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“El consumo de sal es uno de los factores de riesgo para tener piedras en el riñón”

DR. FÉLIX GRASES I FREIXEDAS, DIRECTOR Y FUNDADOR DEL IUNICS
El Dr. Félix Grases i Freixedas es originario de Vilafranca (Cataluña), arraigado en Baleares desde hace muchos años; catedrático desde 1987, de 1988 hasta 1995 fue director del Departamento de Química de la UIB, delegado para la creación del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias de la Salud (IUNICS), primer director del Instituto (2000 -2003). Desde 1987 ha dedicado su labor de investigación en el estudio de los cálculos renales y en las calcificaciones patológicas. Entre los trabajos más importantes cabe mencionar la elucidación del mecanismo de formación de los cálculos renales más frecuentes, el desarrollo de un sistema de análisis tipo estuche para valorar la capacidad de la orina para formar piedras en el riñón y el descubrimiento de la gran capacidad del fitato para evitar el desarrollo de cálculos renales y otras calcificaciones patológicas.Desde el laboratorio de Investigación en Litiasis Renal y Biomineralización de la UIB que dirige ha logrado ya importantes avances y patentes, habiendo obtenido hace poco menos de dos años el récord de financiación para un fármaco patentado en la UIB. Y estos no son, ni mucho menos, sus únicos trabajos. El profesor Grases concedió una interesante entrevista a Salut i Força, el programa presentado y dirigido por Joan Calafat en Canal 4 Televisió. Esta es la versión ‘en papel’.

P.-En primer lugar, Dr. Grases, ¿cómo se le ocurrió empezar a investigar sobre los cálculos renales en las Islas, hubo algo que le hiciera pensar que eran más frecuentes en Baleares que en el resto de España o de nuestro entorno?

R.- Hace 30 años, cuando comenzamos a trabajar, había la creencia de que la prevalencia de la litiasis renal era muy superior a la península. Pero era solo una creencia. Y hace 30 años, el Dr Oliver, que era el conseller de Salud de aquella época nos dio una ayuda para hacer un estudio y ver qué había de real en esa creencia. Encontramos una prevalencia del 14,3% cuando a nivel nacional se hablaba de un 5%, aunque estaba mal calculado, debía ser un 10%. Lo cierto es que las autoridades del momento se espantaron y decidieron que había que estudiarlo.

P.- ¿Se ha descubierto finalmente la causa de esta mayor prevalencia en las Islas? Lo primero que seguramente se nos ocurre es pensar, como creencia popular, en la cal de agua… ¿O hay otros factores?

R.- Sí que hay otros factores y se ha de dejar muy claro que el agua no tiene ninguna culpa de esa mayor prevalencia. Al contrario: hay que beber mucha agua y del tipo que se quiera, mientras sea potable, obviamente. La cal del agua –que se creía que generaba los cálculos –no tiene nada que ver. Esto deriva de un médico inglés que vio como en Menorca las tuberías tenían depósitos de cal o de un polvo blanco que le pareció cal, y dijo: “bueno, al riñón, que también es una tubería, le pasará lo mismo. Pero es que aquella cal era carbonato cálcico, pues en los humanos no existen las piedras de carbonato cálcico. Sí que sabemos que en Baleares hay una serie de factores que explican esta prevalencia tan elevada de las piedras en el riñón. Uno de los más importantes es la sal común, el cloruro sódico.

P.- ¿Y esto sucede en Baleares?

R.- En Baleares, y en toda la cuenca mediterránea, como somos productores de sal y como es un producto agradable, se consume sal en grandes cantidades. Aquí no se consume, en la mesa, en un salero a pequeñas dosis, se coge de un recipiente abierto y a pellizcos. Esta sal es soluble, pero a nivel de la nefrona da lugar a una hipersecreción de calcio renal (no del que se consume por boca). De modo que ese gran uso de la sal es una de las causas de la gran incidencia de los cálculos renales en Baleares. Y eso entre otros factores, como el exceso de sol, las dietas desequilibradas o como ciertos factores ambientales. Y otro factor muy importante es la baja ingesta de agua. Bebemos poco, sudamos mucho y la orina se concentra demasiado.

