Juan Riera Roca /
El sistema sanitario público balear prescribió antibióticos al 26% de los usuarios en 2014, según el estudio ABPresclin, realizado por profesionales de la atención primaria de Mallorca y del IbSalut, liderado por el doctor Javier Arranz, investigador del Grupo de Enfermedades infecciones de Baleares (GMISBAL).
Según este trabajo del GMISBAL (integrado en el Instituto de Investigaciones Sanitarias de Palma (IdISPa) la tasa de prescripción fue mayor en los grupos de edad de más de 60 años -especialmente los de más de 80, con un 41,4% de la prescripción- y en los de menos de 14 años, con un 30%.
El estudio analiza la prescripción de antibióticos de 2008 a 2014 en el IbSalut, donde –al igual que en el entorno europeo– entre el 80% y el 90% de las recetas proceden del ámbito extrahospitalario. Un tercio de las consultas de primaria trata infecciones, principalmente respiratorias y urinarias.
Según los informes de sensibilidad antibiótica emitidos por el Laboratorio de Microbiología del Hospital Universitario Son Espases, en Baleares la resistencia a los antibióticos se ha mantenido estable en los últimos años. Sin embargo, se hace un seguimiento del aumento de algunas bacterias multirresistentes (es decir, resistentes a diferentes antibióticos).
Este peligroso efecto de las multirrestencias, que lleva a determinados gérmenes a convertirse en inmunes a los antibióticos, se genera por la exposición frecuente a medicamentos antimicrobianos que crean mecanismos de defensa y hacen ineficaces a los antibióticos.
Según el último Eurobarómetro de resistencias antibióticas, publicado el pasado mes de junio, el 34% de los europeos dicen que han tomado antibióticos en los últimos 12 meses. España se sitúa en la media europea del consumo de antibióticos, pero con tendencia al alza.
La mayoría de los encuestados obtuvieron la medicación por prescripción médica, pero el 5% declara haber tomado sin receta. La automedicación, que suele infringir además los códigos de adherencia (periodos mínimos que hay que tomar el antibiótico) es la gran causa de las multirresistencias.
El Eurobarómetro de resistencias antibióticas establece un preocupante desconocimiento sobre el uso correcto de los antibióticos: menos de la mitad de los europeos (43%) sabe que los antibióticos son ineficaces contra los virus y poco más de la mitad (56%) sabe que son ineficaces contra resfriados y gripe.
Según datos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades y la OMS la resistencia a los antibióticos representa un grave problema de salud pública en todo el mundo. En muchos países las tasas de resistencia se han multiplicado por más de 2 en los últimos cinco años.
Para evitar que las bacterias se vuelvan inmunes a los antibióticos los especialistas recuerdan, en primer lugar, que los antibióticos son ineficaces contra los virus; por tanto, no sirven para combatir los resfriados ni la gripe. La mayoría de las infecciones respiratorias no requieren tomar antibióticos.
El uso de antibióticos propicia que las bacterias vuelvan resistentes a estos medicamentos, por lo que es importante no tomar de manera incorrecta. El diagnóstico correcto y la decisión sobre la necesidad de administrar un antibiótico son competencia exclusiva de los médicos.
No se deben guardar los antibióticos sobrantes después de un tratamiento. Si ha recibido más dosis de las recetadas, pida al farmacéutico cómo puede deshacerse del medicamento sobrante. Todo ello evita no solo consumir un medicamento en mal estado, sino además propiciar las multirresistencias.