El pasado 17 de diciembre, el Ayuntamiento de Petra cambiaba de manos, en virtud del pacto firmado a principios de legislatura entre Pi-Proposta per les Illes y el PP. El anterior primer edil, Salvador Femenias, del PI, cedió la vara al nuevo alcalde, Martí Sansaloni, un político que a pesar de su juventud tiene ya tras de sí una amplia experiencia en cargos de responsabilidad pública. Farmacéutico de profesión y, por tanto, persona muy ligada al sector sanitario, Martí Sansaloni fue conseller de Salut durante la segunda mitad de la anterior legislatura autonómica. Su presencia en la Conselleria sirvió de bálsamo de tranquilidad en un departamento que los dos primeros años funcionó como auténtica montaña rusa, con dos consellers dimitidos (Carmen Castro y Antoni Mesquida) y continuados cambios en el organigrama. Sansaloni pasó por los micrófonos de Salut 4.0 y los estudios de Canal 4 Radio para romper su silencio.
P.- ¿Cómo recuerda su experiencia de conseller de Salut?
R.- A mí no me gusta exteriorizar los nervios. Pienso que hay que saber gestionarlos, igual que saber dirigir equipos y sacar adelante proyectos. Fueron dos años y medio enriquecedores, fue una experiencia profesional que valoro positivamente y quiero aprovechar para pedir disculpas a aquellos que agravié con mis decisiones o que no estuvieron de acuerdo en ese momento, pero le aseguro que intenté dar lo mejor de mí durante ese periodo en las circunstancias que había.
P.- ¿Pecó la política sanitaria del PP en la legislatura anterior de poner demasiado el acento en la sostenibilidad del sistema en lugar de priorizar la calidad asistencial?
R.- Hay que partir de una base previa. El Partido Popular se presentó en 2011 con un proyecto de salud sólido, realizado y liderado por el Dr. Dico Sbert, que gustaba a mucha gente. Sbert no fue finalmente el conseller inicial y se dejó de lado ese programa y se priorizaron otras cosas diferentes, por las circunstancias heredadas. Sí quiero decir que el PP se presentó con un programa en la campaña de 2011 que después no tuvo nada que ver durante los 4 años en relación a lo que se ofreció a los ciudadanos. Los motivos fueron la situación económica y el poner orden y puntales en determinadas acciones, además de muchas etapas en la Conselleria como ha comentado y que yo intenté poner mi granito de arena. Siempre hay un por qué de las cosas y pido disculpas.
P.- ¿Cómo valora el trabajo del pacto PSIB-MÉS en materia de salud? ¿Ha empeorado o mejorado la situación?
R.- Primero de todo debo reconocer que tengo poca información. Por higiene mental cuando estás en un lugar, hay que saber salir para después dar paso a otra gente. La ciudadanía colocó al PP en la oposición y la consellera Patricia Gómez lo hace lo mejor que sabe y puede. Se percibe como ciudadano una tranquilidad que es buena para el sistema y eso repercute positivamente en los profesionales. No hay en estos momentos una oposición por parte del PP en materia de sanidad como sí la hubo en la legislatura anterior y se dan las mejores circunstancias para conseguir grandes objetivos. Además esta Conselleria tiene 300 millones de euros más, que bien gastados tienen que repercutir en una mejora de la salud, para que la ciudadanía salga beneficiada y solo puedo pedir seny a los que tomen decisiones.
P.- ¿Le ofende que el Pacte diga se están recuperando esta legislatura los derechos de los ciudadanos en materia de salud?
R.- No me siento ofendido y hay que saber separar lo que es el titular del fondo de la cuestión. Tuvimos una oposición fuerte respecto a la tarjeta sanitaria, confundiendo a la sociedad y diciendo falsas verdades. Es un Real Decreto Nacional en el cual todos tienen derecho a unas urgencias y a ser atendidos pero cuando se pasan determinadas barreras deontológicas porque creen que el fin justifica los medios y se intenta responsabilizar políticamente en determinados casos singulares como hizo la oposición, ellos en su interior tienen esta mancha. Ellos, la oposición que yo sufrí, saben que no lo hicieron bien. Si tuviera que destacar tres personas del Govern Armengol son Fina Santiago, Cati Cladera, Iago Negueruela, quienes tienen muy claro para qué fueron elegidos y lo que tienen que hacer. Pero dicho esto, creo que Fina Santiago es consciente que determinadas cosas que dijo y acciones que hizo en la oposición, si ahora retornara a la oposición, no las volvería hacer.