P.- ¿Sabemos cocinar, Dr Grases, me refiero con respecto a cómo evitar las calcificaciones patológicas; cuáles son los errores que más cometemos, qué consejos puede darnos para una cocina más saludable?

R.- Es muy necesario comer legumbres, porque son las semillas enteras que consume el ser humano y las semillas tienen fitatos, que este producto que inhibe cualquier tipo de calcificación patológica. Consumir legumbres, al menos tres días a la semana, es una medida de dieta sana. Pero se ha de decir que las legumbres no se pueden tomar de cualquier manera. No hay que cocinarlas en olla a presión porque el calor que se produce y la presión destruyen los productos beneficiosos, como el propio fitato o las vitaminas. Tampoco hay que hacerlo en botes que estén demasiado tiempo con líquidos. Hay que beber muchos líquidos, como ya se ha dicho. Y evitar citotóxicos

P.- ¿Es bueno o peligroso tomar tantos suplementos de calcio, puede influir esto negativamente sobre el riñón?

R.- Se ha de matizar. Antes se pensaba que el exceso de calcio ingerido por vía oral era una de las causas de las litiasis, pero se ha visto que eso no es realmente cierto. Uno ha de tomar el calcio que habitualmente consume, sea por la leche o por otros productos, a o ser que sufra una alteración que se conoce como hipercalciuria absortiva. Pero es un grupo reducido de personas quienes la tienen y que tendrían que limitar el consumo de calcio. Hay que tomar calcio. Ahora bien, cualquier tipo de exceso, en calcio y en algunas vitaminas, como C y D, más incluso que el propio calcio, eso sí que es peligroso.

P.- ¿Ah, sí, y eso?

R.- Sucede que la vitamina C se puede metabolizar a oxalato, que además de ser un citotóxico es uno de los componentes de las piedras que se forman en los riñones. De vez en cuando sabemos de deportistas que consumen complementos energéticos que sufren de piedras en el riñón. Y son personas jóvenes, algunos de ellos futbolistas de élite. Su problema es que consumen un exceso de vitaminas D y C. Y eso es algo que sí que se debería controlar. No es saludable en absoluto.

P.- Hoy está muy de moda elegir modelos de comida sana. ¿Es la dieta mediterránea la mejor para evitar las calcificaciones, las piedras en el riñón?

R.- Sí, si se siguiera la dieta mediterránea como toca. Lo que pasa es que la gente ha olvidado bastante lo que es la dieta mediterránea. Muchas personas siguen la dieta mediterránea de una forma parcial. Y por ejemplo toman legumbres que han estado demasiado tiempo en botes con agua, o usan la olla a presión, o solo se comen legumbres una vez al mes y ya parece que hacen dieta mediterránea. El problema es esta dieta no se suele llevar de forma estricta, muchas veces porque la vida que llevamos no nos lo permite.

P.- Y de este estudio de las calcificaciones en el riñón han llegado usted y su equipo a estudiar las calcificaciones arteriales cardiovasculares…

