Juan Riera Roca /
Más de la mitad de las enfermeras de Balears trabaja con contratos eventuales o precarios. La encuesta sobre la situación socio-laboral y profesional de las enfermeras de las Islas encargada por el Colegio Oficial de Enfermería (Coiba) destaca el alto compromiso de las profesionales con la formación continua, de post-grado y especialización.
Las enfermeras, según la encuesta, están satisfechas de su relación personal con otros profesionales sanitarios, pero critican la falta de sistemas de colaboración interprofesional, las pocas posibilidades de investigación y la deficiente gestión de los recursos humanos, sobre todo en el sector público.
El Col·legi Oficial d’Infermeria de les Illes Balears (Coiba) acaba de presentar un estudio sobre la situación socio-laboral y profesional de las enfermeras en Balears, en base a los resultados de una encuesta realizada por el sociólogo Juan Hernández Yáñez. Respondieron a la encuesta el 15,9% de colegiados, lo cual se considera un buen resultado.
El estudio arroja datos de gran relevancia para comprender la situación de las enfermeras, el grupo de profesionales sanitarios más amplio y más cercano al paciente, por su especialización en la dispensación de cuidados, y constituirá la base para la presentación de propuestas concretas por parte del Coiba.
La primera gran conclusión de la encuesta es la precaria situación laboral de las enfermeras en Balears, una comunidad autónoma en la que sólo el 48% del colectivo tiene contrato fijo. El resto de profesionales tiene distintos tipos de contratos precarios (el 32% son eventuales o de sustitución) o inestables (14% interinos).
Además, casi uno de cada tres profesionales está desempleado en algún momento del año, por la temporalidad de los contratos. El desempleo estructural de las enfermeras en Balears se sitúa en un 8%, del cual aproximadamente la mitad no llegan a encontrar trabajo ni siquiera en los momentos más álgidos de contratación (verano, Navidad…)
“La precariedad y la falta de seguridad laboral no sólo son un problema para los trabajadores, sino que repercuten directamente en la calidad asistencial, ya que obliga a las enfermeras a rotar continuamente por distintos servicios, sin permitirles especializarse» ha opinado Rosa María Hernández, presidenta del Coiba.
Y añade: «Si un día estás pediatría, otro día en oncología, el tercero en un centro de salud y después en la UCI, es prácticamente imposible especializarse ni dedicarse en profundidad a ninguna de estas áreas. Esto supone un perjuicio para el paciente, no sólo por la calidad de los cuidados sino porque puede llegar a ponerse en riesgo su seguridad”.
La encuesta señala también que obtener un puesto de trabajo fijo es más rápido en el sector privado (2,2 años) que en el sector público (más de 10 años). Además, destaca la dificultad de las enfermeras para la conciliación de la vida familiar y laboral, ya que dos tercios de ellas trabajan turnos variables, con noches y fines de semana.
El personal de mayor edad tiende a trasladarse a centros o unidades en los que no se atiende a personas ingresadas, con menor variabilidad horaria, lo cual agrava la posibilidad de conciliación en un colectivo, éste de mayor edad, que probablemente tenga mayores necesidades de atender a familiares o personas allegadas a su cargo.
Por otra parte, la encuesta demuestra la fuerte vocación formativa las enfermeras de Balears, ya sea con cursos de formación continua, de post grado o mediante especialización. Un 18% de las enfermeras encuestadas está en posesión de una especialidad de Enfermería, mientras que un 34% posee (o está cursando actualmente) un máster universitario oficial.
Las enfermeras muestran un alto nivel de satisfacción respecto a las relaciones personales en el trabajo. Aunque el nivel más alto de satisfacción es en la relación con otras enfermeras, es destacable el alto nivel de satisfacción en las relaciones personales con el personal médico. Sin embargo, esta buena relación personal no es suficiente.
Esta buena sintonía personal no se traslada a la relación profesional. Las enfermeras muestran un alto nivel de insatisfacción con los sistemas de colaboración interprofesional existentes (como serían las sesiones clínicas conjuntas). También critican la falta de oportunidades para la investigación, que parece un campo reservado a los médicos.
La encuesta suspende también las políticas de recursos humanos aplicadas, por la falta de procedimientos de acogida o recepción en los centros o unidades asistenciales; y la poca toma en consideración de los perfiles funcionales y de especialización a la hora de cubrir los puestos, según destacan los resultados obtenidos a este respecto.
“Esta es una situación bien conocida: a veces se forman profesionales especialistas que después no tienen cabida en el sistema porque, o bien no está reconocida la categoría, o bien no existen puestos específicos para ellas”, apunta Hernández, señalando la raíz de un problema que arrastra este colectivo y que urge solucionar.
Además, las enfermeras se muestran muy críticas con la falta de adecuación de los procesos selectivos para acceder a los puestos de mayor responsabilidad y retribuciones. “Hemos dicho en muchas ocasiones que en Balears faltan 3.800 enfermeras para estar en la media de la UE, pero también es imprescindible redefinir previamente el proyecto asistencial».
Con estas palabras Rosa María Hernández, presidenta del Coiba, expresa que «asignar a los profesionales más apropiados para cada puesto de trabajo, incluidos los puestos de responsabilidad, es un aspecto vital para garantizar la sostenibilidad del sistema”, un sistema que en estos momentos depende cada vez más de los profesionales de enfermería.
Finalmente, la encuesta señala que un 32,3% de los encuestados no estudiarían Enfermería si tuvieran que volver a elegir. Esta cifra demuestra el alto nivel de “burnout” y frustración profesional de las enfermeras. Los colectivos más satisfechos son las enfermeras mujeres más jóvenes que trabajan en centros sociosanitarios y/o en el sector privado.