P.- Por lo general, la Electrofisiología cardíaca es una gran desconocida. ¿Podría hablarnos de esta especialidad?
R.- Es la disciplina de cardiología que trata todas las arritmias, es decir, todos los trastornos del ritmo cardíaco. El corazón tiene un ritmo más o menos constante mediante un marcapasos natural que todos tenemos. Cualquier alteración, ya sea porque el corazón vaya lento –mareos, pérdidas de conocimiento- o rápido –palpitaciones, taquicardias, muerte súbita- o irregular. Esto es lo que trata la electrofisiología cardíaca.
P.- ¿En qué consiste un estudio electrofisiológico?
R.- Cuándo sospechamos que una persona tiene un problema de arritmias primero se le realiza una serie de pruebas menos invasivas para diagnosticarlas como son electrocardiogramas, la historia clínica u otras pruebas. En el caso de que no se llegue a un diagnóstico, hay una opción que es mediante unos catéteres, sin cirugía, que se introducen por la vena femoral en la ingle con los que se estudia el ritmo del corazón. Todo ello, sin ingreso o con 24 horas de internamiento.
P.- ¿Cuándo hablamos de una arritmia cardíaca a que nos referimos?
R.- Nos referimos a cualquier alteración del ritmo. El ritmo del corazón normalmente va entre 60-80 pulsaciones, excepto cuándo dormimos que es más lento y cuándo hacemos deporte que es más rápido, de forma más o menos regular, todo esto va regulado por un marcapasos natural que todos tenemos. Pero todo esto funciona con un tejido eléctrico, y tanto el marcapasos natural como el tejido pueden tener alteraciones y provocar que el corazón se acelere, lo que llamamos taquicardias; o que se ralentice, bradicardias: o que el corazón vaya a un ritmo irregular.
P.- ¿Cuáles son las arritmias más frecuentes?
R.- La más frecuente es la fibrilación auricular, que se caracteriza porque el ritmo del corazón va irregular y se relaciona mucho con la edad, la hipertensión, diabetes. Hasta ahora se trataba exclusivamente con medicación, pero hoy en día y gracias a los avances se puede tratar, en muchos casos, con un catéter. En este sentido, en Clínica Juaneda disponemos de últimas tecnologías en el servicio de cardiología concretamente con un navegador que es como es una especie de GPS para el interior del corazón. Pero además de la fibrilación auricular existen muchísimas otras arritmias desde la misma infancia en gente con un corazón sano más allá de las arritmias, que normalmente ocasionan taquicardias benignas pero molestas que se pueden curar en más del 90 por ciento de los casos. Finalmente, hay otro grupo de arritmias que pueden causar muerte súbita, la mayoría en relación a enfermedades graves del corazón y otras por enfermedades genéticas. En este último grupo también la electrofisiología cardíaca puede ayudar en prevenir complicaciones y en posibles tratamientos.
P.- En alguna ocasión, una persona sana puede tener síntomas que sugieran una arritmia como palpitaciones o mareo. ¿Cuándo hay que visitar a un profesional?
R.- Todos podemos tener un momento de estrés en que el ritmo del corazón se acelere o se ralentice. Si pasa una vez y no tenemos ningún síntoma acompañante como mareo intenso o pérdida de conocimiento, dolor en el pecho… en general no se debe dar más importancia más allá de estar atento a que no vuelva a repetir. Pero ante la duda, ante cualquier síntoma de palpitación, de mareo… conviene consultar como mínimo al médico de familia y/o el cardiólogo. Serán ellos los que deriven al paciente al electrofisiólogo si lo creen oportuno.
P.- ¿Cuáles son las causas que provocan arritmias?
R.- Son muy variadas. Hay una parte de las arritmias que son genéticas, que no quiere decir que se hayan heredado sino que desde pequeños ya tenemos algún tipo de alteración en los propios cables del corazón o en las células que pueden provocar arritmias, bien con un corazón estructuralmente sano o, menos frecuentemente, en relación a una enfermedad añadida del propio corazón.
P.- ¿En qué medida afecta el estrés?
R.- El estrés se relaciona con muchas patologías. Si bien es cierto que el estrés puede desencadenar algún tipo de arritmias, suele ser en personas que tienen una predisposición. El estrés por si sólo en casos muy excepcionales puede generar una arritmia. Si añadimos la cafeína, el tabaco, el alcohol… puede ayudar a la arritmia. En cambio, el alcohol excesivo y las drogas sí que pueden provocar arritmias aunque no tengamos ninguna predisposición previa.
P.- ¿Cómo se diagnostica esta dolencia? ¿Qué pruebas existen?
R.- Lo primero en el diagnóstico en medicina, y en las arritmias también, es la historia clínica. Es primordial hablar con el paciente y en función de los síntomas sospechar una u otra patología. A partir de aquí, el electrocardiograma es la prueba fundamental, sobretodo en el momento de la arritmia. La recomendación es que si un paciente tiene sensación de palpitaciones o mareo, es en ese momento que se tiene que hacer un electrocardiograma, pero a veces es complicado porque la arritmia se pasa. El siguiente paso es hacer un electrocardiograma de más duración, 24-48 horas o introducir un microchip que permite grabar durante horas. Si todo es normal o si, por los síntomas o por el electrocardiograma sin arritmia, tenemos una pista previa de que hay una arritmia que se puede tratar, es cuándo, se introducen los catéteres con tal de diagnosticar o tratar la arritmia.
P.- ¿A que edad es más común que se manifiesten las arritmias cardíacas?
R.- En el mundo de las arritmias es complicado hablar de una edad, cada tipo de arritmia tiene una edad. La fibrilación auricular, que es la más frecuente, suele ser a partir de los sesenta años. Pero el resto de arritmias es muy variable: desde la infancia, la adolescencia y entre los treinta y cuarenta años.
P.- ¿Qué abordaje terapéutico existe hoy en día?
R.- Desde la modificación de los estilos de vida, sobretodo en la fibrilación auricular; hasta descartar siempre que no haya alguna enfermedad estructural del corazón –las válvulas o el músculo-; y después tratamiento dirigido tanto con medicación y sobretodo, y cada vez más, con catéteres. La medicación suele ser crónica y no es eficaz 100 por cien, en cambio el tratamiento con catéteres (que se denomina ablación) es curativo en más del 90 por ciento de las arritmias.
P.- ¿Es posible la prevención?
R.- Depende del tipo de arritmias. Para arritmias secundarias a infartos del corazón, hacer todo eso que evite el riesgo cardiovascular y que evite la posibilidad de infarto como hacer deporte, dieta cardiosaludable, evitar tóxicos como el tabaco y el alcohol puede disminuir las posibilidades de arritmias. Pero las arritmias que son genéticas o provocadas por una malformación del tejido eléctrico no se pueden prevenir, se tienen que tratar una vez que se detectan.