Pero tras diez meses, volvió a recaer y regresó al hospital desde donde inició la campaña «#RetoUnMillón» para conseguir un millón de donaciones de médula, mensaje que se hizo viral en las redes sociales y provocó un aumento en las donaciones.
Como decía él, “El 26 de marzo de 2015 me diagnosticaron leucemia, me dieron quimioterapia, me trasplantaron la médula y todo lo que eso conlleva. Llevo un año muy duro, realmente duro, nadie se puede imaginar lo que he pasado, por lo que nadie se puede imaginar lo que puedo sentir ahora al saber que hay un 4% de leucemia en mi médula ósea”. Y en ese momento seguía diciendo cuando necesitaba un donante para seguir disfrutando de la vida “Si os hacéis donantes es probable que no solo exista la posibilidad de ayudarme a mí, sino a muchísimas personas que necesitan una médula”, “No se puede donar exclusivamente para mí, hay que donar para salvar a cualquier persona”.
A principios de octubre Ráez comunicó que había encontrado una donante compatible de Estados Unidos y comenzaba de nuevo el duro tratamiento para un nuevo trasplante sin dejar de apoyar la campaña de concienciación y divulgación sobre donación de médula. El 19 de diciembre se iba de alta y el 20 aparecía por Skype en el congreso de escuela de pacientes (http://www.escueladepacientes.es) en la Escuela Andaluza de Salud Pública tras participar en varios vídeos previos para fomentar la idea del congreso #másquepacientes, hastaag que ha superado las 20,5 millones de impresiones.
Y es que la historia de Pablo ha conmovido a miles y miles de personas. Sus publicaciones en las redes sociales no han pasado desapercibidas y son muchos los que han escuchado sus palabras: “Donar es vida, conciénciate”. No en vano, el malagueño ha logrado colarse entre lo más buscado de Google en 2016 y en Málaga se han multiplicado por mil el número de donaciones. Aun así, el reto planteado por Ráez sigue: «Sigamos siendo solidarios, sigamos demostrando que este país no es solo palabrería y se vuelca por ayudar a los demás. Llevemos a ese #retounmillon de donantes».
Y por esa vía apareció en el congreso de la escuela de pacientes y demostró con sus palabras que es un canto a la vida, a la fuerza, al ánimo, a seguir, a ser más que un paciente, a luchar, a ayudar, a reivindicar, a no parar, a ser y estar.
Y en estas navidades, tras recibir el alta hospitalaria hace un par de semanas, ha dicho: «Mi forma de ver la vida ha cambiado, por lo que no voy a felicitar ni las navidades, ni las fiestas ni el año nuevo». Así Pablo decía: «voy a felicitaros la vida, voy a deciros que la navidad, el fin de año y todas estas cosas que se dicen por estas fechas son cosas que llevan establecidas mucho tiempo en nuestras vidas».
«En vez de desearos Feliz Navidad os quiero desear feliz vida, mucha salud y mucha conciencia». «La vida es maravillosa y no solo en estas fechas. Por favor disfrutemos cada día, disfrutemos cada instante disfrutemos, amemos y riamos como si todas las noches fueran 24», «No sabemos qué pasará mañana ni hablando de salud ni de nada más, pero si sabemos lo que pasa en nuestro día a día , por lo que es lo más valioso», «Repito, la muerte no es triste, lo triste es no saber vivir. La muerte forma parte de la vida y la vida forma parte de la muerte, ninguna puede vivir sin la otra, por lo que la muerte es un regalo de la vida. ¿Por qué creemos que es triste morir? No sabemos que hay detrás de la muerte». «Ánimo para todo el que esté en un mal momento…Todo pasa y todo llega. Amor y felicidad para todos», concluía Pablo Ráez en su mensaje navideño.