Juan Riera Roca /
El Hospital Universitario Son Espases ha hecho durante 2016 54 trasplantes renales, el mayor número jamás registrado. Dos de ellos han sido procedentes de donantes vivos, que generalmente se trata de un familiar del paciente.
Gracias al programa de donación en asistolia controlada iniciado en abril, se han podido trasplantar ocho riñones. La supervivencia de un riñón trasplantado es del 92% durante el primer año y la media de tiempo de supervivencia se sitúa entre 12 y 14 años.
El trasplante de riñón se lleva a cabo en una insuficiencia renal avanzada, en la que los riñones no pueden depurar la sangre. Otros tratamientos alternativos son la diálisis peritoneal, que se hace a domicilio, y la hemodiálisis, que se aplica en un hospital.
Son Espases, como hospital de referencia de las Islas Baleares, es el único donde se pueden hacer trasplantes renales. Los pacientes que presentan una insuficiencia renal suelen ser diagnosticados en el hospital de su sector y derivados a Son Espases.
Allí se les realizan las últimas exploraciones complementarias para confirmar el diagnóstico e incluirlos en la lista de espera para recibir un trasplante. Si la donación es de un donante vivo el trasplante es inmediato.
Si se trata de un donante cadáver es necesario esperar hasta que haya un riñón compatible, es decir, a que se produzca un fallecimiento en condiciones idóneas. En estos casos la media de tiempo de espera es de un año y medio.
En el proceso de trasplante renal participan profesionales de diferentes especialidades médicas y quirúrgicas y personal de enfermería, y para que tenga éxito es imprescindible una buena coordinación entre todos.