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“La Facultad de Odontología nace bajo el control de calidad de la ANECA y de la Universitat balear”

PERE RIUTORD / EX PRESIDENTE DEL COLEGIO DE ODONTÓLOGOS, PROFESOR HONORÍFICO
E INVESTIGADOR DE LA UIB Y ACADÉMICO DE LA RAMIB
La Universitat de les Illes Balears tendrá Facultad de Odontología. La noticia fue ofrecida en primicia por esta revista hace ya varios meses tras una intervención radiofónica del Dr Pere Riutord en el programa Salut i Força de Ib3 Ràdio, que presenta i dirige Joan Calafat. Sin embargo, en estos meses ha estallado la controversia. Desde el Colegio de Odontólogos se cuestiona la oportunidad de estos estudios y la calidad formativa que se ofrecerá. El testimonio, de nuevo en estas páginas, del Dr Pere Riutord, persona implicada en la gestión de este nuevo grado, es crucial para entender el proceso.

P.- Baleares tendrá su propia Facultad de Odontología. ¿Cómo se ha desarrollado el proceso y cuál ha sido su participación en el mismo?

R.- La Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) ha dado su visto bueno al grado de Odontología presentado por la UIB, a instancias de la Academia Dental de Mallorca SL (ADEMA), un año justo después de la aprobación por la misma agencia del anhelado grado de Medicina. La Comisión de Elaboración y Diseño (CED) del título del grado de Odontología de la UIB, de la que formó parte como representante del Departamento de Biología Fundamental y Ciencias de la Salut de la UIB, junto con el catedrático Josep A. Tur Marí, ha elaborado el Plan de Estudios del grado de Odontología. No ha sido fácil su aprobación tras varias correcciones para su validación definitiva.

P.- ¿El proceso está ya concluido?

R.- Aún faltan varios pasos para la puesta en marcha de estos estudios de Odontología, ya que el Consejo de Universidades también tiene que dar su autorización. El Rector de la UIB, Llorenç Huguet Rotger, siempre ha facilitado iniciativas en pro de la Ciencia en cualquiera de sus especialidades y en esta ocasión ha sabido encauzar a la perfección la propuesta del Director de ADEMA, Diego González Carrasco, ya que seguramente otra universidad española acogería estos estudios si la UIB los hubiera rechazado, bajo esta fórmula de “Escuela Adherida” según regula la legislación vigente, es decir, unos estudios de grado de gestión privada con titulación expedida por una universidad pública, la UIB, la cual debe designar varios profesores de su plantilla que garanticen su funcionamiento según lo establecido en sus estatutos.

P.- ¿Cómo se involucra usted en este proceso?

R.- Mi experiencia referente a la puesta en marcha de estos estudios viene dada por una parte por mi anterior etapa en la Universitat de Barcelona. Vi nacer la Facultad de Odontología de Barcelona y desde el inicio fui profesor asociado de la misma. Fueron diez años que supusieron para mí una experiencia única, en la que la mayoría de profesores eran asociados a tiempo parcial, situación similar a la que se vive actualmente en la Facultad de Medicina de la UIB. Por otra parte, la docencia e investigación odontológica que he ido realizando durante estos últimos veinte años en la UIB, han significado una experiencia para mí, tanto en mi labor como profesor asociado como de director de los másteres en Implantología Oral, Cirugía Oral y Odontología Estética, gestionados por la Fundació Universitat-Empresa de la UIB.

P.- El trabajo de esos 20 años, reflejado en un libro que ha sido recientemente noticia, ha tenido un impacto importante en producción científica. ¿Qué supone esa experiencia acumulada?

R.- La investigación odontológica que he desarrollado en la UIB me ha aportado una experiencia añadida abriendo nuevas líneas de investigación en el estudio de materiales odontológicos, estudios de doctorado y, sobretodo, en la consecución de la patente internacional sobre blanqueamiento dental con la comercialización de WHITEKIN®, abriendo nuevos estudios multicéntricos en otras universidades españolas, como las de Barcelona, Valencia y Complutense de Madrid.

P.- La Facultad de Odontología nace, pero no sin controversia…

R.- El presidente del Colegio, Guillem Roser, ha mostrado una oposición a la instauración del nuevo grado de Odontología de la UIB, principalmente por dos motivos. Por una parte, como previsión a la plétora profesional que puede desembocar con la nueva Facultad, al graduar a treinta nuevos odontólogos al año. Considera que sería una situación nada favorable para la colegiación. Por otra parte, no cree ver garantías de calidad en la formación de los nuevos dentistas y en la experiencia docente de los profesores que puedan participar.

P.- ¿Cuál cree usted que es el motivo de ese recelo y qué opina al respecto?

R.- Deriva del hecho de ser ADEMA, una entidad privada, la que gestionará estos estudios de grado, situación de la que se tiene poca experiencia. Sin embargo, a mi entender se tiene que dar confianza y crédito a esta nueva iniciativa y no caer en prejuicios negativos que me parecen faltos de criterio. Hay que tener en cuenta que se debe cumplir el Plan de Estudios aprobado por la ANECA, como garante de calidad, posición que he asumido en todo el proceso como colegiado que soy y como máximo responsable de la colegiación en años pasados. Doy por seguro que las cosas se harán bien. Además tengo muy buena relación con otras facultades de Odontología de España, principalmente con la de Valencia, a través del profesor Leopoldo Forner Navarro, y con la de Barcelona, a través de su recién nombrado decano, el profesor Josep M. Ustrell Torrent. Con ambos mantengo una muy buena relación, al ser el primero mi predecesor en la Presidencia de la Academia Española de Odontología Pierre Fauchard y el profesor Ustrell el actual presidente.

P.- ¿Y así las cosas, como juzga de que debería evolucionar esta controversia?

R.- Creo que la posición del presidente colegial no debe radicalizarse debido principalmente a la irreversibilidad del proceso de instauración del grado de Odontología en la UIB, además de lo que puede representar para la profesión la apertura de nuevas posibilidades en investigación y docencia en pro de la profesión, sumando esfuerzos para que todo ello haga prosperar nuestra dedicación en bien de nuestros pacientes. La posición inicial del Colegio de Dentistas no ha sido diferente a la mostrada por el Colegio de Médicos en cuanto a la puesta en marcha de la actual Facultad de Medicina, mostrando también inicialmente una opinión contraria, situación que actualmente ya ha cambiado, aportando toda su disponibilidad a favor de tan docta iniciativa.

P.-Además, la llegada de estos estudios habrá suscitado cierta ilusión entre los profesionales de Baleares…

R.- Como es de suponer, son muchos los profesionales dentistas que optan al cuadro de profesorado de la futura Facultad de Odontología, abriendo además nuevas posibilidades en la consecución de tesis doctorales y nuevos estudios de postgrado a partir de su aprobación definitiva.

P.- Con el trabajo hecho hasta el momento y con el proceso en la fase en la que se encuentra, ¿cuál es ahora su papel?

R.- A partir de ahora mi función será la de expectante y en lo posible de garante de la calidad que deben soportar la docencia, la formación de los alumnos y la investigación que debe proporcionar la nueva Facultad de Odontología. Mi condición de incapacidad absoluta permanente no me permiten ejercitar la profesión en cualquiera de sus ámbitos, por tanto creo que mi aportación a partir de ahora será desde fuera del cuadro docente y de gestión. Solo queda felicitar a los promotores de tan importante empresa y ponerme a su disposición para lo que crean oportuno.

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