R.- Nuestro trabajo se centra en las litiasis renales, y eso es lo que yo realmente conozco. Ahora bien, este estudio nos ha llevado a ver problemas relacionados, como son las calcificaciones cardiovasculares a nivel de arterias y de venas. Hay una serie de puntos comunes, como es la hidroxiapatitra, que es el componente más presente en las calcificaciones cardiovasculares y que produce un tipo de cálculo renal. Esto nos ha llevado a pensar que alguno de los inhibidores de las calcificaciones patológicas que funcionan a nivel renal también podrían hacerlo a nivel cardiovascular. Este estudio es el que nos ha permitido desarrollar una patente para evitar la calcificación cardiovascular, que después hemos visto que es muy frecuente en pacientes dializados y que ha dado lugar al fármaco del que ya se está desarrollando el ensayo clínico en fase 2. El problema de estas calcificaciones cardiovasculares es la lesión. Si no hubiera lesión no habría calcificación. Por ello lo que hay que abordar es la causa de esa lesión, que puede ser de muy diferentes tipos. Lo que sí sabemos es que si quien sufre esta lesión tiene suficientes inhibidores la calcificación será mucho más lenta y podrá darse lugar a que el sistema inmunitario lo elimine, que es algo que hemos visto que sucede cuando esas calcificaciones están a un nivel muy inicial. Y eso es algo que no se sabía. También hay que decir que una calcificación cardiovascular, cuando es muy grande, ya solo puede eliminarla la cirugía.

P.- ¿Qué es lo más importante que sabemos hoy de las calcificaciones patológicas, especialmente en los riñones, que no supiéramos a mediados de los años 80 cuando usted comienza su investigación en la UIB?

R.- Recuerdo que por aquel entonces fuimos a congreso internacional que se hizo en Canadá, en que se hablaba de cuatro tipos de cálculos. Nosotros hemos visto que los cálculos se pueden clasificar en once tipos. Cuando antes solo se consideraban cuatro tipos, los tratamientos eran, en algunos casos, demasiado inespecíficos. Al haberlos clasificado ahora en 11 tipos se conoce la etiología de cada uno de ellos y se pueden tratar de manera mucho más eficaz y supone un cambio en el esquema de tratamiento del paciente. Se conocen las causas que forman los cálculos de cada uno de esos once tipos.

P.- De aquel primer kit, en su día revolucionario, para predecir la formación de cálculos y posible cólicos analizando el mismo paciente su orina, trabajan ustedes ahora en programas para evitar que ni tan siquiera se sufra el primer cólico nefrítico. ¿Qué nos puede contar al respecto?

R.- Así es. Queremos comenzar un proyecto en ese sentido. Participará la Dra Concepción Sáez, pediatra de Son Espases que hizo con nosotros la tesis doctoral. También necesitaremos la colaboración del Servicio de Urología de ese gran hospital. Lo que queremos es comenzar a hacer una previsión de la posibilidad de que se formen cálculos cuando la persona aún es muy joven. La litiasis renal debuta en torno a los 25 años, aunque ahora ya se estén dando casos en personas más jóvenes. En los estudios que hemos hecho, y concretamente en la tesis de la Dra Sáez, hemos visto que hay una relación bastante directa entre una serie de tipos de alteraciones de los niños y sus progenitores que tienen cálculos renales. Esto nos permite hacer una previsión de que en muchos de esos niños se formarán cálculos al llegar a la edad adulta. Si somos hacemos una modificación de esas alteraciones, esos cálculos no llegarían a formarse. Todo esto nos permite hacer una previsión ya desde la edad pediátrica, antes de que se llegue a una edad adulta y se sufra el primer cólico nefrítico.

P.- ¿Pueden tener piedras en el riñón los niños pequeños?

R.- Desgraciadamente hay niños que las tienen, aunque sea un porcentaje muy bajo, del orden del 1 al 2%. Hay que tener en cuenta que alguna de estas alteraciones es genética. La hipercistinuria excreción en exceso de una encima que hace que el niño ya tenga una piedra a los pocos meses de vida. Estamos buscando un inhibidor y espero en un tiempo poderle explicar a los medios que tenemos la solución a este problema.

P.- ¿Vamos hacia tratamientos a medida para cada paciente?

