidas» según las directrices del RD 16/2012, es decir, atender por «la puerta de atrás» a personas sin tarjeta, o crear bancos de productos sanitarios para quienes no pueden pagar.
Además, los profesionales también se han manifestado públicamente en contra del RD 16/2012 y algunos y algunas se han declarado objetores de conciencia, desobedeciendo civilmente la norma, recuerda el estudio. Finalmente, la investigación no ha detectado diferencias significativas entre los conflictos y acciones según la actividad profesional.
En general, todos los profesionales entrevistados en el marco de esta tesis doctoral se ha manifestado en contra del RD 16/2012 y han decidido atender a las personas excluidas y ayudar a las personas sin recursos económicos. A modo de conclusiones, en la tesis se destaca la importancia de luchar contra la xenofobia y el racismo.
El objetivo es que no se incorporen a las políticas de Estado y promuevan exclusiones en salud como la del RD 16/2012 y tragedias como las que actualmente viven los refugiados sirios. Además, se destaca la necesidad de promover una educación en ética desde todos los niveles sociales y educativos y, de forma especial, en los profesionales de salud.
En consecuencia, se abren nuevas vías de difusión de la ética más allá de patrones basados en la obediencia a las normas y se plantea si la resistencia y la desobediencia civil se pueden postular como una nueva competencia ética a desarrollar en los profesionales de salud. Éste es sin duda uno de los postulados más innovadores de la tesis.
También se subraya la importancia de incorporar la investigación cualitativa para conocer las personas que realmente se enfrentan a los problemas cotidianos del sistema sanitario y darles voz. Finalmente, cabe mencionar que serán necesarias más investigaciones cualitativas y cuantitativas para conocer el impacto en la salud que están causando austeridad y recortes.