No son enfermos ni lo están. Están parasitados por el rencor, la maldad, la mediocridad, el miedo, la inseguridad, la puta envidia y por un megacomplejo de inferioridad. No soportan el éxito, el talento y a la gente buena. Son psicópatas organizacionales que gozan, con el erotismo y la sexualidad sana, sino con el onanismo preadolescente. Al no copular como toca y donde deben están permanentemente insatisfechos. Son ombligopatas perversos, que todavía no saben que con el ombligo ni se reproduce uno ni se folla. Están castrados mentalmente y disfrutan en su cacería sádica y perversa. Han mamado de la teta mala y eso no lo cura ni 20 años de psicoanálisis en Viena ni el ayuno ayurvédico ni un stage en Cuba.
Por donde pasan dejan rastro. A más poder e incompetencia más mala baba. Aniquilan psicológicamente hoy a uno, luego a otro etc. ¿Dónde se cobijan? Actualmente hay muchos en las administraciones públicas, en cargos políticos nombrados a dedo, en ayuntamientos y en empresas privadas donde practican el lifting y los eres con la anuencia de gerentes y directores generales. Un factor de riesgo es ser funcionario y tener que adaptarte a los políticos de diferente ideología (vienen y van cada cuatro años). Dividen al mundo de forma infantil y maniquea: los míos son muy buenos y los que no comparten mis creencias son muy malos. El ramalazo paranoide les sale por las orejas. Suelen ser sectarios y practican el amiguismo y nepotismo omnipotente y narcisista. Practican la hipocresía: hacen lo que denuncian en los demás.
Nunca saldrán de su mediocridad malévola. No hay mobbing si hay personas con valores éticos, que no se comportan como cómplices. El grupo es muy poderoso. Si hay una dinámica sana el hijodeputa acosador no se sale con la suya. La mejor prueba de un mobbing son los testigos. Siempre hay que dar la cara por un compañero víctima de acoso laboral. No hay mejor ocasión para practicar la empatía solidaria que apoyar y dar testimonio. La mejor defensa es reconocerlo cuanto antes y hacerlo visible. Compartirlo. Denunciarlo a Salud Laboral, Inspección de Trabajo al Comité de Empresa. Hay que afiliarse a un sindicato para que intervenga. Hay que pedir ayuda al médico de atención primaria, al psicólogo e incluso psiquiatra. Hay que asesorarse jurídicamente. Muchas veces es necesario la baja laboral. Y si son cargos políticos valoren visibilizarlo mediáticamente, previa consulta aun buen abogado laboralista.
Tolerancia cero ante estos hijos de la gran ramera que son depredadores cobardes y malévolos. No decidan ser cómplices que tragan. Ejerzan su autoestima personal y colectiva. No se olviden que cuando acaban con uno luego les puede tocar a ustedes. No permitan que intoxiquen emocionalmente el contexto donde trabajan y la sociedad en la que vivimos. Alguien no asume responsabilidades cuando se protege al acosador. Alguien se pasa la ética y los valores por donde todos sabemos. Siempre hay una intencionalidad en el mobbing y muchas veces es colocar a mi amigo o a mi colega y echar al que se ha ganado la plaza.
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Es de lo mejor que he visto. Estoy siendo víctima de todo eso. La impotencia y la injusticia que ejercen es brutal. Las personas que trabajamos y somos responsables estamps por debajo de los rastreros.