Juan Riera Roca /
Una tesis doctoral, desarrollada por el médico psiquiatra Miguel Ruiz-Flores Bistuer y defendida en la Universitat de les Illes Balears (UIB) ha analizado el consumo de alcohol entre trabajadores y pacientes de salud mental en las Islas Baleares y la Comunidad Valenciana.
La tesis, dirigida por los doctores M. Teófila Vicente Herrero, Ángel Arturo López González y Luisa Mercedes Capdevila García, ha recogido datos sobre consumo de alcohol, datos sociodemográficos, parámetros bioquímicos y accidentalidad laboral de 1.180 trabajadores.
Una vez recogidos estos datos los ha comparado con otros similares de 304 pacientes de unidad de salud mental, que también incluían información sobre el diagnóstico, el tratamiento, el tiempo de seguimiento y aspectos sociales y de arraigo personal.
El investigador, que ejerce como psiquiatra en el IBSalut y el Centro Clínico Ibiza, ha descrito y comparado ambas muestras en conjunto, como también ha estudiado los consumidores de ambas muestras y los trabajadores activos de ambas muestras.
De manera particular, también se ha estudiado la subpoblación de exbebedores de unidad de salud mental, por sus características específicas. Ruiz-Flores concluye que trabajadores y pacientes de unidad de salud mental tienen una percepción diferente del elevado consumo de alcohol.
Mientras la población trabajadora tiene una mala percepción del propio consumo, los pacientes de unidad de salud mental perciben su consumo de manera adecuada. Entre otras conclusiones, el investigador también apunta que la cerveza y el vino son las bebidas alcohólicas más consumidas.
En el colectivo de pacientes de unidad de salud mental, destaca la elevada población de exbebedores, que han abandonado el consumo de alcohol en el último año y de los cuales, muchos tenían consumos previos elevados y con mayor proporción de consumo de bebidas de alta graduación.
Además, la intención de abandonar el consumo es definitiva. Sobre las causas que motivan el abandono la presión sociofamiliar es el primer factor entre los bebedores de más riesgo. Entre los bebedores más leves, han sido la prescripción médica o la incompatibilidad con la medicación.
La presencia de otras adicciones favorece el consumo de alcohol. La presencia de la familia nuclear en la isla ejerce como factor protector frente al consumo excesivo. Además, entre los pacientes de unidad de salud mental, el mayor consumo se da entre el colectivo de personas desempleadas.
El investigador también concluye que las patologías de ansiedad y depresivas son las que más influyen en el consumo de alcohol, tanto entre los trabajadores como entre los pacientes de unidad de salud mental, según se refleja en la recientemente leída tesis doctoral.