P.- ¿Necesita tranquilidad su partido?
R.- El PP necesita volver a ilusionar a sus votantes porque los tenemos bastante despistados y estamos en un impass que si la presidenta Armengol decidiera convocar elecciones anticipadas mañana mismo, nos cogería a contrapié y con los pantalones bajados, hablando coloquialmente. Necesitamos rearmarnos en el congreso de finales de marzo y definir un buen proyecto como alternativa ante este Pacte, sustentado por un nuevo partido recién llegado a la política como es Podemos. Un grupo político, Podemos, de cuyas noticias leemos no dan demasiada tranquilidad para sustentar una comunidad con una renta per cápita tan alta como es la nuestra.
P.- El PP vive una pugna interna entre los partidarios de la vía regionalista y los que defienden otras vías. Usted se ha posicionado claramente al lado del bando de Biel Company. ¿Cómo acabará?
R.- Creo que en estos momentos hay un proceso abierto de un congreso regional en el que tengo altas expectativas para crear una opción de alternativa al Govern, que a día de hoy no tenemos. Es cierto que yo trabajo para que Biel Company presida el PP y que las disputas internas nunca son buenas pero sí enriquecedoras de cara al futuro. Creo que en este momento el partido necesita alguien que quiera esta tierra, que llegue a la gente como un ciudadano más, que se la vea llana y capaz de hablar con una persona de Petra, de Sa Pobla o del casco antiguo de Palma. Cuando analizas, comparas y buscas quién es esa persona ideal y que encima tenga ilusión, te das cuenta de que la alternativa es Biel Company.
P.- ¿Le sorprendió que José Ramón Bauzá anunciara que se vuelve a presentar para dirigir el PP balear?
R.- La verdad es que no me lo esperaba. Pero estoy muy contento de que lo haga, que dé ese paso es bueno y es sano para el partido, aunque yo trabaje para que Biel Company sea presidente. Queremos que en este congreso salga una cosa clara y es que 2017 hacia adelante la alternativa al Govern de Francina Armengol no tiene nada que ver con el Partido Popular que José Ramón Bauzá creó. Estoy intrigado en saber lo que pesará la candidatura de José Ramón Bauzá, por saber qué grado de conocimiento tengo yo de los intríngulis y la manera de pensar de cada uno de los 20.000 afiliados del PP. Mucho me tendría que equivocar si su peso no es menor, pero me puedo equivocar. Cada uno habla con su entorno pero es un proceso sano que se pesen las dos alternativas y si me pide un deseo, ojalá se presente Biel Company contra José Ramón Bauzá con un proyecto y un grupo de personas detrás. Y saber qué pesa cada uno y qué PP definimos de 2017 hacia delante. Estoy sorprendido del paso de Bauzá, él y yo tenemos percepciones de la realidad distintas. Si votan los 20.000 afiliados que son los mismos que votaron por aclamación a Bauzá porque era él o Carlos Delgado, mucho me tengo que equivocar si José Ramón no tiene un peso muy reducido.
P.- Usted desde el pasado 17 de diciembre es el nuevo alcalde de Petra, el municipio donde nació y creció. ¿Ser alcalde de su pueblo es la principal satisfacción de un político?
R.- Hay que separar lo sentimental del honor que supone ser alcalde y me di cuenta el mismo día 17. Pocas veces me he emocionado y me costó acabar el discurso y agradezco a todos los que me han ayudado a ser alcalde. Me lo habían contado y me he percatado de lo bonito que es y no me importaría jubilarme de la vida política siendo alcalde. En un mes he tocado muchos colectivos del municipio y en febrero, en el primer pleno ordinario presentaré una exposición de 15 minutos sobre cómo serán los próximos seis meses. Lo importante en un alcalde no es sentarse en una silla sino el proyecto que dejará el día que dejes de serlo.
P.- No podemos dejar de hablar de su faceta como farmacéutico. Usted un día dijo, el día que deje la política me iré a la farmacia a ¿Por qué hay tantos farmacéuticos que se dedican también a la política?
