Gracias a la adquisición de ecógrafos, retinógrafos y otros modernos y sofisticados medios de pruebas diagnósticas, el paciente verá aumentada la calidad asistencial en el primer nivel de la atención médica, y la Administración, por su parte, reducirá costes, ya que se podrán suprimir algunas de las derivaciones de servicios que, a partir de ahora, podrán dispensarse íntegramente en los centros de salud.
Sin duda alguna, estas actuaciones implican un espaldarazo de enorme magnitud a las posibilidades que depara la Atención Primaria.
Unas posibilidades que, ciertamente, no siempre han sido aprovechadas en su integridad. Nadie puede cuestionar que el centro de salud es el equipamiento más próximo del paciente, aquel en el que obtiene una asistencia más directa y personalizada, y, por ende, en muchas ocasiones, también más efectiva.
No obstante, para que este papel de referencia que han de ejercer los centros de salud se cumpla en su totalidad era necesaria una inversión importante en tecnología. La voluntad y la implicación de los profesionales, por muy entusiastas que resulten, no son suficientes para hacer realidad estos objetivos asistenciales, y de ello ha tomado buena nota el Servei de Salut en una legislatura que, indudablemente, ha situado la Atención Primaria en un privilegiado punto de mira. Cabe felicitarse por ello.