Este es el marco que depara sentido y justificación a la Estrategia de la Cronicidad que el Govern de les Illes Balears, a través de la Conselleria de Salut y el Servei de Salut, ha presentado recientemente en el Hospital General de Palma, una elección, la de del centro hospitalario que acogió el acto, que no debe ser pasada por alto en cuanto a que supone toda una declaración de intenciones en torno al verdadero significado de este protocolo asistencial.
Según la Organización Mundial de la Salud, hacer frente a la cronicidad conlleva, en el caso de las administraciones sanitarias, adoptar tres medidas específicas: inventariar las enfermedades crónicas y sus determinantes sociales, económicos comportamentales y políticos; reducir el grado de exposición a factores de riesgo; y fortalecer la asistencia sanitaria. Este modelo ha demostrado sobradamente su eficacia en los territorios en que se ha implantado, y así debe ocurrir, también, en Balears si el espíritu de consenso, de unidad de acción, y de implicación de todos los profesionales y colectivos, se hace patente con idéntica intensidad a la que se dejó traslucir en el emblemático acto celebrado en el Hospital General, bajo la presidencia de la consellera de Salut, Patricia Gómez, y con la asistencia del director general del Ib Salut, Juli Fuster, y de los responsables de los equipos de los diversos niveles asistenciales que han de jugar un papel determinante en la puesta en marcha de la estrategia.
Sin duda alguna, como muy bien han detectado los actuales administradores de la política sanitaria en Balears, la atención a la cronicidad constituye el pilar sobre el que se han de asentar las bases para el nuevo modelo sanitario del siglo XXI.