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El día después del suicidio de un familiar o allegado

Joan Carles March
Profesor de la Escuela
Andaluza de Salud
Pública
No sé si alguien que lea este artículo habrá podido vivir el día después del suicidio de un familiar o allegado.

Puedo decir que es una situación dura, muy dura, difícil de aceptar, que conmociona todo el entorno de la persona, tanto el familiar, como el de sus amistades como el laboral, con un impacto emocional muy fuerte que hay que abordar.

Es evidente que ante un suicidio de un familiar o allegado se generan todo un mundo de emociones y sentimientos. La muerte de un familiar o allegado es una de las situaciones más estresantes por las que puede pasar una persona. Pero cuando esta muerte se produce a causa de un suicidio, suele hacerse todavía más complicada, causando un dolor intenso y prolongado que será diferente y único en cada persona que lo sufre.

En España, el número de suicidios crece un 20% desde el inicio de la crisis económica. Cada día 10 personas se quitan la vida en España. Es la primera causa de muerte no natural en nuestro país, por delante de los accidentes de tráfico. Un total de 3.910 personas (2.938 hombres y 972 mujeres) falleció por este motivo durante 2014. Es un 20% más que lo que se registró en 2007, antes de la crisis económica, y la cifra más alta alcanzada en los últimos 25 años.

Y ante ello, no existe una única manera de pasar el duelo. Aunque cada persona es diferente y tiene su propio ritmo, se han descrito tres etapas que suelen pasar las personas que pierden a un ser querido. Etapa 1: es frecuente sentir rabia, confusión, angustia o aturdimiento, creer que lo que está pasando no es real y negar sentimientos.

También puede aparecer la distancia emocional para protegerse o incluso sentir alivio. Etapa 2: la persona se siente sola, triste y deprimida. También son frecuentes algunas emociones como desesperación, agresividad, culpa y sentir que la vida ha perdido su significado. También suelen aparecer problemas para comer y dormir. Etapa 3: se produce una aceptación gradual de la pérdida, la persona comienza a sentirse mejor no piensa tanto en lo ocurrido y los sentimientos son menos intensos. Poco a poco se van desarrollando nuevas tareas que antes no se hacían y se establecen nuevas relaciones.

Y ante la muerte de un ser querido, ¿Qué hacer?: ACEPTAR LA PÉRDIDA, TRABAJAR CON EL DOLOR Y LAS EMOCIONES, APRENDER A VIVIR SIN LA PERSONA QUERIDA, SEGUIR ADELANTE y acudir al médico cuando el malestar es intenso.

En caso de un suicidio, además, según las guías basadas en la evidencia es bueno hacer: RESÉRVESE UN TIEMPO CADA DÍA, escriba, HAGA UN POCO DE EJERCICIO, reduzca el estrés, CUÍDESE, exprese sus sentimientos, COMPARTA SU EXPERIENCIA, comunique lo que necesita, NO TOME DECISIONES IMPORTANTES, dese tiempo, RESPETE LA ELECCIÓN DE SU FAMILIAR O ALLEGADO, no se sienta culpable, SU DOLOR NO ES UNA ENFERMEDAD, solicite ayuda profesional y NO BUSQUE EXPLICACIONES.

Y es que los familiares, los amigos, los compañeros de trabajo son los verdaderos supervivientes del suicidio, que no pueden ser olvidados porque el duelo no es como cuando muere un familiar enfermo o en un accidente.

El suicidio es una cuestión de salud pública de primera magnitud y ha sido y es un ‘tema tabú’ en la sociedad del que no se suele hablar en voz alta y donde además existe una falta de solidaridad y empatía.

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  • Yo lo he vivido. Un tío mío muy querido para mi, se tiró por la terraza del lavadero. Lo tenía todo planeado: la hora, las personas que debían haber e casa, el momento… Todo. Yo he vivido sucesos de muerte muy traumáticos pero este fue el peor. Mi primer sentimiento fue de enfado hacia él. Era tan grande que me costaba disimularlo en el velatorio. A la vez, sentía mucha vergūenza porque la situación dejaba a su mujer y a sus hijos con un halo de que ellos tenían la culpa. Después el problema de cómo se le notaba a los nietos, aún pequeños, de qué había muerto el abuelo. En fin, todo esto crecía con los días. Finalmente, sentí mucha tristeza por él. Yo, y todos, sabíamos el motivo que le llevó a hacerlo y era muy triste. Con los años he entendido que cogió la única salida que le permitía dejar de sufrir. Para mi, descansa en paz.

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  • Buenas tardes: mi padre se quitó la vida hace un mes y medio. Nos enteramos por la policía al día siguiente. No recuerdo el día siguiente. El día que me enteré entendí por primera vez en al vida qué significa «estar en shock». Desde entonces hay días mejores y peores.
    Estoy en el tercer trimestre de mi primer embarazo. Me sentía tan llena de vida y de muerte a la vez que no sabría describirlo.
    He recibido mucho apoyo y respaldo pero hay ratos que me quedaría todo el día sin moverme, que me bloqueo con todo, que no tengo ganas de nada…pero adelante, siempre adelante.
    Ésta está siendo, sin duda, la peor experiencia de mi vida.

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