La Fecundació in Vitro (FIV) con icsi de Instituto de Fertilidad es la más utilizada y es diferente a la técnica convencional. Consiste en introducir un epermatozoide dentro del núcleo del óvulo para que fecunde. Tiene muchas más probabilidades de éxito que la FIV convencional. La coordinadora y psicóloga del Instituto de Fertilidad de Palma, María Antonia González, reconoce que “comunicar a una pareja que la única manera de ser padres es a través de una técnica de reproducción asistida es impredecible porque pueden sentir una falta de control”.
Los estudios demuestran que el impacto es negativo cuando se le comunica a una pareja que no pueden ser padres de manera natural, reconocen desde Instituto de Fertilidad. “Eso genera estrés, falta de autoestima, culpabilidad e incluso en un caso extremo, acabar por separar a la pareja”, asegura María Antonia González. Eso se complica más si antes hay intentos fallidos, abortos, etc… La edad de la mujer influye mucho y hace que la pareja se pregunte ¿por qué ellos no pueden como el resto de parejas? A nivel psicológico, las parejas se enfrentan de dos maneras. “La primera es que hay personas que hacen una conducta evitativa, que es lo peor que pueden hacer cuando se les dice que solo serán padres si lo hacen por reproducción asistida. Es gente que evita el problema, hace un esfuerzo continuo para no sentirse mal por poner en duda ellos mismos su capacidad de reproductividad. La segunda estrategia es la de parejas que se lo toman de una manera más positiva, a través de una estrategia de aproximación. Es mucho mejor”, asegura la experta.
Unidad de PsicologíaEn el Instituto de Fertilidad de Palma se recoge la situación actual de la pareja. Hay parejas que llevan intentando tener hijos durante seis años, con ese estrés añadido. No es lo mismo una pareja de 38 años que de 30. Desde la Unidad de Psicología de Instituto de Fertilidad se hace una idea de cómo está la pareja. Es una evaluación gratuita y se sigue luego qué estrategia para superar la situación. Depende del tiempo que lleven en esa búsqueda de su sueño. María Antonia González explica que “la mujer lo lleva peor porque se pone en duda su roll de madre, mujer y pareja y es una sensación incontrolable, no tanto para el hombre”. Si el problema lo tiene el hombre suelen negar más el problema, se culpabilizan más sin buscar tanto la solución como sí lo hace la mujer. El hombre tiene más capacidad para no sufrir. Un año es un tiempo suficiente como para ver que si la pareja no ha logrado el embarazo de manera natural, hay que ponerse en manos de un ginecólogo experto en Instituto de Fertilidad. Hay que buscar la mejor información. Lo primero es saber qué pasa, cuál es el motivo. La programación del embarazo cada vez es más frecuente: “quiero ser madre este año o máximo el que viene”.
Una de las cosas que más estresa es pensar que esa es la última oportunidad, ese tratamiento. “Si no sale, no daré un hermano a mi hija o no seré padre”, se repiten muchas parejas. “Estresa ponerse un final, es verdad que son tratamientos con un coste pero no beneficia nada que si un médico no te recomienda que pares, es que uno mismo se ponga un final fatalista”, dice González. Hay casos incluso que hecha la transferencia, esperando el resultado, ya hay parejas que dicen “si no sale bien, lo dejamos para siempre”, eso produce malestar porque aún ni siquiera saben si han quedado embarazados. La fertilidad en la mujer cae en picado a partir de los 35 años, conseguirlo por tanto antes de los 30, es una buena indicación. En Institiuto de Fertilidad existen pacientes de 30, 32, 35 o 40 años.
La tasa acumulada de éxito del Instituto de Fertilidad es óptima en cuanto a la Fecundación In Vitro, con un 98%. Cuando se explican las probabilidades de que vaya bien en un primer intento suele ser del 50% pero cada vez que vas haciendo más intentos tiene más probabilidades de éxito, llegando al cuarto intento hasta el 98%. La clave es hacer caso al médico, porque en uno o varios intentos, la mujer se quedará embarazada.