R.- Los dos últimos presidentes han sido apotecarios pero los dos juntos no suman las horas que yo he hecho de farmacéutico y los retaría a contarlo. Los dos no se han dedicado como principal actuación profesional. Es verdad que le dije a usted en su programa de referencia de salud que no tendría problema en vender condones el día que me toque. De hecho no solo lo he utilizado con Joan Calafat, el primer día que llegué al Ministerio de Sanidad y tuve una reunión interna, se me acercó el gabinete del presidente Mariano Rajoy y le dije lo mismo, a lo que me dedicaba.
P.- Los farmacéuticos, ¿ocupan el lugar que se merecen dentro del sistema de salud? ¿O sería necesario que asumieran más funciones y responsabilidades?
R.- La oficina de Farmacia está infrautilizada por parte del sistema de salud. Se pueden llevar a cabo actuaciones concretas con la cartera de servicio. Eso lo hicimos la legislatura pasada con temas de metadona, pruebas rápidas de VIH. Hay más de 400 puntos abiertos a disposición, porque el Colegio Profesional se ofrece, y estoy muy orgulloso de lo que se hizo en temas de farmacia. El farmacéutico es un agente de salud muy válido si hay un buen entendimiento entre la Administración y el Colegio Profesional, que puede dar un plus de calidad al sistema.
P.- Como farmacéutico, ¿qué piensa de las declaraciones, posteriormente desmentidas, de la ministra de Sanidad sobre la necesidad de modificar los tramos de pago de las medicinas de los pensionistas que ingresan más de 18.000 euros anuales?
R.- Que pague lo mismo el que gana 18.001 y otra que gana 99.999 euros no es normal. Sí que es verdad que se deberían poner diferentes tramos. Hay pensionistas que tienen mayor poder adquisitivo que muchos trabajadores pero es un tema sensible y complejo que requiere de un gran análisis. Hay que hacer una gestión clara del medicamento. Uno tiene que ir a la farmacia a coger solo lo que necesite, lo pague o no, como conciencia colectiva.
P.- ¿Entiende la situación que vive la Cámara legislativa autonómica actualmente, con una presidenta expulsada de su partido que, de momento, continúa presidiendo la institución?
R.- Lo veo muy mal por la institución y el respeto que debería haber hacia la segunda autoridad de las islas y este show interno de Podemos es para hacérselo mirar. Podemos se está quitando la careta, lo de la nueva política está sacando lo peor de la vieja. Se están publicando líos internos y sus lobbys que no son de recibo. El Parlament es la casa de todos y debe resolverse lo antes posible.
P.- ¿Está satisfecho de haber rechazado la oferta del ex presidente Bauzá de formar parte de las listas del PP en las elecciones autonómicas de 2015? ¿Tiene la sensación de que su credibilidad política tiene que ver en gran medida con este rechazo?
R.- No. Lo que pasa es que uno piensa sus decisiones y no se deja embaucar. Bauzá me dio una oportunidad enriquecedora al nombrarme conseller para intentar estabilizar la segunda parte de legislatura. El momento político de José Ramón Bauzá, como le dije a él y repito aquí ya acabó, es una opinión personal. Uno debe saber cuándo se le pasa el arroz. Recibimos un suspenso general de la ciudadanía. Hay que ser analista. Agradezco la oportunidad y autonomía que se me dio en sanidad. La credibilidad política se consigue con cada paso que se da. Mi objetivo era Petra y no se lograba gobernar desde hacía 21 años. Bauzá quiso ser senador y yo le recomendé que volviera a la farmacia como hice yo, porque uno debe saber de dónde viene y dónde acabará. Que los hechos no acompañen a lo que uno predica hace que pierda la credibilidad.
P.- Ya para terminar, con su designación como alcalde de Petra, ¿se terminan las aspiraciones políticas de Martí Sansaloni o estas aspiraciones van más allá en un futuro más o menos próximo?
R.- Mis aspiraciones y vanidades personales están más que colmadas y no debe sonar a tópico. Hay quien busca en la política un prestigio social que no logra por otro lado. Pero uno debe ser independiente económicamente cuando entra en política y no preocuparse cada 4 años de dónde estará.