R.- Sí. La litiasis es multifactorial. Cada paciente tiene una serie de factores propios que lo condicionan. Esos factores se han de evaluar, se han de estudiar y se han de corregir. La clasificación de las litiasis renales en once tipos permite ya una buena orientación del problema, aunque luego el tratamiento se ha de particularizar para cada paciente, aunque tenga el mismo cálculo que otro. Hay que hacer un estudio en profundidad, primero, del cálculo renal. Esto es fundamental. El cálculo jamás se ha de tirar. Es la prueba del delito y hay que estudiarlo correctamente. En función de ese estudio después qué otros estudios se han de complementar: de orina, de dieta, de hábitos de vida o de otras patologías que pueda tener el paciente.

P.- Uno de los hitos de su trabajo de estos años ha sido descubrir la gran potencia de los fitatos. ¿Qué son los fitatos y cómo pueden ayudar en estas enfermedades, e incluso en otras, como ciertos cánceres?

R.- El fitato tiene dos características. Es un inhibidor de la calcificación y es un antioxidante. Esta última acción antioxidante es la que se podría asociar a evitar algún tipo de cáncer porque ‘secuestra’ el ‘hierro 3’ y evita que se formen radicales libres. Por ello podría ser beneficioso –parece ser– para evitar el cáncer de colon y algún otro tipo de cáncer. En cuanto a su acción ante las calcificaciones, su mecanismo es completamente diferente. El fitato viene a ser como un bifosfonato, que es el producto que se emplea para la osteoporosis, pero triple. Son tres bifosfonatos unidos. Gracias a esta estructura el fitato se une a cualquier tipo de calcificación latente, sea un núcleo o un cristal muy pequeño y al unirse sobre ese cristal, lo tapa y evita que pueda seguir creciendo. Ése es el efecto inhibidor que tiene.

P.- En octubre de 2015 Sanifit cerraba, con 36,6 millones de euros, la mayor financiación para un proyecto científico: el desarrollo clínico del fármaco SNF472 para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares relacionadas con la calcificación en pacientes con enfermedad renal terminales y dializados. Este fármaco tiene como origen una patente desarrollada por el Laboratorio de Investigación en Litiasis Renal de la UIB. ¿Cómo se está desarrollando este proceso?

R.- Ahora están en la fase 2, donde hay más de 40 hospitales de todo el mundo y más de 400 enfermos implicados para comprobar los efectos del medicamento. Esta fase 2 es más o menos el punto medio del proceso, que tiene 4 fases. Hay una serie de indicadores que dan esperanza de que esto pueda ir bien. El proceso de desarrollo de un fármaco es muy largo, aunque tenemos esperanza de que llegue a buen puerto. A nivel nacional hay muy pocos ejemplos de productos que desde una universidad hayan llegado a ese estadio en el que se encuentra ahora el SNF472. Estamos muy orgullosos.

P.- Dr. Grases, vivimos momentos apasionantes en el desarrollo y consolidación de una red de investigación biomédica potente en Baleares, especialmente después de la apertura de la Facultad de Medicina de la UIB. Cuéntenos cómo van las cosas en el Instituto Universitario de Investigación en Ciencias de la Salud (IUNICS) de la UIB que usted dirige y que cofundó y que ahora camina hacia su integración en esta gran red de investigación biomédica balear que se llama ya IdISBa.

R.- El IdISBa, Institut d’Investigació Sanitària de les Illes Balears, engloba al IUNICS, aunque de momento mantenemos las dos identidades. Si todo funciona bien, y esperamos que así sea, lo que al final se debería hacer es un único instituto con participación de todos. Eso significa conjuntar todo lo que es el sistema hospitalario y el sistema universitario. Es difícil. Tanto, que a nivel del Estado no se ha conseguido aún en ningún sitio. Espero que en Baleares lo logremos y en no mucho tiempo, ello daría mucha potencia a la investigación en biomedicina en las Islas. El éxito en este ámbito puede aportar mucho: Empresas, como Sanifit, turismo de salud, etcétera. Por ello esta comunidad tiene que cuidar especialmente que se cumpla este objetivo.

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